Yo oí que...

Prólogo.

— ¡No puedes hacerme esto, Luke!—grité sintiendo como mi cara demasiado caliente.

Probablemente estaría muy roja y no por las razones lindas.

—Ya lo hice, Core—dijo sin interés.

—Yo no te he hecho nada para que me trates así. —dije sintiendo un nudo en mi garganta.

— ¿Acostarte con mi mejor amigo no cuenta?—respondió con un tono sarcástico.

— ¡Yo no me acosté con Max!—dije al borde de la desesperación—. Lo que sea que te haya dicho él es mentira, ¿Le crees más a el que a mí?

Sentí los latidos de mi corazón acelerarse y me pesaba de más la respiración. De seguro que si sigo gritando así me dolerá el pecho.

—Sí, es mi mejor amigo ¿Porque me mentiría? Él al menos es honesto conmigo y reconoce su error. Sabes que yo hubiera sido capaz de perdonarte todo, menos que no fueras honesta conmigo. 

No quería escuchar más, no podía. Salí corriendo de ahí con las lágrimas corriendo por mi cara. No era por tristeza, era por coraje.

No podía creer que ese estúpido de Max se saliera con la suya.

Deje de correr cuando ya estaba frente a mi casa.

Odiaba sentirme así, odiaba llorar de enojo porque la gente pensaba que eras una persona sentimental llorando por estupideces y no, solo quieres golpear algo... miré la pared frente a mí y pensé que tal vez así mi dolor se enfocaría a mis nudillos en vez de él que siento ahora en mi pecho, así que estampe mi puño contra la pared una y otra vez hasta que estos empezaron a sangrar.

Lo odiaba, lo odiaba, lo odiaba, lo odiaba, lo odiaba.

***



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En el texto hay: novelajuvenil, romanceadolescente, enemigos

Editado: 22.12.2022

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