El día de la fiesta había llegado, Klaus había tenido la amabilidad de llegar a nuestro apartamento el día anterior para quedarse a dormir y como era de esperarse había llegado ebrio y drogado. Mientras yo le preparaba un baño, mi querida hermana arreglaba el desayuno para todos.
No tuve que decir más pues este ya se encontraba de pie tomando con prisa la toalla que estaba en mi mano, una sonrisa de satisfacción se formó en mis labios. En mi teléfono tenía algunos mensajes por parte de mis compañeros de grado y claro como esperaba por parte de Noah “Espero verte esta noche”. Simplemente ignore ese mensaje, pues en mi mente por alguna razón tenía las palabras dichas por Klaus “Diego ha preguntado por ti”, habían pasado ya un par de semanas desde la última vez que había tenido contacto con él, ese abrazo de despedida había sido el final de nada.
La noche nos cayó encima, es la primera vez para mí y Vanya en una fiesta y bueno Klaus tiene más experiencia, es más energético y entusiasta, que a diferencia de nosotras que somos unas inexpertas en cuanto a socializar con otras personas. Llevaba un bonito vestido de tirantes de un bonito color azul oscuro ajustado al cuerpo junto con una chaqueta de cuero y tacones y claro maquillaje, un marcado tono rojo sobre mis labios. Vanya por su parte vestía más casual, un pantalón ancho y una camisa de manga corta. Klaus con su estilo libre y dramático, plumas y colores brillantes le daban una apariencia única.
Juntos nos dirigimos hacia mi campus, la gente comenzaba a aparecer desde todas direcciones para una noche que juraba ser inolvidable, ya no puedo comportarme como una chica tímida, creo que es tiempo de ser un poco más atrevida. Llegamos al campus, para ser más específico el gimnasio principal adornado con brillos, la música se escuchaba de lejos y el ambiente dentro del mismo era simplemente ideal para pasarla bien, sin perder el tiempo junto a mis hermanos nos fuimos directo a la barra para tomar unas cervezas, Klaus tuvo la brillante idea de consumir una de sus pastillas mágicas, según él se sentía más alegre. Comenzamos a bailar como solíamos hacerlo los fines de semana dentro de mi habitación, cada que nos reuníamos y cada vez que Klaus tenía la posibilidad de robar algo de licor de la barra privada de nuestro padre.
Me atreví a seguir los oscuros pasos de Klaus tomando una de sus píldoras, los tres estábamos en las nubes disfrutando de la música que retumbaba en mis oídos, la mezcla de esa pastilla con la cerveza estaban haciendo que todo mi cuerpo vibrara y el calor comenzaba a apoderarse de mi cuerpo, razón por la cual termine arrojando mi chaqueta a un lado, o al menos eso creía yo, pues al girar quede de frente a Noah, nos quedamos viendo y sin perder tiempo lo jale para bailar pegada en a él, jamás pensé que terminaría bailando de esa forma con un chico y menos con alguien que apenas conozco, pero él es un chico atractivo y amable ¿Qué podría perder? Creo que absolutamente nada.
Continuamos bailando, sentía las pequeñas gotas de sudor bajar por mi cuello, las manos de Noah sobre mi cintura estimulando cada parte de mi cuerpo, las sensaciones iban en incremento. Observe a mis hermanos, que a simple vista también estaban disfrutando de esa fiesta. Quede de frente a mi acompañante, lograba sentir su respiración gracias a la cercanía de nuestros rostros, su boca contra la mía iniciando un apasionado beso.
Desperté a la mañana siguiente, el dolor de cabeza era insoportable, sentía como si me hubieran dado una buena paliza, todo me dolía. Abrí los ojos observando a mi alrededor, una habitación de color vino, con estantes y repisas negras. Qué demonios, levanté las sábanas notando que bajo estas solo había dos cuerpos desnudos ¿Qué demonios hice anoche? Aun asustada gire la vista notando a Noah a mi lado quien parecía no tener intenciones de despertar, en qué momento pase de estar bailando con mis hermanos a estar desnuda en la cama de mi vecino.