Wolf Soul: La amenaza de los Lobos Sombra

Capítulo 1

Guerreros lunares en problemas

El bosque se encontraba tranquilo, las hojas de los árboles se movían lentamente con el viento, los animales que vivían allí no se imaginaban que en lo más profundo del bosque ocurría algo terrible. Dos lobos corrían a gran velocidad hacia la parte más oscura del bosque, adentrándose en una zona donde la luz del sol no alcanzaba a iluminar. Sus pelajes llenos de heridas dejaban un rastro de sangre. Mientras más se acercaban se podía ver una gran cantidad de rocas enormes y unos inmensos árboles que con sus hojas cubrían el cielo casi completamente, frente a ellos había una gran cueva, sobre una roca plana, donde se hallaba un lobo observándolos.

—Ya están aquí —informó este con un tono serio.

Al escucharlo, otro lobo con una mirada fría y seria salió de la cueva. En ese momento los otros dos lobos llegaron e hicieron una reverencia frente a su líder, ambos parecían estar muy asustados.

—¿Dónde está él? —preguntó el jefe mientras miraba a su alrededor.

Uno de los lobos miró a su compañero mientras agachaba sus orejas, el otro tomó aire y se acerco al líder.

—Escapó...

—¡¿Lo han dejado escapar?! —soltó un gruñido mientras fijaba su mirada en ambos lobos, provocando que el que le había respondido titubeara y retrocediera un poco.

—E...es muy fuerte... nosotros dos no somos suficientes para luchar contra él. —Al escuchar esto el líder dejó de gruñir y se calmó un poco.

—Entonces no tenemos otra opción. Usaremos el plan B, ya saben que hacer —ordenó.

Ambos asintieron y corrieron a hacer lo que su jefe les había ordenado.

Mientras tanto en otra parte del bosque, una loba se preparaba para cazar una presa para su cría. Esta se encontraba acechando a un par de aves, cuando de pronto otra loba, más pequeña que la anterior, saltó sobre aquellas aves provocando que se escaparan volando.

—Agh... escaparon —dijo la pequeña levantándose del suelo y sacudiéndose. Era apenas una cachorra, tenía un pelaje de color gris oscuro levemente azulado y unos ojos del mismo color que el cielo.

—Makoto, ¿qué estás haciendo aquí? —preguntó la otra loba, tenía un pelaje idéntico al de la cachorra. Uno de sus ojos era azul celeste y el otro era de color ámbar.

—Vine para ayudarte a cazar —respondió moviendo su cola con alegría.

—Aún no eres muy buena cazando, hija. Ahora debo conseguir comida para la manada, no tengo tiempo para enseñarte —dijo para luego suspirar y tomar del pellejo a la cachorra con su hocico, teniendo cuidado de no lastimarla. La llevó hasta una cueva cercana. Allí estaba otro lobo, el cual era de pelaje marrón claro—. Kyouya, cuídala mientras voy a cazar, por favor. —Dejó a su cría frente a Kyouya y luego se fue casi corriendo.

—¡Mamá, yo quiero ayudar! —exclamó la cachorra mientras observaba a su madre irse.

El lobo sonrió ante las palabras de Makoto y se acercó a ella.

—¿Quieres que te enseñe a cazar? Así podrás ayudar a tu madre —le susurró en el oído.

La cachorra asintió mientras daba pequeños saltos de alegría. Ambos se dirigieron a una pequeña zona llena de arbustos, allí habían varios pájaros que comían las semillas del suelo. Después de ocultarse tras un arbusto Kyouya comenzó a indicarle a la pequeña Makoto todo lo que debía hacer.

—Primero debes ponerte en una posición ideal para cazar —explicó colocándose en aquella posición, agachándose flexionando sus patas delanteras y traseras sin apartar la vista de uno de los pájaros—. Luego eliges el que sea más fácil de atrapar y nunca debes apartar la vista de él.

—Si, ya entendí. —Makoto imitó la posición del lobo e inmediatamente se abalanzó sobre un pájaro y este extendió sus alas golpeando el hocico de Makoto y cuando la cachorra cayó al suelo el pájaro se alejó volando. Kyouya se acercó mientras movía su cabeza en señal de negación.

—Aún no he terminado de explicar... —La cachorra sólo se levantó y miró al lobo con una sonrisa, este suspirando continuó con la lección—. Antes de atacar a tu presa tienes que sacar tus garras y colmillos. Luego, cuando saltes sobre ella clava tus colmillos en su cuello y mantenla así hasta que deje de respirar.

—¡Entendido! —exclamó la pequeña—. ¿Ya puedo cazar?

—Bien, inténtalo con aquel pájaro —dijo señalando con su hocico al ave, la cual se encontraba a una corta distancia.

Makoto asintió y comenzó a acercarse lentamente a su presa, camuflándose con las sombras de los arbustos. «Bien... solo tengo que seguir los pasos que Kyouya me enseñó, no es tan difícil, ¿cierto?», pensó. Estando frente a su presa, sacó sus pequeñas garras y colmillos y se preparó para saltar sobre ella, al hacerlo clavó sus dientes sobre el cuello del pájaro, pero este terminó escapando igual que el anterior, ya que la mordida de la cachorra no fue lo suficientemente fuerte y terminó soltándolo. Frustrada por haber fallado la cachorra se tumbó en el suelo dando un largo y profundo suspiro.



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En el texto hay: lobos, animales, misterio y drama

Editado: 12.05.2019

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