Fotografías.
Mis mejillas están calientes por dos motivos:
1. Tuve el sueño más sexy del mundo.
Incluía la lengua de Loann Cooper.
2. Todas las mujeres aquí me miran ceñudas y los hombres como si fuera una actriz porno.
Larry soba mi espalda y esconde tras su mano, una carcajada fuerte.
— Mierda, Defy, esos gritos me traen recuerdos— dice JC, clavando una mano sobre mi pila de libros.
— ¿Acaso no te cansas de inventar estupideces? — alejo su mano y guardo los libros en mi bolso. Le doy una mirada a Larry que dice "Vámonos de aquí" y él alista sus cosas mientras ve con fascinación a JC.
— ¿Por qué te empeñas en negarlo?
— Porque nunca me acosté contigo, idiota. Tiene una obsesión conmigo y deberías superarlo.
Me coloco de pie y camino hacia la salida, mi amigo va delante de mí. Estoy muy dispuesta a dejar a JC con la palabra en la boca, pero él hala de mi brazo. Mi mirada va desde su mano apretando mi codo, hasta su estúpida sonrisa de suficiencia.
— Deja las tonterías Defne. Sabes que solo bromeo.
—No, tú no bromeas. Tú intentas mostrar algo que no pasó por el simple hecho de que lo nuestro no funcionó —le aclaro.
—No funcionó porque no querías —me recuerda, luego se acerca un poco más—. Solo quería que la pasemos bien y me saliste con las tonterías de “no estoy segura”. Nos conocemos desde hace mucho tiempo, sabes que no iba a hacerte daño.
Río.
—Eso me lo estás dejando muy en claro con tus mentiras —quito mi brazo y él lo permite.
—Bien, lo siento, ¿podemos reunirnos y conversar de esto?
—No —digo firme.
—¿Por qué no?
—Porque hablas a mis espaldas e inventas cosas que no pasaron.
—Solo te pido una oportunidad, solucionemos todo y empecemos de nuevo.
JC cree que, con esa mirada seductora teñida de azul y esos labios carnosos, puede convencerme. Lo cierto es que, si no estuviera tan locamente enamorada de Loann, caería como una idiota en sus redes, porque vamos, él es parece estar tallado en mármol y tiene un cuerpo de ensueño. Sin embargo, eso no quita que sea un idiota y que no tenga el mínimo conocimiento de cómo conquistar a una chica. La única con la que siempre vuelve y tiene encuentros fortuitos es con Trina, a ella le encanta las relaciones esporádicas, pero a mí no, yo deseo algo más profundo y Javier Collie no es del tipo de hombres que busco ahora.
— ¿Y qué hay de Trina? — pregunto, solo para corroborar mis teorías.
— Trina sabe que solo nos divertimos.
—¿Y pretendes que también quiero esa diversión? —tuerzo los labios hacia un costado —. No, cariño. Si quisiera divertirme con alguien, buscaría a un tipo que valga la pena. No a ti, el único talento que tienes es vanagloriarte de tus "supuestas" conquistas.
— Yo te conquisté — levanta el mentón—. Muchas veces dudaste en ser mía o no.
Sonrío de lado.
— Corrección, yo me dejé conquistar. No eres un súper hombre, Javier Collie. No tienes ese encanto especial y eres un patán. Si alguien cae rendida a tus pies, es porque claramente al inicio se deslumbró con tu físico, pero dime, ¿qué pasará cuando seas un viejo? Oh, ya lo sé, te amarán por tu dinero.
— ¿Y a ti? Hablas como si fueras virtudes y buenas acciones. Señorita "en primer semestre era una alcohólica fácil” — resalta.
Sube una ceja y yo subo otra. No me duele en absoluto mi pasado, yo era joven y me divertía. No hice mal a nadie y no era una alcohólica.
— ¿Y eso qué? Me embriagué un par de veces, ¿eras la Santa Inquisición?
— No, pero ya deja de actuar como lo que no eres —señala mi bolso—. ¿Libros? Que yo sepa, linda, lo único que has leído en tu vida son revistas de moda.
— ¿Y eso qué? — cuestiono, levantando el mentón.
— Solo digo, muñeca, que a ti te costará mucho entrar en el círculo al que quieres pertenecer — su mano se dirige a mi mentón y hace que mi rostro gire en dirección a Disney. Ella lee un libro y sonríe mientras pasa las páginas como si estuviera haciendo algo realmente facineroso. Mi ceño se frunce y trago saliva, quiero quitar la mirada de ella. No quiero ver a Disney haciendo lo que todos los idiotas de esta universidad admiran.
Siento unos labios muy cerca de mi oído y luego escucho los susurros de JC siendo un imbécil.
— ¿Tratas de leer libros? ¿Tratas de cambiar? ¿Tratas de verte más lista? — susurra.
Retrocedo un paso y me alejo de él. Sus manos ya no están sobre mi rostro, pero siento el peso de sus palabras sobre mi cabeza.
— No creo que puedas — culmina.
— Te crees muy listo, ¿verdad?
— Solo digo que estás cambiado. No quieres ir a nuestras fiestas, te aburren nuestras charlas en el cafetín, ahora pasas tus tiempos libres en biblioteca y… miras demasiado a Loann Cooper.