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La escuela y sus reglas. Solo para dejar las cosas claras, todos algunas veces hemos roto alguna de esas reglas o todas de ellas. Yo en lo personal no podía sentirme más orgullosa ya que se podría decir que mi comportamiento era intachable, una chica modelo, obvio antes de que sucediera todo eso. Jamás en mi vida había recibido un regaño, reporte o algo parecido. Pero todos sabemos cómo termina esa historia. En fin, a la mañana del lunes, si podía pensar en otra cosa que no fuera él era un milagro, no entendía cómo podía estar tan sumergida en mis pensamientos, mientras que caminaba, comía o escuchaba música, mucho más cuando escuchaba música. Como si se tratara de un truco de magia, él llegaba a mi mente. Regresando a las reglas escolares, se podría decir que Jimin y yo rompimos un par durante ciertos periodos de clase, tomábamos de excusa cada momento para poder estar juntos, durante el pequeño receso que teníamos para estudiar, él y yo nos escabullíamos por los pasillos de la biblioteca para poder zacear las ganas tan grandes que teníamos uno por el otro. Salir disparados cuando veía un profesor o fingir que leíamos si venía un estudiante, todo lo que se pudieran imaginar. Si miraba en retrospectiva a lo que había sido mi vida y la forma tan poco realista en la cual me sentaba a plantear las cosas, llegaba a la conclusión de que jamás me había sentido así por nadie. Me sentía tonta, inmadura y lo peor de todo, enamorada.
Aunque también hubo un segundo pensamiento que se apoderó de mi cansada mente. Solo el recuerdo de su mirada me mantuvo alerta, estaba segura que se trataba de ella. ¿Estará bien? Hyuna era fuerte, pero seguía siendo una chica joven, manipulable y lo peor de todo, enamorada.
La profesora de matemáticas nos entregó los exámenes que habíamos hecho la semana pasada. Todo, absolutamente todo lo que había hecho esa semana había sido una completa mierda. Mi vida se había desmoronado y vuelto construir de poco a poquito y esa “D” hablaba por si sola. Por lo menos no fue una F pensé. El día de hoy había pasado con tranquilidad, como el periodo de clases estaba pronto a terminar (para comenzar uno nuevo o mejor dicho el resto de este) los profesores estaban bastante ocupados así que muchos nos dejaban irnos más temprano. Vi a Jungkook a lo lejos, este estaba sentado en una de las bancas que estaba justo en el pasillo. Algo en me dijo que fuera y le dijera lo de Hyuna, pero la otra simplemente lo consideraba la peor idea del mundo. El castaño se percató de mi mirada curiosa y volteó en mi dirección, instintivamente fingí estar haciendo algo y este regreso a su cuaderno.
El timbre que avisaba que ya era hora de regresar a nuestras clases sonó. Corrí a los baños y empecé a buscar en mi celular el número de este. Supuse que un mensaje bastaría.
“Necesito hablar contigo, es algo importante. Te estaré esperando en el salón de idiomas en 20 minutos. Ven solo”
— Listo – las palomitas cambiaron a un color azul al instante. Este no respondió, así que solamente me tocaba esperar que fuera.
Estaba un poco ansiosa, había pasado mucho tiempo desde la última vez que habíamos hablado, si a eso lo podíamos llamar una conversación. Jungkook y yo habíamos pasado tanto tiempo planeando nuestras vidas como una sola que cuando su nombre ya no salía en mis planes no supe muy bien que hacer. Alejarme de él me había enseñado muchas cosas, en ese momento no las vi, pero ahora justo ahora todo se veía muy claro. El sonido de la puerta abriéndose me sacó de mis pensamientos. Había aprovechado que el profesor de Historia nos había permitido usar su hora a nuestro antojo para poder reunirnos rápidamente y halar con él. Su cuerpo largo y delgado se escabulló por la puerta. Mi corazón se detuvo un segundo al volver a ver su rostro. Era él, sonreí inconscientemente. Me regañé por eso.
Jungkook me miró igual de confundido y dio unos pasos en mi dirección, los suficientes como para poder escuchar lo que el otro decía.
— Esto será… rápido – hablé. Mi voz no sonaba muy segura. Traté de evitar el contacto visual el mayor tiempo posible. – Escucha… - comencé. – Ayer vi a Hyuna, ella no se veía para nada bien, se veía descuidad y olía a alcohol, me asusté mucho al verla así. Solo quería saber si ella estaba bien, si habías hablado con ella. – Jungkook rascó su nuca un antes de abrir la boca.
— Hace más de un mes que no se de ella. – confesó. Mis padres pusieron una denuncia de persona desaparecida, pero la policía dijo que si sabíamos y teníamos comunicación con ella no la podían considerar desaparecida, aparte que, al ser mayor de edad, tampoco la podían obligar a quedarse en casa. – eso fue lo que dijo la policía.
— ¿No puedes llamarla? ¿Asegurarte de que está bien? – Jungkook negó con la cabeza. Este parecía como si su alma hubiera abandonado su cuerpo. - ¿No te preocupa tu propia hermana? – chillé. Me había emocionado, estaba muy enfadada por su actitud despreocupada. – Búscala y trata de ayudarla.