Era imposible que Jeongin no relacionara Busan con su infancia, donde creció antes de ser adoptado por los Yang, esa idea, mezclada con la proximidad física de Hyunjin en el bus, le ponía la boca seca y le causaba mariposas en el estómago.
Y aunque él hubiera deseado estar hermoso y atrayente para él, lamentablemente el viaje en el bus lo hacía vomitar cada quince minutos, pero Hyunjin, muy amoroso, le sostenía un lavatorio frente a la cara, le limpiaba la boca después de cada acceso y aunque él se moría de vergüenza, no le quedaba otra que aceptarlo.
Fueron tres largas horas en el bus, Jeongin llegó casi desfallecido a Busan y ni se dio cuenta de que Hyunjin lo llevaba en brazos a un hotel, registrándose ambos como esposos.
Al día siguiente despertó con su ropa de viaje, sintiéndose muy incómodo, estaba solo en la habitación, la cama del lado estaba hecha y Hyunjin no se veía.
—¿Hyunjin? — dijo Jeongin, aterrado.
—Aquí estoy, mi Innie — dijo él, entrando —. Estaba conversando con un chico de la habitación del lado, aparentemente, hay falta de escuelas en este lugar, él también es profesor, y estábamos hablando de políticas educacionales del gobernador...
—¿Dónde estamos?
—En el hotel más barato de Busan, mi Innie — respondió él —. Nos quedaremos acá un par de semanas, mientras se tranquiliza lo de Seúl.
—Bien...
—Otro huésped del hotel es una estudiante universitaria, Jeongin, él está en una situación parecida a la tuya, también estudia sin la aprobación de su familia, está ansioso por conocerte.
—¿Qué?
—Sí, quiere conocerte y darte consejos sobre la vida de la universidad, creo que sería muy bueno para ti hablar con él, es un chico muy talentoso.
Jeongin casi se puso verde de envidia.
—Así que ¿Es talentoso? Qué bueno que lo encuentres talentoso.
Él se rio, si, su Innie estaba celoso, eso significaba que ya se sentía bien.
—No me malinterpretes, Innie, estoy ansioso por terminar la declaración que interrumpió tu amiguito Hoseok.
Jeongin enrojeció un poco.
—¿Por qué estoy vestido aún con mi ropa de viaje? — se quejó.
Hyunjin se vio algo turbado.
—Bueno, es que... no estabas en condiciones de hacer nada por ti misma, y a mí me dio... es que... yo no quise que tú... no pude...
—Ah, no quisiste desnudarme — asombrado de su propia audacia, se tapó rápidamente la boca.
—Soy un caballero, además, llevas un traje muy complicado.
—¿Y por qué mi habitación tiene dos camas? ¿La comparto con algún chico?
—Eh... después te digo, ahora sería bueno que bajaras a almorzar, debes estar muerto de hambre.
—¡Claro que sí! — Jeongin se sorprendió de lo hambriento que estaba, cuando hasta ayer estaba dispuesta a no comer nunca más en su vida, por los mareos en el bus.
—Te espero abajo — dijo él, y lo dejó solo.
Jeongin fue a asearse al baño, y tenía tanta prisa que no se dio cuenta de la hoja de afeitar y el cepillo de dientes que estaban en una repisa, salió de la habitación fresco y renovado.
Hyunjin estaba abajo, ansioso.
—¿Algo que decir? — preguntó él, refiriéndose a los útiles de aseo.
Suponía que Jeongin, al verlos, se había dado cuenta de que él se alojaba con Jeongin, pensaba explicarle la situación, que no le había quedado otra por falta de dinero.
—Nada, ningún problema — dijo él, pensando que se refería a la pobreza del hotel.
—¿Entonces estás de acuerdo?
—¡Claro! No tenemos mucho dinero, hay que ahorrar, creo que hiciste una buena elección y te apoyo.
—¡Magnífico! — el rostro de él se iluminó al ver que Jeongin no estaba molesta.
Pensaba que Jeongin, el dulce hijo de una adinerada familia, se horrorizaría ante la idea de compartir habitación con él, aunque eran hombres, en Corea no era tan bien visto, pero él estaba actuando muy maduramente, era un caballero y no intentaría nada, por supuesto.
Apenas consiguiera algo más de dinero, conseguiría otra habitación, por mientras, pensaba dormir en el baño, para darle más privacidad al joven.
—¿Dónde vamos a almorzar?
—Hay un lindo restaurante por acá cerca, muy barato, ahí nos espera el chico universitario del que te hablé, junto a su abuela.
—Mmm... claro, tu amigo universitario, lo había olvidado.
—Te ayudará hablar con él para ver dónde puedes estudiar, Jeongin, ya estás listo para dar los exámenes, sólo falta que te decidas, estoy orgulloso de ti, de tu valiente decisión.
—Claro... — Jeongin dudó un instante.
¿No sería mejor decirle la verdad, que él huyó de casa por orgullo y no por deseo de estudiar? Pero ahora las cosas habían cambiado, realmente deseaba entrar a la Universidad y cultivarse.
¿O simplemente quería estar con Hyunjin?
Llegaron en silencio al restaurante, ambos estaban pensativos, Hyunjin intentaba decidir cómo pedirle que fuera su novio, Jeongin no sabía si sincerarse con Hyunjin sobre los motivos que tuvo para dejar su hogar.
—¡Jeongin! — Seungmin se lanzó sobre él y lo abrazó llorando — ¡Jeongin, estás bien! No sabes cuán preocupados estamos todos por ti.
—¿Ustedes se conocían? — preguntó Hyunjin, sorprendido y encantado.
—¡Seungmin! — exclamó Jeongin, confundido — ¿Qué haces en Busan?
—Vine con mi abuela, ella quería jugar en los casinos, nos alojamos en tu hotel porque no queremos gastar demasiado, tú sabes, papá pone el grito en el cielo cuando piensa que alguien se desmanda con el dinero y como mi abuela quiere apostar en grande, estamos ahorrando lo más que podemos, mi abuela está en el baño, le encantará verte, pero… ¡Cuéntame de ti! ¿Cómo fue que te decidiste a dejar a Changbin? Fuiste muy valiente, Jeongin.
—Seungmin, no hablemos de...
—¿Changbin? — Hyunjin sonaba preocupado — ¿Quién es Changbin?
—Un estúpido que perdió a mi amigo por no saber valorarlo — respondió Seungmin — Y por suerte, él se dio cuenta de eso y huyó en medio de la boda, Jeongin es un heroe del amor.
Editado: 26.09.2022