Yo oí que...

6: Una Noche Larga.

 

Core.

 

<<—Déjame en paz, Alex.

—Pásame la tarea de arte y me iré.

— ¿Por qué te ayudaría? Pídesela a alguien más.

—Eres la novia de mi mejor amigo, por eso me debes de ayudar. Eres la única que hace bien las tareas de arte.

—Mmm, no creo que sea mi deber.

No debería de ayudarle, sobre todo porque siempre aprovecha cualquier momento para molestarme.

—Core, si no me ayudas reprobaré y me atrasaré. Si no fuera por eso ni siquiera te hablaría.

Odio no poder decir que no fácilmente. Saqué el archivo de mi mochila y se lo entregué.

—No le digas a nadie que fui buena contigo o te patearé.

—Tranquila, no me creerían—me sonrío burlonamente y se fue. >>

 

§

 

—Por favor, por favor, por favor—Lisa seguía jalándome de la playera como niña chiquita.

—Ya te dije que no.

— ¿Por qué monitos no?—dijo ahora haciendo un puchero.

Sí se estaba tomando en serio lo de las groserías.

—Porque uno: el chico es odioso, dos: todos los idiotas estarán ahí y tres: no me da la gana.

—Pero... yo oí que será grandioso.

—Y seguirá siendo grandioso sin mí.

—Pero Max irá.

—Ya tendrás compañía al igual de que cuidarás que ninguna chica se le acerque—dije cerrando mi casillero y poniendo un punto final a la conversación.

Esta mañana había corrido la noticia de que Tomás haría una fiesta por el "increíble" inicio de curso.

¿Quién demonios hacía una fiesta en jueves sabiendo que al día siguiente hay clases?

Además no creo que tenga algo de asombroso el inicio de curso, de hecho es aburrido y odioso. En vez de celebrarlo me dan ganas de quejarme todo el día, aunque eso no es novedad.

He de admitir que sus fiestas son buenas, antes he ido a unas dos y me lo he pasado bien pero también descubrí que el alcohol no es bueno en mí, ni la gente, ni el ruido así que no, no, no, no va a pasar, ni aunque Lisa me lo pida de rodillas.

 

(…)

 

Estábamos Lisa y yo esperando en la entrada de la casa de Tomás.

Al final si logró convencerme, inició con su manipulación de “si tú me lo pidieras yo lo haría y terminó con ella arrastrándome a mi armario para ponerme algo decente. Tan linda mi amiga.

Tan solo una cuadra antes se escuchaba la música y los gritos de adolescentes y puedo decir que ya estoy harta.

Oficialmente este es el inicio de una noche larga.

Desde el momento que pise esa casa supe que sería un grave error, y lo confirme cuando me pareció buena idea aceptar cualquier trago que me daban, por eso no me gustan las fiestas.

 

Max.

 

Era un poco tarde pero tenía que esperar a que mis padres durmieran para poder escabullirme e ir a la fiesta. Pensaban que por tomar una cerveza era un alcohólico, pero, creo que cualquier padre es así ¿no?

Al llegar empecé a buscar a Core, ya que según Lisa ella había accedido a acompañarla; sin embargo no había señales de ellas por ningún lado, solo esperaba que no estuviera con cualquier idiota o que se haya puesto a hacer tonterías por ahí.

Después de dos horas de búsqueda y tragos de por medio estaba planeando en rendirme cuando logre verla sentada en las escaleras abrazando a Alex.

¿Alex?

Tal vez ya estaba demasiado ebrio para distinguir a las personas, así que me acerque rápidamente tropezando y esquivando el mar de gente y si, eran Core y Alex.

¿No se odiaban? Bueno, no me lo pregunto, confirmo: Ellos se odian.

Tal vez era hora de llevarla a casa. Me acerqué a ellos, Core estaba dormida sobre el hombro de Alex y cuando este me vio solo pude pensar en que él no podía saber que ella y yo nos llevamos bien, incluso más que llevarnos bien, que tenemos una gran conexión.

Así que "discretamente" inicie una conversación.

— ¿Qué haces abrazándola?

La discreción y yo no somos amigos.

—Yo me acerqué para molestarla pero al parecer estaba muy ebria y no me ha dejado de abrazar en toda la noche—oh sí eso explicaba todo.

Digamos que cuando Core bebe un poco de más, su odio contra el mundo desaparece y le da por ser cariñosa con todos, de hecho le llamo el efecto koala porque quiere abrazar a cualquiera aunque no lo conozca.

— ¿Y por qué no la dejaste con sus amigos?

Se quedó pensando por un momento.

—Por qué sería muy cansado llevarla colgada de mí por ahí—de repente una maravillosa idea se cruzó por mi mente. La más genial del mundo, así me libraría de tener que dejarla en casa.



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Editado: 22.12.2022

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