PDV THURIN
Después de mi crisis existencial y con la poca dignidad que me quedaba, salí del baño.
Se preguntarán que paso después, lo hare breve.
Pasamos el fin de semana completo en clases y ni asi pudimos terminar, veré si le doy alguna excusa a los profesores. No pude ir a la práctica del sábado, ya como que estoy faltando mucho y no me gusta para nada.
¿Ángel? fue difícil, pero pude concentrarme, tuvimos pequeños roces a la hora de tomar los lápices o cualquier material que necesitábamos. Mi corazón sufría las consecuencias.
De vez en cuando lo encontraba mirándome, retiraba la mirada avergonzado y con pequeños toques rojos en sus mejillas. Mi cara ardía de la vergüenza al pensar que recordaba esa faceta que solo los monstruos del armario conocían de mi.
Con todo eso, supe llevar la situación, estaba muy agradecida con él, por tal razón el domingo lo invite a cenar, pero me rechazo diciendo que tenía cosas pendientes que hacer, me sentí mal, no por el hecho de ser rechazada (igual me dolió) sino que le quité su tiempo con mis problemas ignorando los suyos.
¡Que clase de novia imaginaria soy!
—¿cómo te gusta que te dé? —pregunta curiosa Megan— por delante o por atrás —entrecierra los ojos y nos mira expectante esperando nuestra respuesta.
—bueno yo en lo personal—comienzo a decir—prefiero que me dé por detrás, asi no pica, ni arde tanto como de frente—digo sin más encogiéndome de hombros.
—¡ay no! —dice quejándose Amber — no quiero que me dé por ningún lado, prefiero quedarme en mi casa leyendo un buen libro— arruga la nariz— sabían que exponerse mucho, trae problemas en la piel—comenta fingiendo escalofríos—deshidratación, quemaduras, envejecimiento de la piel, cáncer y muchas cosas más— enumera con cara de asco.
Nos encontrábamos en las gradas sentadas en una esquina para que el sol no nos diera, de allí surgió la conversación. y se preguntan ¿por que no nos vamos de ahí? bueno, la pereza reina en nuestro sistema, hasta llego a creer que somos humano-perezoso y no venimos del mono sino del perezoso. No tengo pruebas, pero tampoco dudas.
Estábamos Megan, Amber y yo. celeste estaba con su novio, dios sabe dónde.
Les conté mi vergonzosa anécdota del fin de semana, se rieron a estallar, llamando la atención de los que estaban presente que nos miraban curioso. Putos chismosos.
Los profesores se apiadaron de mí y entendieron mi situación acordando que debo entregar las clases en el transcurso de la semana.
Lo bueno de llevarse bien con los profesores.
—¿de qué hablan chicas? — llega un Anthony sonriendo a nuestro grupo sentándose a mi lado y pasando su mano por mis hombros. Lo miro con reproche y retira su mano.
—estamos debatiendo de como preferimos que nos de el sol, si de espalda o de frente—comenta alegre Amber. Anthony nos mira como bichos raros.
—¿que? no nos mires asi—se cruza de brazos Amber— además es un tema muy interesante— señala—bueno la verdad no teníamos de que hablar, que mejor tema que hablar del sol—dice sonriente encojiendose de los hombros.
Meg rueda los ojos— solo lo dices porque tu iniciaste esta ridícula conversación—Amber la mira mal y le saca la lengua.
—okey—dice confundido Antón— amor ¿cuándo nos vamos a casar? — remoja sus labios de forma coqueta, se acerca peligrosamente hacia mí.
—tócame y te rostizare el rostro— digo amenazante sin una pisca de humor en mi tono de voz, mientras que por dentro estoy muriendo de la risa. Esta cara la aprendí gracias a mis hermanos, solo la uso cuando quiero amenazar y si que funciona.
Antón alza las manos en modo de rendición. Meg y Amber, dejaron de discutir sobre el sol para comenzar a reír y no aguanto y rio también.
— me encantas Thurin, aunque a veces me das miedo—comenta tocándose la oreja.
—eres más masoquista que un negro haciéndose un tatuaje de color—comenta fastidiada meg.
—al menos yo tengo amor propio, tu pareces las muestras que dan gratis y ni así te toman en cuenta.
Como decirlo, Megan y Anthony no se agradan ni un poquito y cuando se juntan prepárense para el espectáculo que ofrecen, puros insultos de primera.
—okey, chicos cálmense— Amber trata de tranquilizar la situación.
—nos vemos luego chicas— se va no sin antes dar una mirada iracunda hacia meg quien alegremente saca su dedo corazón.
—todavía no entiendo por qué no te agrada—comente incrédula. Se encoge de hombros.
—algunos no les gusta el chocolate a otros les encanta ¿entiendes? —alza una de sus gruesas cejas expectante.
—no te agrada porque hay que seguir un orden natural para que la balanza este equilibrada—digo dudosa. Iba a contestar, pero es interrumpida por la chillona voz de Amber.
—¡ay ya cállense!, sonó el timbre hace como media hora y estamos aquí hablando basura verbal— comenta irritada Amber.
—eso déjamelo a mí— suelta confiada meg—inventare algo.
—entonces vamos, toca literatura.—quería evitar esta materia a toda costa.
Nos encaminamos a paso apresurado. meg toca la puerta y aparece uno de los estudiantes más fastidioso que esta enamorado de ella.
las tres rodamos los ojos. Ese chico es demasiado entrometido, compadezco a meg.
—Megan —suspira embobado.
—apártate cosa rara que camina en dos patas— dice con suficiencia meg.
—claro mi doncella— hace una pequeña reverencia abriendo el paso.
La cosa buena, el profesor no asistió a dar docencia, pero como los estudiantes no pueden ser felices, mando una práctica de cincuenta hojas para entregarlo en la próxima clase y saben cuándo es la próxima clase ¡MAÑANA!
Esta clase me toca con Ángel, por esa razón la quería evitar. lo visualizo en una esquina, mirando a la nada parece molesto, siento una opresión en mi pecho.
—mírate no más, botando baba por el— comenta Amber en mi oído haciendo saltar en mi lugar. La atención del chico se centra en nosotras. La miro con reproche. Alza las manos en modo de disculpa.
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Editado: 25.12.2020