Yo soy Augusto, hace poco vi al amor de mi vida, se encontraba diferente de la vez que me había dejado, tenía el pelo corto y la sonrisa más ancha, había cambiado, era algo obvio y muy claro, había pasado tiempo, entre cinco o siete años, no lo recuerdo.
Cuando estuvimos juntos me preguntó si la amaba y le dije que no, que no estaba listo para tan grande responsabilidad, me odió, lo supe desde ese momento cuando sus ojos se tornaron en un remolino de odio y de desinterés que me dolió. Jamás volví a sonreír de la manera que lo hacía con ella, porque descubrí que al final si la amaba, pero no me di cuenta, hasta ahora, que tengo cerca de cuarenta años y la vi.
Esto de ver a la persona que amas después de años, no importa cuántos, te hace pensar en lo idiota o estúpido que fuiste, en lo poco que valoraste a alguien que te amaba, ahora es como una versión al revés, solo que ella ni siquiera me pasa la hora, me saludó como si fuera un desconocido y le sonrió a su pareja. ¡Qué dolor sentí!, me lo merezco, igual por ahí no todos son como yo y se avivan antes de tirar todo por la borda.
Muchas veces, no todos estamos preparados para SER con alguien, somos individualistas, pero no quita que se puede estar con otra persona, pero antes de ella estoy yo, asique, no todo es ahora, no le podía decir que la amaba si ni siquiera me amaba a mí, no la quería destruir pero lo hice.