—John, tenemos que escapar de acá cuando antes.
—Lo sé Sant, pero no podemos con tantos zombies afuera, no podríamos solos...
—Jo-John... No me queda mucho, lo sabes ¿No? — Dijo Edward con pocas fuerzas.
—Cállate, no gastes aliento. — Lo detuve.
—Sant. Si muero, algo probable, quiero que cuides a Idit por favor — Imploró mientras apretaba mi mano con sus últimas fuerzas.
—Okey Ed, lo haré.
—Gracias...
La poca fuerza que su mano ejercia sobre la mía fue desapareciendo mientras agradecía. Mi mente quedó en silencio, los zombies se habían callado y ese galpón se volvió en un lugar totalmente sombrío. Solo quedaba discutir qué hacer y desearnos suerte.
—¿Qué hacemos Sant? — Me preguntó John parándose.
—No lo sé.
—Algo tenemos que idear, Ed era el cerebro de la misión...
—No me subestimes inglés.
—No deberíamos de bromear ahora. — Dijo entre risas.
—Ya... Parece que vamos a morir...
De pronto, unos pequeños temblores sacudieron nuestros cuerpos y decidimos mirar por las ventanas de manera cautelosa.
—¡¡THE ROCK!! — Gritó John.
—¿Qué? — Pregunté sin saber a qué se refería.
—Un mutante verdaderamente peligroso, es sordo pero no ciego. Es gigantesco pero aún así puede correr a una velocidad aceptable, casi tan rápido como una bicicleta. Al tener casi trece metros de altura y un increíble peso debido a su voluminoso cuerpo, es capaz de pisarte y desaparecerte sin esfuerzo.
—Hey John. ¡Una bicicleta! — Exclamé entusiasmado.
—Mmmm no seria una mala idea huir en eso o simplemente distraerlo, pero es muy peligroso.
—Iré yo... No hay caso, debemos salir de aquí e informar a Altamirano del monstruo ese, vos tenes más madera que yo para sobrevivir en este mundo. Voy a llevarlo cerca de la costa, allí veo que hago...
—¿Are you sure? — Dijo.
—Sí, estoy seguro. Voy a gritar y cuando se distraigan conmigo, corre. Adiós amigo.
—Okey, no te voy a detener. Me llevaré a Edward y les contaré a todos del monstruo y de tu valerosa hazaña. Adiós, Sant.
Salí por la puerta trasera, me subí a la bici y pase por delante de 'The Rock'. Comencé a pedalear mientras gritaba para intentar distraer a los zombies. La monstruosidad de gran tamaño comenzó a correrme. Al principio me impresionó, pues, era muy rápido.
—¡Vengan malditos, vengan! ¡John huí! ¡Vengan bastardos siganme! — Grité mientras pedaleaba como nunca antes.
Tenía al monstruo detrás mío así que comencé a ir más rápido. Poco a poco, los zombies fueron quedando atrás. Todo concluyó en una persecución larga para terminar cayendo en el agua en un barranco. ''Si caigo, caigo con él''. — Pensé.