Y todo inició con una mentira

El plan

CAPÍTULO IV

 

–Bien, escuchen con atención, no voy a volver a repetir.Todos sabemos que Henry Collins murió hace 23 años, un año después de que el maldito asesinara a su padre, eso es bueno para nosotros, ya que la compañía quedó en manos de Emma, su esposa, así será más fácil deshacerse de esa familia, también tenemos el conocimiento de que ellos  tuvieron una hija, Ruby,  la cual será la próxima heredera, por lo tanto nuestro objetivo será esa chica. Y ahí es donde entras en acción tú, hijo–dice la señora Allen mientras miraba a Ian
–¿Que debo hacer?–preguntó él
–¿Y yo que haré? –dice Hanna.
–espera querida, aún no termino, primero le diré a tu hermano lo que debe hacer, y después continuo contigo–dice la señora Allen.
–ok, dime entonces– dijo Ian .
–Bien, les resumiré lo que tengo planeado, les iré dando los detalles exactos después. ¿Están de acuerdo?
–me parece bien–dijo Ian 
–Bueno,  primero que nada, Ian, debes ganarte la confianza de ellas y una vez que lo hayas logrado, pedirás la mano de Ruby para que sea tu esposa
Hanna e Ian miraron a su madre con sorpresa, y después de unos minutos él tomó la palabra
–¿Que acabas de decir Madre? ¿ese es tu gran plan? Yo no pienso arruinarme la vida, pasando mis años al lado de la mujer que odio. Y ¿No se te olvida que ya me comprometí con Andrea?–
–Ian aún no termino, y además ¿En qué momento dije que tendrías que vivir con ella toda tu vida? 
–¿qué quieres decir?–preguntó Ian.
– Mamá eso no se escucha nada bien.– dijo Hanna con una expresión de preocupación.
– me refiero a que una vez que se hayan casado, convence a Ruby para que deje la agencia a tu nombre,una vez que lo haya echo ellas sólo serán un estorbo, así que les quitaremos la vida tal como lo hicieron con su padre. ¿ Me entienden?
— Mamá pero nosotros no somos asesinos– dijo Hanna
—Hermana, esa familia mató a papá, cada quien obtiene lo que merece, y ellos merecen la muerte.
–Si Hermano,tal vez la señora Emma deba morir, pero Ruby no creo que lo merezca,ella aún no nacía cuando papá fué asesinado.
–Hija no digas tonterías, el simple hecho de llevar la sangre,y el apellido de Henry mancha su imagen, eso será una maldición con la que cargará esa familia, para siempre.
Hanna guardó silencio, ella no estaba de acuerdo con el plan, pero no quería discutir con su madre, así que solo le dió la razón y siguió escuchando lo que la señora Allen planeaba
– cómo te decía Ian,  una vez que te cases con Ruby, eliminarás primero a Emma, sólo a ella, si  matas a las dos al mismo tiempo, sospecharan inmediatamente de tí, después de 5 o 6 meses te encargarás de su hija. Y una vez que ambas hayan muerto, todo lo que no pertenece, volverá a nosotros. 
– Creo que tu plan después de todo no es tan Malo,  voy a casarme con Ruby 
–Que bien hijo, creí que tendría que insistir más, pero ya veo que no. Ah y en cuanto a Andrea, ella seguro entenderá todo  una vez que le cuentes los motivos por los que harás eso. 
–Aun no me has dicho que debo hacer yo–dijo Hanna
–Ah cierto, tu debes convertirte en la mejor amiga de Ruby, quiero que ella te cuente todo, que le gusta, que odia, esas cosas, para que se le Facilite a Ian conquistarla. ¿Entendido?
–si mamá–respondio Hanna 
– se me olvidaba, es más seguro que una vez que entres a sus vidas ellos comiencen a investigar todo acerca de tí, nuestro apellido es Muy común, así que no habrá necesidad de cambiarlo, solo deben cambiar de madre
–¿Qué?–Dijeron los dos hijos de la señora Allen.
– Así como lo escucharon, ambos son muy conocidos en sociedad por sus logros pero casi nadie sabe quién es la mujer que los trajo al mundo así que no nos perjudicará si cambian de mamá, sólo la señora Emma me conocía,  pero nadie supo que tuve hijos y si se entera que soy su madre todo se arruinará, por lo tanto, ya me eh encargado de conseguir una mujer que se haga pasar por mí ah y si preguntan por su padre dirán que murió hace dos años.  ¿Entienden?
–si mamá–respondieron ambos jóvenes.
–perfecto, su nueva madre llegará mañana alrededor de las 11 de la mañana, así que cancelen todo lo que tenían planeado hacer a esa hora porque conversaremos con ella y el plan se pondrá en marcha al próximo día.
–Entendido mamá, que bueno que no iba a hacer nada mañana ¿Y tú hermano?– dijo Hanna.
–tampoco tengo cosas que hacer.–respondió Ian– Y ¿Quién es la mujer que se hará pasar por tí? ¿Cómo sabemos que es alguien de confianza? ¿Y si nos traiciona?

– eso no pasará, ella es más leal de lo que ustedes imaginan. 
– te escuchas muy segura, ¿La conocemos?–preguntó Hanna
– Ya lo descubrirán cuando llegue.  Tengan paciencia– respondió la señora Allen, con una sonrisa.
–Bien, entonces esperaremos hasta mañana.– dijo Ian. –me intriga saber quién es
– Ella es muy confiable, de eso estén seguros
– ya lo veremos mamá, por ahora vamos a cenar.–Respondio Hanna. Mientras salía de la sala, llegaron al comedor y se sentaron a cenar en silencio, usualmente ellos comían así, sólo conversaban cuándo había visitas, para no dar una mala impresión, y que dijeran que eran una familia muy unida. Una vez que terminaron de cenar, cada quien se dirijió a su habitación  a dormir.
A la mañana siguiente,todos se levantaron, e hicieron lo que normalmente realizaban cuando comenzaba el día, después todos se arreglaron muy bien para recibir a la mujer que sería la nueva madre.
–Espero que llegue pronto–dijo Ian mientras bebía un poco de jugo de naranja.
– ¿Porqué tanta prisa?–preguntó la señora Allen
– planeo reunirme con Andrea después de conocer a la mujer que nos ayudará
–¿Y porque irás con ella?–dijo Hanna 
– pienso contarle lo que haremos, no quiero ocultarle esto.
Hanna miró a su madre con sorpresa, creyó que impediría que  su hermano hablara con Andrea pero fue todo lo contrario 
–perfecto hijo si se lo dices ahora evitarás lastimarla más adelante– dijo la señora Allen.
Minutos después alguien tocó la puerta. Margaret acudió rápidamente a abrir y entró a la casa una mujer alta y  con un figura esbelta, cuando Ian y Hanna la miraron, se sorprendieron, no podían creer a que persona tenian en frente de ellos.
– Hola pequeños, que gusto volver a verlos– dijo la mujer pellizcando las mejillas de los dos jóvenes– y también me alegra volver a verte señora Sara. 
– También es un gusto verte Teresa– responde la señora Allen.




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