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—Llevo tres días sin verte...—La voz de Gulf le seguía sonando extremadamente dulce a Mew— Te busqué en cada pasillo, en cada rincón y te busqué aquí cada tarde. Venía convencido de que te encontraría pero sólo encontraba vacío... Vacío ... Es como me he sentido desde aquella tarde en la que huiste de mí. ¡Lamento todo lo que te dije! Cuando te fuiste corriendo y me quedé aquí sólo, en silencio, las paredes de este espantoso lugar me jugaron una mala pasada y me repitieron en un eco interminable todo lo que yo acababa de decirte... Y sentí tu dolor... ¡Lo lamento...! Mew sé que te gustó ... Te gusto desde que éramos niños. Y tienes que saber que lamento profundamente que te hayas fijado en mí...

Mew que hasta ahora había escuchado todo en silencio no pudo evitar un sollozo y comenzó a temblar. Pensó en volver a irse corriendo igual que aquella tarde. Su corazón endeble no soportaría más palabras crueles pero apenas amagó con levantarse los brazos fuertes de Gulf se aferraron a él.

Estremeciéndose de pies a cabeza se dejó abrazar. Sintió el aliento cálido de Gulf sobre su propio rostro. Y entendió que no era capaz de abandonar aquellos brazos aún cuando lo que escuchara le volviera a doler.

—No voy a dejar que te marches.— El abrazo se hizo más fuerte— Dije que lamento que te hayas fijado en mí porque mereces a alguien mejor que yo. Soy cruel, insensible, frío. Siempre lo he sido contigo. Pero no porque no sintiera nada por ti. Todo lo contrario. Desde la primera vez que nuestras miradas se cruzaron supe que me gustabas. Pero tienes que saber que he sido así contigo... por miedo ... Cuando me di cuenta de que me gustabas se lo dije a mi padre. Le dije que amaba a un niño llamado Mew....

Mew se estremeció y clavó sus ojos en los ojos de Gulf. Gulf estaba llorando y temblaba. Y esta vez fue Mew quien lo atrajo así sí y lo abrazó.

Gulf continuó hablando. Su voz era ahora apenas audible:

—Mi padre me golpeó tanto ese día que ya nunca más pude jugar al fútbol ni hacer ningún deporte. Me dijo que estaba enfermo y que él me iba a curar. Y siguió golpeándome día tras día hasta que yo no hablé de ti nunca más...