Y entonces... Los ángeles cayeron

Capitulo 17: El progenitor

11 meses antes...

Ciudad de Karst, cerca del monte olimpo

 

Hita siempre había creído que había cosas que era mejor decir cara a cara, la tecnología de la que disponían había dado muchas facilidades a la gente, pero había convertido a la ya esquiva población de Karst en seres mayoritariamente huraños. Todo estaba tan automatizado, que salir de casa al mundo exterior sin una razón de peso se había convertido en un tabú. En el pasado también había pecado de un sedentarismo extremo, pero algo había cambiado en él al ver el modo de vida de la tierra, el entretenimiento banal ya no le satisfacía, necesitaba saber más, experimentar nuevas sensaciones. Su padre, Maximillian Girato en cambio era una persona completamente distinta, un inconformista por naturaleza, que siempre quería más, de cualquier cosa, para el más, siempre era sinónimo de mejor, más prestigio empresarial, más bienes economicos, codearse con gente de más alto standing, su ambición no conocía límites. Aquel era el motivo por el cual Hita no había visto a su padre en más de seis años, siempre se encontraba ocupado en cualquier cosa, todo era más importante que su hijo. Como además podía llamarlo desde cualquier lugar y así hablar o verse, el hacer acto de presencia había pasado a un alejado segundo plano.

- ¿No va a contestar al señor Girato?- Preguntó la IA Evva con un tono cariñoso.

- Enseguida...- Tragó saliva, cogió aire y contestó a la llamada.

En la pared en frente de Hita apareció su padre, se hallaba sentado en una ostentosa silla de madera tras su escritorio a conjunto, era fácil intuir que se trataba de su despacho, probablemente en la empresa familiar, Cortrax Industries. Su padre mostraba un semblante serio y una mirada inquisitiva. Era un hombre que, ataviado con un traje negro y corbata morada se hallaba cruzado de brazos en espera de lo que estaba por decir su hijo, no había habido emociones vivaces en aquel rostro hacía ya años, ni siquiera una nimia sonrisa al verlo a él.

La situación era increíblemente incomoda para su hijo, pero Hita se armó de valor y lo miró a los ojos sin desviar la mirada, cosa que nunca había hecho hasta ahora.

- ¿Y bien...?- Su padre daba signos de perder la paciencia.  Maximillian Girato poseía una voz muy diferente a la de su hijo, mientras que la de Hita era aguda y melodiosa, la voz del señor Girato era grave y rasgada.

- Buenos días Padre- Realizó una reverencia- ¿Está usted bien?-.

- Como una rosa, pero no solicitaste verme en persona tan solo para preguntarme eso, ¿O me equivoco?- Preguntó en un tono uniforme y carente de cualquier tipo de emoción.

- No, está en lo cierto. La verdad es que quería consultarle algo- Dijo con convicción.

- Te escucho, estoy aquí- Su rostro mostraba indiferencia.

- Prefiriría que fuese en persona, si es posible- Hita no se dejó doblegar, mientras que sus ojos se mantenían clavados en los de su progenitor.

Hubo un silencio largo en el que la incomodidad era casi palpable, entonces Maximillian bajó los brazos y los apoyó sobre los reposabrazos de su silla mientras que su dedo índice repiqueteaba contra la madera.

- Te noto distinto... hay algo en tí, tienes otro aire... otras maneras- Su padre parecía mostrar cierta emoción en la voz; de pronto se movió bruscamente y se levantó, la camará le persiguió mientras caminaba lentamente por la elegante alformbra de su despacho- Y dime, ¿es muy importante eso qué quieres contarme?-.

- Lo es para mí- Dijo con decisión- No se que impacto tendrá sobre tí.

- Has conseguido intrigarme...- Su padre le miró de soslayo- Nos vemos a la una y cuarto en el restaurante "Le coin du bien manger", nos vemos allí, se puntual por favor-.

- Hasta entonces, gracias por tu tiempo padre- Hita hizó una vez más una elegante reverencia.

Su padre observaba Karst desde la vidriera que había en aquel enorme edificio.

- Hasta luego- La llamada se cortó inmediatamente después de lo dicho.

Hita suspiró aliviado y reanudo la música, ahora sonaba una canción titulada: The eye of the tiger.

Cuando el rítmico sonido llegó hasta él Hita no pudo evitar mover la cabeza al son de la canción, de pronto sus inquietudes internas fueron disminuyendo, y al igual que su cabeza, su pie izquierdo comenzó a moverse al ritmo de aquel cañero single. 

- Evva, pon los altavoces externos, y ¡sube la música!- Pidió de manera efusiva mientras trataba torpemente de bailar.

- Un nivel de audio superior a sesenta decibelios podría ocasionarle daños en el oído- Dijo a modo de advertencia.

- Huy... que miedo tengo- Comenzó a reirse.

- Es su decisión señor Girato, y como tal la respeto- Rió Evva.

- No me llames así por favor- Pidió.

- Eeeentendido...-.

 

Hita ha conseguido llamar la atención de su padre y lo ha citado en un restaurante para comer, ¿Qué será lo qué quiere consultarle Hita?. El lugar en donde habita Hita es distinto a la tierra, pero... ¿De qué sitio se trata y que misterios ocultan los habitantes de Karst?




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