Yo Sin Ti... ©

Capitulo 6

Hoy perderé las dos primeras horas de clases de la mañana. Tanto el rector de la universidad como los profesores, tienen conocimiento de mi enfermedad y me envían las clases por correo cuando no puedo ir... Como también a mis amigos que me acompañan cada vez que tengo que ir a mis consultas. Los alumnos de medicina saben que uno de los estudiantes de la misma sufre una de las enfermedades que pocas personas lo poseen, como lo es la Acromatopsia y es una de esas enfermedades que todo medico quiere descubrir de lo que se trata. Un profesor en particular se ha acercado a preguntarme si quisiera presenciar una de sus clases para contar mi experiencia y me he negado... No quiero que me miren con lástima por ser la única persona que sufre esta rara enfermedad en la ciudad.

 

Me he levantado temprano a desayunar, tengo que ir al hospital a primera hora de la mañana y los estudios me llevarán un largo tiempo en realizarlos. Le he avisado a mi medico que iré acompañada por dos personas, así permiten dejarlos entrar. El doctor es el que siempre me ha atendido y es uno de los profesores de medicina de la universidad... Exactamente el que me insiste en que presencie sus clases, o más bien es el único medico que estudia sobre mi enfermedad. Si en el día de hoy llega a convencerme de que este en su clase, iría solo para que deje de insistirme.

 

- No debes desayunar mucho, Melissa.- la voz de mi madre me quita de mis pensamientos- Después de que te atienda Peter, podrás comer lo que quieras...- se acerca y me abraza.

 

Peter Méndez es el nombre de pila de mi doctor. Se puede decir que ya forma parte de la familia desde hace muchos años. Ha estudiado la Acromatopsia en su época de novato y con el transcurso del tiempo va comprobando las posibilidades de conseguir una cura para un futuro que una persona llegue a sufrir la misma enfermedad. Cada consulta es un nuevo descubrimiento para la misma. Gracias a él, ahora los recién nacidos se lo pueden examinar si la llegan a contraer... Y yo soy el ratón de laboratorio, pero con tal de hacer el bien, haría cualquier cosa.

 

- Lo sé, mamá, solo que hoy me he despertado con hambre.- le contesto mientras la sigo con la mirada preparando su desayuno- Anoche casi no he comido y este es el resultado.

 

- Ya tienes que estar al tanto de que no debes alimentarte mucho, lo hemos hecho desde que eras una niña...- frunce el ceño y suspira- Eres mayor y sabes lo que haces.- toma su taza y bebe su contenido.

 

- No olvides de que me quedaré un par de horas en la universidad.- me alejo del asiento- O eso creo, los parciales están cerca y le pediré a los profesores que me pongan al día.- me encojo de hombros.

 

El timbre suena, llevo una mano a mi pecho sintiendo como late mi corazón. Inhalo y exhalo para tranquilizarme, camino hacia la puerta de entrada imaginándome quien, o más bien quienes son los que están al otro lado. Cuando lo abro, me encuentro con mis mejores amigos con la entrada del sol detrás de ellos. Sonrío al ver que después de mucho tiempo, David me acompañará con Jaqueline... Como él mismo dijo, volveremos a los viejos tiempos. Les doy paso para que entren, cerrando la misma detrás de mí y me abrazan.

 

- Cumpliendo como siempre lo han hecho, mis queridos amigos...- me acerco más a ellos a saludarlos.

 

- Hemos estado para tí desde los 12 años, todo un récord.- la voz de David suena a buen humor- Solo que ahora somos adultos, ya que pasamos la preparatoria y estos universitarios siguen siendo los mismos.- niego con la cabeza sonriendo y los abrazo.

 

- Sí, seguimos siendo los mismos de siempre...- habla Jaqueline mientras rodea su brazo sobre mis hombros y los guío a la cocina.

 

Giro para mirar el reloj que esta por encima de la entrada... Aún falta una hora para estar en el hospital. Ellos saludan a mi madre, que está preparando los desayunos para los recién llegados. Por más que desayunen en sus casas, dicen que se deleitan con lo que les prepara aquí... No sé si creerles, aunque en nuestra adolescencia venía a desayunar antes de irnos al instituto. La costumbre de consumir en un solo lugar, hace que lo que te ofrecen en otro lado no sea lo mismo a la que acostumbras.

 

Después de media hora, Caroline aparece con su bolso y una gran sonrisa en su rostro... Otra persona que parece estar de buen humor. Su expresión cambia a sorpresa, mirando a mis amigos y luego frunce el ceño como si no entendiera lo que está pasando. Ahora que recuerdo, mi madre es la única que esta al tanto de que iré a control con David y Jaqueline.

 

- Hola...- saluda mi hermana y mi madre le tiende su taza- ¿Qué hacen ustedes aquí?- pregunta mirándolos a ellos.

 

- Desayunando.- miro a David y éste se encoge de hombros- Creo que has visto las tazas que nos ha dado Sara.

 

- No me refiero a eso, ¿Qué hacen aquí tan temprano? Digo, se supone que nos encontraríamos en el estacionamiento... Como siempre.- entrecierra sus ojos, su mirada ahora está en mí.

 

- Hoy tengo que ir a control... ¿Te has olvidado?- muerdo mis labios para no reírme.

 



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Editado: 09.04.2018

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