Y ahora ¿qué piensas? #4

22*** La cueva del dragón.

—¿Y entonces le gritaste? 

—Yo no le grité, fui asertiva —explicó—. Usé un tono de voz neutro y en ningún momento pronuncie las frases “Eso es una mierda” o “Eres muy estúpida ”, aunque lo pensé como un millón de veces. 

—Tienes razón, mereces un premio, pero ¿Todo eso fue antes o después de gritarle a la pobre mujer?  

Allyson puso los ojos en blanco, se removió bajo las sábanas y las llevó hasta su rostro para ocultar su expresión. Fuera como fuera, ver a Dave sonreirle continuaba siendo impactante, incluso podía soportarlo burlándose, al menos un poco.  

—Ya te dije que no le grité. 

—Que bueno que no lo hiciste, porque esa es la primera en una larga lista de cosas que no debes hacerle a los clientes —ironizó, antes de lanzar una mirada de asco a las galletas que Allyson había estado comiendo antes de que milagrosamente terminaran teniendo sexo. 

Bien. Tal vez contarle a Dave sobre su pequeño desacuerdo con la novia de uno de sus ya pocos clientes había sido una mala idea. La conversación había surgido o, mejor dicho, la pregunta “¿Cómo estuvo tu día?” la había dejado tan sorprendida que había soltado sin pensarlo la única cosa relevante que le había pasado en toda la semana. 

—¿Ahora vas a darme lecciones, en serio?  

—Tendrías mucha suerte si eso sucediera, porque tú evidentemente las necesitas y yo soy el mejor. 

—Y el más modesto, sin duda. 

—Y el más hambriento —agregó él, levantándose de la cama y cubriendose con unos boxers —. Voy por algo de comer.  ¿Vienes?  

Allyson le lanzó una sonrisa pícara. 

—Solo si no tengo que vestirme. 

—Sientete libre — contestó él, con una sonrisa similar a la suya. 

Ella se quedó embobada unos segundos mirándolo sonreír, todavía no se acostumbraba. Habían pasado apenas dos semanas desde que Dave había dejado de ser un ogro y se había convertido en un tipo algo sonriente y medio agradable que ella no sabía que existía. Fueron muchos años de ver a un hombre muy diferente del que tenía en frente en esos momentos y quince días no eran suficientes para hacerse a la idea.  

Eso sin mencionar que casi todo el tiempo que estaban juntos lo habían pasado en la cama, así que tampoco le había quedado mucho tiempo libre para ese proceso de adaptación. A Allyson le parecía bastante cómodo lo que fuera que tuviera con Dave. Funcionaba para ellos mejor de lo que pudieron haber pensado antes, incluso no había sentido ganas de estrangularlo ni una vez desde que él había decidido dejar de comportarse como un idiota. Dos semanas era toda una marca.  

Se envolvió en la sábana y lo siguió hasta la cocina mientras él seguía burlándose sobre como le había gritado a Dalenna Brewster. Allyson seguía repitiendo que no le había gritado, pero si lo hubiera hecho nadie pudiera culparla. Esa mujer era la persona más arrogante y estúpida que ella jamás había visto, tenía un pésimo gusto y Allyson no estaba dispuesta a aguantarla persiguiendola por todos lados con su cara de mierda y diciéndole como debía hacer su trabajo. 

Se sentó en uno de los taburetes de la cocina mientras miraba a Dave dar vueltas de un lado al otro. No tenía idea de lo que hacía porque su atención estaba enfocada en su trasero. 

—¡Hey!  Mis ojos están aquí, respétame —se quejó Dave, aunque la media sonrisa en su rostro lo delataba—. Y si no me vas a respetar, al menos iguala nuestras condiciones.  

—No voy a quedarme desnuda en tu cocina, David. No seas enfermo. 

Si verlo sonreír con frecuencia le descolocaba cada vez que sucedía, verlo caecajearse fue la gota que rebozó el vaso. Nunca se imaginó diciendo aquello pero la risa de Dave era contagiosa y, aunque él y aquel concepto de plano no encajaran, lo hacía ver tierno. 

Por alguna razón aquello la hizo pensar en algo que llevaba varios días haciendo apariciones intermitentes en su cabeza. Recordó la fiesta de cumpleaños de Bree y la actitud extraña de Dave y no pudo controlar su curiosidad.  

—¿Por qué no le agradas a Jessica?  —cuestionó sin siquiera pensarlo.  Maldijo por lo bajo por su falta de tacto. 

—¿Quien dijo que no le agrado?  Muere de amor por mi, solo disimula. 

—Aja...  ¿Vas a pagarme o debo creermelo de gratis?  —intentó bromear.

Allyson no podía ver el rostro de Dave debido a que él se encontraba de espaldas a ella, sin embargo, fue consciente de que parecía haberse tensado.

Unos segundos después, en medio del silencio más incómodo de la historia, cuando Allyson ya había perdido las esperanzas de que le respondiera y comenzaba a pensar en formas de disminuir la rigidez incomodidad entre ellos, él la sorprendió. 



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En el texto hay: amor adolescente, rechazo, reto

Editado: 25.05.2018

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