Dana
Todos hemos tenido o tenemos un lugar favorito ese en el que apenas lo pisamos y la felicidad aumenta a tal grado que sientes que no cabe dentro de ti. Dicho lugar para mí son las librerías, cada que voy termino quedándome por horas ahí, cuando voy ahí me olvido de todo y solo me enfoco en disfrutar el momento de ir viendo cada libro y aunque quisiera comprarme toda la librería no lo hago porque obviamente no tengo el dinero suficiente para hacerlo.
Cuando Peter me hizo la propuesta no me pude negar porque por mas mal que me caiga jamás me negaría a tal propuesta, además después de todo me ayudara a despejarme un poco, hace mucho que no voy a una librería y ya extraño ir.
Ahora mismo estoy frente a mi armario viendo que ponerme, aunque tampoco no hay tanto que elegir pues toda mi ropa es igual, de colores oscuros y la mayoría de las blusas son unas tallas más grandes a la mía, razones por las que mi madre siempre me regaña.
“Deberías ya cambiar tu forma de vestir, comprarte un poco más de ropa colorida, comprar de ropa de las que usan jovencitas de tu edad, no ese tipo de vestimenta que llevas siempre que son más aseñoradas y otras parecen más pijama que ropa de salir”
Lo que ella no sabía era que usaba ese tipo de ropa porque no estaba cómoda con mi cuerpo, porque me sentía con sobrepeso y sabía que la ropa ajustada no iba conmigo, resaltaba mas eso que tanto odiaba, incluso una vez mi padre me lo dijo, era el quien me creaba más inseguridades sobre mí, ya que quizás y lo hacía sin querer y yo me los tomaba muy enserio, el solía o suele hacer comentarios como:
“Necesitas comer menos, por eso no bajas de peso”
“Deberías de dejar de comer chucherías, eso solo hace que subas de peso”
“Estas dejando de comer saludable, ¿cierto? Te ves más cachetona”
“Cuidado con volver a comer chuchería como antes que puedes engordar aún más, después”
Siempre decía eso mientras que era el quien se ponía frente a mí con alguna chuchería, tentándome a pedir por un poco, peleándome conmigo misma en mi interior por darle importancia a sus comentarios y es que sabía muy en el fondo que tenía razón y creo que no me hacia sentir mal por eso si no porque en lugar de eso siempre esperaba alguna motivación de su parte, pero nunca llego.
Al final me decido por unos jeans negros y una blusa de un color verde opaco y unas botas negras que combinan con el outfit, mientras que el peinado solo me arreglo un poco el cabello dejándolo suelto y finalmente me pongo un poco de maquillaje en la cara para que no se noten tanto las ojeras que traigo, sentía que me veía bien, eso quería decir que mi humor y mi autoestima andaban bien, algo que no pasa tan seguido y cuando está bien, nunca se sabe cuánto tiempo me vaya a durar.
Estoy a punto de ir a mi cama para seguir escribiendo un poco en lo que Peter llega, cuando escucho que tocan la puerta y el primero en salir del cuarto es Cato, yo por mi parte tomo mi teléfono antes de salir, para cuando llego a la entrada Cato ya está ahí esperando a que abra la puerta, como si supiera de quien se trata, aunque es lógico ya que es la única persona que ha venido toda la semana a la casa.
Comenzó a darle cariños mientras que yo solo veía la escena, cuando Peter esta pierdo a Cato, al parecer ya lo quiere más a el que a mí que soy su dueña, la que lo ha cuidado desde que era un cachorro.
Después de varios intentos logre que Cato se metiera a casa para poder irnos, Peter se adelanta para dárselas de caballero y abrirme la puerta, dicha acción me parece algo innecesario en cierta forma, porque a la vez también me parece algo muy bonito, algo romántico.
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Peter
En algún momento creí que jamás miraría tan feliz a una persona por entrar a un lugar lleno de libros y mucho menos creí que miraría feliz a Dana, me faltarían palabras para expresar lo feliz que se ve esta chica, apenas entramos se le ilumino la cara con una enorme y hermosa sonrisa, olvidándose completamente de que la estaba observando y lo más probable de que estaba junto a ella porque comenzó a caminar hacia los libros y yo solo la fui siguiendo.
Comenzamos a caminar por los pasillos hasta llegar a nuestro destino, ella se asombró al llegar.