Me quedé atonica al ver las fotos.
— Tenía que decírtelo, mmm - comienza a hablar mi ahora exnovio — Lo siento .
Cuando por fin pude recuperar el habla comencé a decirle lo primero que se me vino a la mente.
— Son unos verdaderos hijos de puta - me calle y lo ví a los ojos, los que un momento llegué a amar — Yo.. ¿Porqué?.
Sentía las lágrimas acumulándose en mis ojos pero primero muerta a qué vea lo que me está doliendo esto.
— Solo pasó.
Allison entra al auto con una sonrisa enorme y ni siquiera pude verla a la cara.
— Me voy - dije sintiendo el corazón partiendose en mil pedazos.
Les tire la caja en la cara, salgo del carro y voy directo a la entrada de mi casa.
— Espera... Mad por favor te lo podemos explicar.
— ¡Explicar y una mierda! - les grite.
Alguien me toma del brazo haciendo que me dé media vuelta quedando cara a cara con la que un día fue como mi hermana.
— Lo lamento...
— Sabes algo... Lo que más me dolió fue tu maldita hipocresía, con que cara venías a mi casa, hablar conmigo y hacer como si no te hubieras acostado con él, pero sabes algo cariño yo también estuve follando con alguien más.
Mierda que acabo de decir.
— ¿En serio, tú, la que es un pan de dios engañando a su novio?
— Parece que al final no me conocías tan bien - le respondo
— Madelaine... Yo quiera decirte, pero sabía que lo tomarías de mala manera y ahora me dices eso, bueno estamos a mano ¿No?.. - dice él.
— No te preocupes, estoy muy bien de hecho Aleister y yo estábamos pensado en hacerlo público. - los dos le ven como si acabará de decir que fui a Narnia. — Si es el con el que te engañe - CÁLLATE pienso — Si quieren hacer un cuarteto me dicen.
Vi como la cara de Aarón se transformo a una de enfado y odio total.
Camine hacia mi casa y entre en ella.
✵✵✵
De eso ya pasó una semana y hoy es lunes y tendría que arreglar lo que hice.
Dios porque dije que era él.
Odio los lunes, creo no ser la única.
Ya llore demasiado, ellos no valen mis lágrimas.
Pensé una linda venganza, para que les arda el que me hayan mentido podría decir que Aleister y yo "terminamos" pero sería mejor vengarme y hacer que prueben un poco de su propia medicina.
Bajo de mi auto y tomo mi bolso y voy directo a mi primera clase.
Literatura.
Voy tarde.
Mierda
Entro al salón de clases que está casi lleno y me siento en el lugar que está pegado a la ventana.
Alguien se sienta a mi lado y no le tomo mucha importancia.
— Escuché que terminaste con Williams.
Me volteo hacia donde está la persona que hablo.
— Veo que los chismes vuelan - le respondí con indiferencia
— Si.. Es una lastima, hasta creí que sea casarían y todo esas cursilerías.
Yo también.
— Todo pasa por algo - Le digo
Antes que me contestará entra el profesor.
✵✵✵
Salgo de la clase y la siguiente es libre, entonces tengo unos 50 minutos para encontrarlo.
Busco mi objetivo y lo encuentro cerrando su casillero.
— Hola Brown - Le digo en forma de saludo.
Aparta su mirada de sus libros para ponerla fija en mi.
— Anderson.... - responde
— Te necesito. - digo en un susurro.
— Que directa - me dice antes de emprender camino hacia la que supongo es su siguiente clase.
— Lo digo en serio. - le digo poniéndome a su lado para caminar juntos.
— Y te creo, todo el mundo me necesita, ¿Porque soy tan indispensable para la vida de otros?
— Ni que fueras oxígeno.
— Lo dice quien ocupa mi ayuda.
Pasó por alto el último comentario.
— Ten mi número, te escribiré, es muy importante lo que te diré.
Le doy el papelito.
— Mm si lo que sea, pensaré si tengo ganas de ser un buen samaritano y ayudarte.
— Gracias. - digo cuando me doy media vuelta para irme de ahí.
✵✵✵
Tomo mi celular y envío lo primero que se le viene a la cabeza.
Madelaine
Hoy, a las 6:00 pm en la bar del centro.
A. Brown
Bien, nos vemos preciosa.
Madelaine
¿Preciosa?
Espero el mensaje que nunca llega.
Miro la hora, 5:32 pm
Todavía falta un rato, me meto al baño, me desnudo, entro a la tina y el agua caliente me recibe.
Mis huesos me lo agraden.
Termino y salgo del baño.
Voy hacia mi closet y no tengo ni idea que me puedo poner, estamos en febrero, aún está fresco.
Escojo unos jeans negros pegados y un suéter de lana blanco.
Seco mi cabello y me pongo un poco de maquillaje para que no se note mi insomnio.
Miro la hora y faltan 10 minutos para la hora acordada.
Voy a las escaleras y me topo con mi madre que está apreciando sus macetas.
— Hola madre. - la saludo con efusividad.
— Hola hija - dice sin apartar al mirada de su colección.
— ¿Esa es nueva? - pregunto al ver una plata que antes no la había visto.
— Si, es tan hermosa, la compré en mi último viaje.
— Es muy linda - le respondo al momento de darle un abrazo por detrás. — Me voy, regreso en una hora.
— Está bien, con cuidado y cualquier cosa me llamas.
Me separó de ella y voy hacia la puerta.
— Te amo. - le gritó antes de salir.
Voy hacia mi auto y me adentro en el.
En el trayecto escucho la radio y canto "Lay Me Down" de Sam Smith.
Tengo que estudiar y recibirme porque de cantante me muero de hambre.
Me bajo del coche y camino a la entrada y solamente al abrir la puerta lo veo.
Es muy guapo.
Eso no lo puedo negar, pero no es mi tipo.
Lo veo a la distancia con una camisa formal arremangada de los codos y los primeros dos botones sueltos, con unos jeans negros que se ajustan a sus formadas piernas, pelo castaño despeinado, deja el celular de lado y ve hacia mi dirección con esos ojos oscuros penetrantes.