ღ Jeon JungKook
ღ 12 años
ღ Kim TaeHyung
ღ 14 años
🐶
JungKook caminaba como siempre por el parque, cuando de repente un perrito corrió hacia él, deteniéndose frente a él y saltándole en busca de ayuda debido a que un perro más grande lo perseguía.
Kook hizo que el agresor del pobre cachorrito se fuera y se agachó delante de este, acariciándolo para calmarlo mientras el tierno animalito lo recibía con un lindo movimiento de cola.
Lo levantó en sus brazos, lo abrazó, mimó y dio pequeños besos en su linda cabecita cuidándolo de que otro perro quisiera lastimarlo.
- ¿Te has perdido pequeñito?- Preguntó como si el tierno animalito le fuera a responder. Caminó con el perrito en sus brazos intentando encontrar a su respectivo dueño.
- ¿Yeontan dónde estás?- Escuchó una voz a lo lejos, pero no le prestó mucha atención.
- ¡Oye! Ese es mi perrito- Dijo un chico detrás de él. Se giró y vio a un muchacho que parecía un poco más grande que él y tenía una expresión seria.
- Oh, lo siento- Le sonrió dándole la pequeña mascota.
- Yeontan, ¿Te han hecho daño?- Preguntó el castaño con preocupación, una preocupación que lo hacía ver tan tierno.
- No te preocupes, no le ha pasado nada- Sonrió ampliamente- ¿Cómo te llamas?- Lo miro curioso.
- Tae-TaeHyung- Sonrió tímidamente, con sus mejillas un poco ruborizadas, mientras acariciaba la pequeña cabeza del animal.
- Yo me llamo JungKook- Respondió a los pocos segundos- A mí también me gustan los perros, no me dejan tener uno, pero... ¿Puedo acariciarlo solo por hoy?- Se acercó un poco al chico de mejillas rosas.
- S-Sí...- Se lo dió, viendo como el otro chico lo agarraba emocionado y lo mimaba- Si quieres puedo traerlo todos los días, así lo acaricias...- Propuso tímidamente.
- ¿Hablas en serio?- Curvó sus labios en una enorme sonrisa que dejaba ver sus dientitos de conejo.
- Sí, lo digo de verdad- Sonrió tímidamente.
- Eso me haría muy feliz- JungKook sonrió en grande para luego juguetear con el cachorrito y después de varios minutos se unió Tae, corriendo los tres de un lado para otro.
🐶
Había pasado una semana desde el día que conoció a JungKook y Tae se encontraba triste debido a que no lo había vuelto a ver.
Al otro día había llevado felizmente a Yeontan al parque, vestido con un trajecito muy lindo para enseñárselo al pelinegro, pero estuvo horas y horas, y este no apareció para nada.
Los otros días fueron iguales, Tae iba al parque y terminaba volviendo llorando a casa.
Estaba triste, pero a la vez enojado y decidió no volver a ese parque. Ese chico tonto con dientes de conejo le había mentido y su corazoncito dolía al recordarlo.
🐶
Otra semana pasó y Tae se encontraba yendo a comprar un helado acompañado de su fiel amigo y mascota Yeontan.
Compró su helado y felizmente se sentó en una de las sillas que estaban fuera del establecimiento.
Comía felizmente, pero se alarmó al ver a su perrito huir de él, cruzando la peligrosa calle y asustándolo de muerte por los autos que estaban cruzando.
Se paró asustado, tirando su helado sin querer, haciendo una mueca triste al ver su dulce en el suelo. Su mami le había dado ese dinero para comprarse dulces y él se lo había gastado en ese gran helado, quedándose sin nada de dinero y sin casi probarlo.
Sin pensar mucho, cruzó la calle casi sin mirar y por suerte no fue atropellado. Siguió al cachorro lo más rápido que pudo, intentando no perderlo de vista, pero le fue inevitable.
- ¡Yeontan!- Gritó varias veces, pero no había rastros del perro.
Caminó por el lugar, pero no lo vio por ninguna parte.
Los llamados no pararon, pero el cachorro no aparecía.
Pasó media hora y nada. Sus ojitos se encontraban nublados, su único amigo se había ido, lo había dejado solito y ni siquiera tenía el consuelo de poder comer algún dulce.
Sollozó fuertemente limpiando sus ojitos con sus manos, sintiéndose tonto por llorar.
- Tannie...- Susurró sentado en el pasto, con su cara oculta entre sus rodillas. Sorbia fuertemente su nariz y sus lágrimas no dejaban de caer.
De repente sintió algo mojado tocar una de sus manos y antes de poder averiguar qué era, escuchó un ladrido.
Rápidamente salió de su escondite y ahí lo vio. Yeontan estaba sentado frente a el, con sus orejitas bajas y su fría y mojada naricita restregando su mano en consuelo.
- ¡Tannie!- Gritó feliz- ¿D-dónde fuiste?, te extrañé mucho- Abrazó al pequeño cachorro, liberando lágrimas de felicidad.
- Estaba conmigo, fue a saludarme- Escuchó una voz y asustado miró hacia donde provenía, no había oído llegar a nadie a su lado ni sentido su presencia.
Miró para arriba y ahí estaba ese tonto chico con dientes de conejo.
Inevitablemente frunció su ceño.
- No vuelvas a hacer eso Tannie- Regañó al perrito, ignorando por completo al chico a su lado.
- Todo está bien- Jeon se arrodilló a su lado para luego poner una de sus manos en la cabeza de Tae y acariciar su suave cabello.
Editado: 19.07.2020