¿Alguna vez se han sentido como si ya nada importara, queriendo dejar tu vida e irte lejos de todo y de todos? Porque yo si quisiera irme lejos, a un lugar en el que el único ruido sea el de la naturaleza, que el clima sea nublado en donde no pueda usar la tecnología y solo estemos Cato y yo, sería como un descanso, un respiro de aire puro, porque siempre me había dicho a mí misma “me siento cansada” para luego decirme nuevamente “no digas eso en voz alta” y es que al decirlo podrían escucharlo otras personas como mis padres y me dirían “¿cansada de qué? No haces nada” y sabía que era cierto, no tenía por qué estar cansada.
Hace tiempo lo entendí, no es cansancio físico si no mental y en mi opinión es peor que el físico porque de este no hay salida fácil, aunque sé que nada en esta vida lo es.
La mayoría de las personas para salir de ese cansancio que podríamos llamarlo como una enfermedad va a un psicólogo cosa que no he hecho porque me parece que eso lo hacen las personas ya cuando es demasiado sufrimiento, cuando el cansancio es demasiado que te cuesta seguir, cuando ya lo único que deseas es dejar este mundo donde la vida es una mierda. Cuando eso pasa las personas cercanas comienzan a brindarte ayuda, comienzan a ponerte la atención que antes pedias y ellos no te la daban porque no veían las señales y tampoco querías decirlas directamente porque te da miedo al que dirán, capaz y dirán “eres una débil” “deja de pensar en eso que hay personas que sufren más que tu” “solo es un drama tuyo, no te a ocurrido algo tan fuerte para que te sientas así”
Todo lo anterior es mentira, porque si sufría, sufría por culpa de ellos, ellos lo habían provocado y no se dieron cuenta porque trate de hacerme la fuerte y hacer como si no me afectara lo que pasaba, nunca en mi vida he podido fingir como lo he hecho todo este tiempo al fingir que estoy bien cuando claramente no lo estoy.
Y aquel sufrimiento venia cada que estaba cerca de uno de mis padres porque solo los veía para eso, mi madre solo iba a la casa una vez a la semana a reprocharme cosas que solo me afectaban más y mi padre solo se dirigía a mí para decir cosas que me herían más y como siempre lo he hecho los justificare con un “probablemente tengan razón y quizás no lo hacen con la intención de herirme”
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Años atrás
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Dana
Tiempo actual
Han pasado dos semanas desde que salí con Peter y en estas dos semanas nos hemos acercado un poco más, he dejado que, entre más en mi vida, aunque la mayoría del tiempo cambio la conversación y terminamos hablando de él.
Hace tres días que no hemos hablado más que en la clase de literatura pues el próximo fin de semana tendrán un partido muy importante y el entrenador muy apenas los deja descansar y eso en cierta forma me beneficia porque mi madre ha estado más en casa en estos últimos días por lo que he andado de muy mal humor. Cualquiera estaría feliz de que su mamá este en casa porque probablemente hay más felicidad en casa o que se yo hace tanto tiempo que estoy sola que me he olvidado de lo que es el cariño de hogar, en el que están los padres presentes para todo lo que necesite la hija o hijo, he olvidado que se siente tener una familia, tener una cena familiar o simplemente que tu mayor felicidad sea causada por tus padres y que no sea lo contrario, y siendo sincera no me interesa porque como ya lo dije he estado tanto tiempo sola que me he acostumbrado.
Hace seis años aquella felicidad que llegue a tener en algún momento desapareció, me di cuenta que el felices para siempre no existen y que no todo en esta vida es color de rosas como la niña de cinco años creía o quizá y lo supo desde hace años y decidió suprimir recuerdos amargos para ser feliz, hacer como si nada hubiese pasado.
Una persona me decía siempre que los recuerdos bonitos, de felicidad, eran los que realmente valían la pena guardar y que los tristes había que borrarlos y yo siempre he hecho lo contrario me olvido de los momentos de felicidad y guardo los tristes o desagradables como la vez que mi madre me dijo que se separaría de mi padre.
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