Años más tarde aparentemente la tormenta termina dándole entrada al sol.
George había alcanzado una edad importante, se encuentra así mismo como un niño inteligente y que para la corta edad que tiene sabe expresarse de una forma entendible hacía nosotros los adultos. Mi hijo tiene una estrecha relación con los padres de su padre, George adora con todo su pequeño corazón a mis ex suegros.
Y ni hablar de ellos, su corazón se hincha cada que lo ven y en sus rostros aparece un brillo que nunca antes vi, ni siquiera con los hijos de Mariana.
George el día de hoy había tenido jardín durante toda la mañana y a eso de las tres mi hermana lo trajo de regreso con algo diferente y que me inquieta como madre primeriza que soy. Hay veces donde me equivoco con mi hijo pero trato de remediarlo, sigo intentando ser una buena madre para él.
—¿George? —. Me adentré a su habitación y lo encontré recostado sobre su cama abrazando a su peluche preferido.
Mis alarmas saltaron cuando divisé sus mejillas húmedas y su cara roja, George era extremadamente blanco como Kai y se le notaba a leguas lo sonrojado.
—¿Hijo? —. Me senté a su lado y acaricié tiernamente su cabello.— Cuéntame, ¿por qué estás así?
George se reincorporó sentándose, secó con el dorso de su diminuta mano las lágrimas que aún corrían.
—Mami ¿por qué los otros niños tienen un papá y yo no? —. Ahogué un sollozo cuando terminó de articular su pregunta.
He armado durante estos años algún plan para cuando George me pregunte por Kai y… Siempre caigo en que debo decirle la verdad y no la mentira que quiere Kai. Jamás podría ocultarle a mi hijo sobre el verdadero paradero de su papá y tampoco es que quiera que sepa cómo lo rechazó desde antes de nacer; estaba en una encrucijada.
—George… Lo de nosotros es diferente ¿vale? No necesitas de un papá para festejar este día y te lo he dicho, entiendo que a veces quieras uno para jugar pero siempre tendrás a tus abuelos y a mi, los dos valemos por un padre.
—Quiero saber si tengo un papá. —. Articuló entre tantos balbuceos.
Un estremecimiento barrió con intensidad mi cuerpo.
Hablar de Kai con George será complicado…
—¿Y crees que papá importa, hijo? Entiendo que quieras saber de él pero no lo necesitas. —. George bajó su mirada y yo mordí mi labio, expulsé aire y me recosté en la cabecera de su cama junto a él.— ¿Quieres la historia de cómo conocí a tu papá?
George más animado asiente.
»— Fue una tarde como cualquier otra cuando apareció en mi campo visual, andaba con tu tía Isabela e imagínate como se comportó con papá. —. De mi garganta salió una carcajada, a mi mente vino esa tarde donde Isabela comenzó odiar a Kai.— Él tomó mi libro favorito cuando sin querer lo dejé y cuando fui a buscarlo lo encontré a él, hablamos y ahí empezó todo. Años después nos casamos y vivíamos juntos, todo parecía hermoso pero no duró mucho. Se vino la peor de las tormentas a mi vida donde mi ánimo había decaído drásticamente, caí en el fondo del acantilado pero luego nació una nueva esperanza; tu. Había quedado embarazada de ti en el mejor momento y aunque tú papá no quiso acompañarnos… —. De reojo observé como George me miraba atentamente, mi bebé tan curioso.—… George, quiero que sepas que me tienes a mi por sobretodo, se rompió un plato no toda la vajilla, sigo estando aquí. Y se que no soy papá pero valgo por ambos, no necesitas de él.
Hablar de Kai con mi hijo no era fácil, ciertas cosas no entiende y tampoco quiero que lo haga.
Y se que ahora su mayor duda era el porqué su papá no se quedó.
En sus faros color bronce lo pude ver, era tan transparente.
—¿Papi no me quería?
—Él te amaba al igual que tus abuelos, solo que no se siente listo para ser tu papá. — “y probablemente nunca lo esté”
Él sorbió su nariz y me miró con una sonrisa adornando sus labios.
—Mami gracias por contarme la historia.
Acaricié su cabello color chocolate y lo abracé.
—Solo quiero tu felicidad.
—Ya lo soy y es por ti.
Eso sin duda fue una bandita a mi corazón herido.
Ya cuando finalmente cae dormido en su cama salgo a la sala, tenía una visita importante el día de hoy.
Era una persona que tuve que enfrentar hace años pero nunca me atreví.
—Hola.
Al verlo todos mis sentidos de alertan y mi corazón comienza a bombear sangre con más rapidez. Era el efecto que él aún tiene sobre mi.
—Llegas tarde.
Kai frunció su ceño y fugazmente vio su reloj de muñeca.
—Cinco minutos, no era mucho. — “para mi lo eran todo” murmuró mi subconsciente, sin ánimos de discutir lo hago pasar a mi departamento. Kai miró atento a todo lo que se atraviesa hasta que recayó en mi.— ¿Dónde está?
—En su habitación dormido. —. Le pasó por un lado para ir a la cocina por agua, necesito hidratar mi garganta.
—¿Para que me llamaste?
Frunzo el ceño y lo enfrento.
—Tus padres me dijeron que necesitabas hablar conmigo de algo, no te creas tan importante.
Kai asintió presionando sus labios y con su mano me indicó que tomáramos asiento.
—Es duro decirlo por lo que trataré de ser directo. —. Dijo al momento de sentarnos.— Aurora, tengo cáncer.
Oh.
La vulnerabilidad era evidente en la expresión de mi ex esposo, y comprendo que sea algo malo y que lo afecte a él emocionalmente.
—Lo siento Kai.
—Te pedí que habláramos porque quería disculparme contigo, fui el peor novio y el peor marido me avergüenza mucho saber que te traté mal aún cuando lo único que hacías era amarme. Es tarde y lo sé, pero bastó con esto para comprender que la vida es un instante y que al final nos arrepentimos.
Aclaré mi garganta y opté una posición recta, no caeré más nunca por él.
—Todo está olvidado Kai ya no es necesario que pidas perdón.
Él saco de su saco una carpeta.
—Vine también por esto. —. Y me la entregó.
Casi caigo de culo al suelo cuando leo su contenido.
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Editado: 26.03.2024