-¿Quieres decirme tu nombre? Me pregunto, acercándose a mí
-En realidad lo único que quiero es irme de aquí
-Quizás puedo llevarte a tu casa
-Vengo con alguien y me...
-Shhh- me interrumpió, poniendo su dedo cerca de mis labios
-¿Qué estás haciendo? Aléjate de mí -Le Grité
-¿Por qué quieres que haga eso?
-Vengo con alguien- insisti
-¿Si? Y ese alguien te dejo sola
-Yo lo hice
-¿Qué?- pregunto desconcertado
-Yo quise quedarme aquí- le dije firmemente
-¿Porqué? No has bailado.- Me quede callada
-Creo que es hora de que te vayas- le grite
-No lo haré- Lo voltee a ver retadoramente
-Está bien. Me iré yo- Caminé entre la gente buscando a Paola, pero ella no aparecía por ningún lado. Los cuerpos en la pista eran tantos que empezaba a asfixiarme.
Me quede parada junto a la puerta. Tenía ganas de salir corriendo y perderme entre las calles pero no tenía ni idea en donde estaba. Así que salí de ese sitio y caminé hasta donde estaba el auto y subí.
-¿Por qué rayos vine a este asqueroso lugar?- susurré molesta
-Teníamos que encontrarnos.- contesto alguien desde el asiento trasero.
Me volví para ver quién era y me encontré con el chico del trago
-¿Qué rayos estás haciendo aquí? - Dije alterada
-cuando te vi salir supuse que vendrías aquí.
-¿Qué?- pregunte desconcertada
-Sé quién eres. Te he estado observando durante mucho tiempo.
-Llamare a la policía
-No lo harás- Busque mi teléfono pero no pude hallarlo por ningún lado -Quiero que salgas del auto ahora mismo- dijo apuntándome con una arma plateada. Sentí que mi cuerpo se erizo, mi pulso empezaba a ser más constante.
-¿Me escuchaste? Quiero que salgas del maldito auto ahora mismo.
Hice exactamente lo que dijo
-¿Quién eres, que quieres de mí?-Le dije llorando
-No es algo que te incumbe- Me empezó a jalar hasta subirme a una camioneta roja oxidada
-Escúchame bien. Subirás y te quedaras callada. No me obligues a lastimarte.- Empecé a jalonearme.
-Sube- me grito.- La noche estaba muy oscura. Estaba asustada. Sacó una cinta de la guantera y me ató las manos, los pies, la boca y cubrió mis ojos.
-Te mantendrás agachada.- Asentí
Puso en marcha la camioneta, sentía que mi cuerpo temblaba.
Después de unos minutos me pregunto:
-Qué música te gusta.
No podía contestar, tenía cubierta la boca.
-¿El rock, pop, metal? Te estoy preguntando- Grito
No podía evitar llorar, mi vida estaba a punto de quedar varada.
Quito la cinta de mi boca.
-¿Qué música te gusta?
-La clásica- contesté
-¿Te gusta la música clásica? -Asentí
-Bien.
Escuché que un violín empezaba a sonar
-¿Te gusta? -pregunto ¿TE GUSTA?
-Si. -Empecé a contar las canciones que acababan para saber el tiempo aproximado en el que estaba arriba de su camioneta.
Empecé a perder los sonidos de la ciudad, ahora solo se escuchaban las canciones sonando y el ruido de los neumáticos.
Un silencio reinaba entre el y yo Cuando estaciono la camioneta.
-bajaras con cuidado- Me advirtió- Asentí. Cuando entramos en su casa solo escuchaba que abría varias puertas, empecé a contar los pasos que dábamos. Después empezamos a bajar al sótano. Sentía las escaleras huecas, cuando llegamos al final me sentó en el piso.