Desvelos y desvaríos

El día que empezaron de dejar de importarme los números...

Sigo esperando que llegue. A veces pareciera que ya no me interesan el número de lecturas, el número de reseñas, de lectores... Pero es una ilusión, pues no conforme con torturarme con mis propias "cuentas" me comparo con otros escritores... entonces queda en evidencia que no alcanzo a ser un escritor, que esa palabra me queda grande aún, que solo intento contar historias, que no están del todo bien hechas, a las que le falta una pulida, o merecen la hoguera, no lo sé.

Tal vez soy un poco duro con esa cosa que me salió de las tripas, del subconsciente, de mi neurona alocada, de mi fantasía infantil. Porque cuando era joven quería convertirme en escritor y vivir de eso, y ahora de adulto, solo quiero ser un asalariado con un empleo estable, porque de amor al arte no se vive y no sé si poseo las habilidades de un artista.

Fue duro enfrentarme a un mundo, donde había personas más talentosas y calificadas que yo, haciendo de mejor manera, aquello en lo que creía, destacaba.

Sin embargo, más duro, fue enterarme que personas con un talento impresionante, no recibían el reconocimiento que merecían, siendo opacados por personajes populares, con contenido de dudosa calidad...

Tal vez, solo estoy divagando, tal vez, dejando entrever mi envidia sin razón aparente. Me excuso. Soy humano y no soy perfecto. Entre mis muchos defectos está el divagar con frecuencia y guardarle rencor a cosas absurdas, como los libros de youtubers e influencers y a los números que reflejan mucho, pero al carecer de una palabra que los explique, para mí no significan nada.