Sophie
Diciembre
Soy una persona que ha huido la mitad de su vida sin saber a dónde llegar. Solo escapo lo más lejos posible y me detengo al encontrar algo interesante, me divierto un momento y sigo el camino.
Ha funcionado por años.
Y estoy bien.
Bien.
—Mmm esto es Rumania.
—Genial —dejo la foto en el suelo y miro la siguiente. —¿Este es el castillo de Drácula?
—Si, costo demasiado tomar una foto sin que saliera una persona.
Asiento y sigo observando las demás fotos del suelo, es una colección gigante. A veces lo envidio, tuvo la libertad de hacer lo quiera sin restricciones, ir a donde más le guste, una vida sin límites.
A diferencia de mí, encadenada a los deseos de la familia. Es triste si pienso en ello, por eso evito hacerlo con frecuencia.
—¿Esto es Machu Pichu? —Pregunto sin contener la sorpresa y la emoción.
—Fue uno de los últimos lugares que conocí —me quita la foto. —Caminar fue un verdadero martirio.
—Ya lo creo.
La habitación es un desastre, sin contar el polvo acumulado en los muebles, por lo menos la cama está limpia. Charlie viene a su casa cada navidad, celebrar con su familia y yo soy la piña colada dentro de la ecuación, en mi defensa es esto o tener que soportar a Liv y obvio lo segundo no es opción.
—¿Deberíamos limpiar?
Charlie da una vista rápida al cuarto, arruga la nariz.
—Naaaaa...no es necesario.
—Si tú lo dices.
Si en la noche mientras duermo aparece una araña, me tocara despertar al castaño con un golpe.
—¿Vemos una película?
—Vale, pero no se acepta susurros del corazón. —digo de inmediato antes de que pueda sugerirla.
—Pero.
—No.
゜・。。・゜゜・。。・゜★
Nunca entendí porqué las familias se alegran por navidad, no hay nada de especial de ese día. Por esa razón no la celebro, quizás la última vez que me senté en una cena navideña y tuve que fingir que estoy bien, ocurrió alrededor de mi adolescencia.
Si alguien me pregunta si acaso extraño celebrar ese día, me quedaría callada con un nudo en la garganta.
Lo más raro de todo esto, es que estoy sentada con un suéter de lana que tiene mi inicial, observando a Charlie, que intenta envolver los regalos sin que la cinta adhesiva se quede pegada en sus dedos, por otro parte, mis oídos están siendo atacados por los incesantes gritos de los gemelos.
Suspiro agotada y voy hacia donde el castaño para ayudar, le quito la cinta de sus dedos y termino envolviendo yo los regalos, sus hermanos se burlan y Char con el rostro rojo agarra el primer objeto de su alcanza y se los lanza. Al notar que está distraído, dejo al trío de hermanos idiotas y camino al jardín.
Me siento extraña.
No debería de estar aquí, no es mi lugar.
Yo no celebro navidad porque me trae feos recuerdos.
Golpeo los bolsillos de los pantalones para estar segura de que la caja de cigarrillos esté ahí, con mi mano tiritando, saco uno y enciendo. Doy la primera calada, dejando caer mi cabeza hacia atrás.
Me sobresalto al ver que hay otra persona en el jardín, no me había dado cuenta está aquí, él se acerca a mí con una sonrisa de oreja a oreja, boto el cigarro al suelo y lo piso.
—Disculpe, señor.
—No me molesta que fumes, mientras lo hagas acá afuera. —Me remuevo inquieta, no sabía que decir, conozco al papa de Charlie hace tan solo tres días atrás.
—Mmmm ¿Esta seguro?
—Totalmente seguro —inclina su cuerpo. —Por cierto, si algunos de los gemelos te molestan o Charlie, solamente tienes que decirme. No quiero que te sientas incómoda.
—Señor, no es necesario que sea tan amable conmigo,yo solo soy una desconocida.
—¿Eres amiga de Charlie, cierto?
Siento un escalofrío al ver actuar este señor amable conmigo.
No estoy acostumbrada.
—Si lo soy.
—Entonces no eres una desconocida, si Charlie tuvo la confianza de traerte la casa es porque te aprecia como amiga.
—Pero.
—No sigas discutiendo, te voy a seguir tratando como si fueras parte de la familia.
El papa de Charlie no se parece a él, son distintos en apariencias, pero si ignoras el cabello rubio del señor y los ojos verdes y te acercas un poco a su rostro, se puede apreciar que tiene el mismo lunar debajo del ojo o la nariz pequeña, también los hoyuelos cuando sonríe.