Una nueva meta que alcanzar.
1 hora después seguimos en el restaurante, charlando sobre todo lo que pasó hoy.
- Lo impresionante fue que, por culpa del imbécil de Luis casi pierdes el control. - Dice Maick, otro mecánico, quien es hermano de marco.
- Si, pero por suerte no sucedió. - le respondo.
- Debe tener la cara Roja como tomate del enojo- dice Marco, explotando en carcajadas haciéndonos acompañarlo.
- No lo dudes- digo aún riendo, Lo cual dejo de hacer cuando mi teléfono, que esta sobre la mesa, deja ver una llamada entrante de mi padre. - Vuelvo en unos minutos- les digo para luego levantarme y tomar la llamada mientras salgo al balcón.
- Hola pa- contesto.
- Hola mi Princesa- responde.- como va todo por ahí? ¿Ya sabes cuando volverás?
- Volveremos mañana, no te preocupes pa.
- ¿Donde estas ahora? - me pregunta.
Y aquí vamos con mi pan de cada día: mentirle a mi papá.
Estoy en una cena con algunos ejecutivos.
- Pues te dejó para que no los hagas esperar.
- Esta bien. Te quiero. - y así, término la llamada.
Me apoyo de los barandales y inconscientemente doy un largo suspiro.
- Ah sido interesante... - entra otra persona al balcón, al parecer en una llamada- pero te cuento cuando regrese.
Cuelga, y al igual que yo, se recuesta mirando la oscuridad de la noche siendo alumbrada por la Luna llena.
Lo miro de reojo y se ve que es mucho más alto que yo, su pelo sedoso y castaño claro se mueve ligeramente por la brisa, su mandíbula sexi y bien definida, para ser sincera es muy bonito.

Apuesto y en unos minutos me buscara conversación, por lo menos, eso le ruego al cielo.
Han pasado unos minutos y no ha dicho ni pio.
Dios, que hable rápido, no esta cayendo nieve pero tengo frío, me voy a congelar.
Unos minutos después... Siento como algo me arropa.
Volteo mi rostro, cuando me encuentro con él.
- Si tienes frío deberías volver a dentro- dice, mientras deja su chaqueta sobre mis hombros descubiertos, para luego volver a su lugar de antes.
- Gracias- le agradezco. Y como no aguanto más... Hablo.
- ¿Piensas quedarte callado toda la noche? - le pregunto ya con cero paciencia.
- Eso pensaba... - dice volteando a mirarme.
- Crei que después de darme tu chaqueta por lo menos tratarias de entablar una conversación, para invitarme a salir.
Se rie-Me apena que veas esa acción como un movimiento estratégico para invitarte a salir. Ni siquiera se tu nombre y mucho menos te conozco. - dice volviendo a reír suavemente, sin apartar la mirada de la Luna.
-¿Y desde cuando el no saber el nombre, ni conocer a la chica los ha detenido? - pregunto.
- Pues quizás no a otros... Pero para mí, sería más importante conocerla antes de llevarla a la cama. Aunque no me sorprende que pienses eso de nosotros los hombres. - dice riendo.
- ¿Entonces lo que dices es: que prestarme tu chaqueta para protegerme del frío, no fue una de tus estrategias para llevar a alguien a la cama?
- Exacto- dice mirándome con una tierna sonrisa de labios cerrados. - Que inteligente eres. - dice sarcásticamente.
Oh ya verás...
- Pues ya que tu eres muy lento... Entablare la conversación yo. - no responde, pero una sonrisa se dibuja en su rostro.
- ¿Estas aquí en Italia por negocios? -le preguntó
- No. Estoy de vacaciones, pero ambos sabemos que eso no es lo que te interesa... - dice volteandose hacia mi, mientras cruza sus brazos sobre su pecho. Por lo que se me ocurre algo.
Río por lo que acaba de decir.
- Tienes razón... - digo acercandome a él lentamente, poniendo mis manos en los barandales, acorrarandolo de ambos lados.
- ¿Q... Que... Que haces? - pregunta nervioso con los ojos como dos platos.
- Lo que quería hacer desde el principio... Acercarme a ti... - digo, estudiando cada fracción de su rostro, su nariz, labios, ojos, pestañas... Todo... Y inconsciente mis manos suben por su pecho. - Eres muy bonito- le susurro a centímetros de su rostro. Él, aún esta sorprendido, por lo que no dice nada, pero veo como se sonroja, por lo que caigo en carcajadas. - ¡¡Que tierno!! Exclamó como si se tratara de un perrito.
Me separo de él, y al parecer, ahí es que vuelve a respirar. Por lo cual vuelvo a reír.
Él, aclara su garganta y recobra la compostura.
-¿Soy tan bella que se te detuvo el corazón verdad? - le preguntó en forma de broma.
- Si. Digo, no- dice nervioso.
- Osea que no soy bonita...- le cuestionó como si estuviera ofendida.
- Bueno si - dice pasando su mano hacia atrás por todo su pelo, para rascar su nuca sonrojado.
- Eres aún más lindo cuando te sonrojas.- digo, mordiendo un poco mi labio inferior para ponerlo un poco más nervioso mientras me acerco para acorralarlo nuevamente, pero antes de que lo haga, me esquiva.
-Deberíaría irme ya- dice volviendo al restaurante.
Me quedo sin creer lo que acaba de pasar... ¿Enserio se fue así nada más?
Unos segundos después, vuelve a entrar por la puerta. Ja, ya cayo... celebro victoriosa en mi mente.
-Vine por mi chaqueta... - dice. ¿Que? ¿Por su chaqueta? ¿¡Y yo que!?
- Ah si... Tu chaqueta... - le digo.- Si la quieres, ven a quitarmela, después de todo tu fuiste quien la puso sobre mí. No se a ti, pero mis padres me enseñaron que si mueves algo de un lugar, debes volver a ponerlo donde estaba. En este caso, te toca retirar la chaqueta de mis hombros- digo mientras me acerco lentamente a él.
- T... Te la regalo- dice nervioso alejándose se mi, como si fuera un moustro, para luego darse la vuelta e irse del lugar casi chocando con uno de los meseros, lo que vuelve a hacerme reir.
- ¿Tanto duro la llamada con papa? - dice Jackson entrando al balcón.
- La verdad no... - digo, aún con una sonrisa en el rostro.
- ¿De que te ríes? - pregunta.