Ya no más soledad.

Capítulo 2.

CAPÍTULO II.

Inglaterra, se le aún no sale del asombro, tiene una buena oportunidad de estudio, gracias a su cabeza tan inteligente, Helena aún no deseaba volver a casa, así que cuando sus clases terminaron, se fue directamente a la biblioteca de su institución, suele quedarse a leer, le gustaba mucho leer, de todas clases de libros, ha leído cientos de obras, donde adoraba las escrituras plasmadas en papel, quizás estudiaría en la universidad algo con respecto a letras, se quedaba a leer por horas hasta que llegaba el profesor encargado y la echaba que se fuera a casa.

 

Rumbo a su casa veía el cielo oscurecer, al parecer se acercaba una lluvia, las nubes grises le recuerdan que tan gris es su vida, debía hablar con sus padres por la propuesta, ellos deben firmar para poder viajar, deseaba con todo el corazón que firmaran la autorización, de verdad esperaba que eso sucediera, caminaba lentamente perdida en sus pensamientos, su casa estaba en una residencial, una casa estaba llenas de lujos, sus padres le daban de todo, pero ella no recibe lo que realmente quiere de sus padres, como un abrazo cariñoso o un te quiero, ella pensaba a veces que quizás nunca debió haber nacido, a lo mejor fue un embarazo no deseado, eso le explicaba el trato de sus padres, no es que fuesen cariños también entre ellos mismos, cuando estaban en casa lo único que hacen es discutir, llego a casa y desde afuera se escucha como discuten, "Dios es que no tienen remedio".

 

- Hola ya estoy en casa. Grita desde la puerta ve a sus padres en el salón, revisando papeles.

- Hola.

- Hola.

- "Que recibimiento tan cálido". Tengo algo que hablar con ustedes. Dice llamando la atención.

- Que sea rápido, tengo que irme. Dice su padre.

- Si yo también. Responde su madre.

- La escuela me ha propuesto ser alumna de intercambio. Dice.

- Eso es bueno. ¿No?

- Aquí les dejo los papeles de la autorización. "Ni siquiera se alegran por mí".

- Si bien firmare inmediato.

- Bueno yo también tengo un caso en una hora.

- Tú no eres el único con trabajo.

- No empieces de nuevo mujer.

- Olvídalo, eres incorregible, Helena ten dinero para la semana. Le dice su madre escuetamente.

Bien. "Si esta es mi amorosa familia".

 

Otra vez sola en casa, se fue a su habitación, al menos su padres firmaron, pensó que con ello sus padres se iban a oponer, que no la dejen ir por ser menor de edad, otra vez se equivocaba y no pudo evitar derramar unas lágrimas, todo esto le estaba saturando, pero ahora tiene una oportunidad de cambiar su vida, de conocer otra gente, y dar otro rumbo donde la conduzca a la felicidad, quizás también a amar y tener su primer amor.




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