No tardamos en llegar a la cabina que comanda Yazu, pero él no está aquí. En su lugar, encontramos a Brawn, Handul, Kimku y Foxer, los cuatro miembros de la élite luchando contra Trox y la líder Crooler. A pesar de ser cuatro contra dos, los mikadeanos parecen estar en desventaja. Brawn y Kimku enfrentan a Trox, quien se teletransporta constantemente, esquivando sus ataques y golpeando con su espada de manera implacable. Brawn ha perdido muchas nanopartículas y pronto se quedará sin protección, lo que podría dejarlo vulnerable a un roce mortal de la espada de Trox. Kimku, herido en la barbilla, tiene la sangre corriendo a raudales por su cuello y parece agotado, tanto por la batalla como por la pérdida de sangre.
—Vaya, vaya —dice Trox, fijando su mirada en Ashtaria—. Parece que la traidora de Mikadea ha aparecido.
Kimku intenta aprovechar la distracción de Trox, pero este se teletransporta tras la espalda de Brawn, le propina una fuerte patada y lo estrella contra los controles de la nave.
—¡Brawn! —grita Ashtaria, corriendo a ayudar a su compañero.
Pongo mi nanotraje en modo ataque y entro en la batalla con mis extremidades metálicas desplegadas. Lucho al lado de Foxer y Handul, mientras Ashtaria se une a Brawn y Kimku, ella lanza uno de sus látigos metálicos en un intento por alcanzar a Trox. Sin embargo, Trox se teletransporta justo a tiempo y aparece frente a Kimku, golpeándolo con fuerza en la mandíbula. Kimku cae al suelo, medio aturdido.
Un estruendo fuerte me alerta, y veo a Handul resistiendo los ataques de las dagas que salen de los brazos de la Crooler. Mi supervelocidad me permite llegar rápidamente frente a la Crooler, y la golpeo en su rostro verde y húmedo, haciéndola tambalear hacia atrás.
—¡¿Cómo está Neefar?! —pregunta Handul, su respiración agitada. Noto que tiene una horrible herida en su hombro—. ¿Ella sobrevivió al impacto?
—No hay Mikadeano que pueda resistir tal ataque —digo con furia—. Solo vi los escombros de la nave caer al mar.
—Fue ella —Handul señala a la Crooler, quien sonríe de manera siniestra—. Al parecer, estuvo cerca de Yazu todo este tiempo y aprendió a usar el centro de mando.
La Crooler corre hacia nosotros, pero Foxer la intercepta con una gran barra metálica hecha de nanopartículas. La Crooler cae al suelo, y Handul corre a atacarla con sus manos descubiertas. Antes de que Handul pueda tocarla para absorber su vida, Trox interviene con una fuerte patada que lo aleja de la Crooler.
La intervención de Trox me enfurece, y comienzo a utilizar mis extremidades metálicas para atacarlo. Sin embargo, Trox evade todos mis golpes con su agilidad y sus teletransportaciones.
De repente, Ashtaria coloca un pie sobre el cuello de la Crooler. Todo el metal de su nanotraje se despliega alrededor del cuello de la Crooler y se extiende a través del suelo. La Crooler no puede escapar, su fuerza no es suficiente para romper el agarre… Pero entonces ocurre lo inesperado: la Crooler se transforma en una serpiente y logra liberarse del metal.
—¡Esto no puede ser! —exclama Ashtaria, observando la serpiente deslizarse por el metal. El desperdicio de nanopartículas deja a Ashtaria vulnerable, solo luciendo la base negra de su nanotraje.
La Crooler vuelve a su forma original, mira a Kimku y se lanza contra él con una combinación de patadas y puñetazos. Brawn corre a ayudar, haciendo que la Crooler tenga más dificultades para atacarlos. Mientras tanto, Ashtaria, Handul y yo enfocamos nuestra atención en Trox, quien ha empezado a observar inquieto a su alrededor.
—¡Ashtaria, no seas cobarde y aparece frente a mí!
Ashtaria se ha vuelto invisible para sus enemigos, lo que nos da una ventaja. La preocupación de Trox por encontrarla es tal que Handul aprovecha para atravesar la parte alta del pecho izquierdo de nuestro rival con su sable. Trox grita de dolor y se teletransporta de nuevo, encontrándolo recostado contra la pared de la cabina. Está malherido, pero aún avanza lentamente hacia nosotros con su gran espada raspando el suelo.
—No tenías que hacerlo de esta manera, Trox —dice Ashtaria, rodeando a Trox con pasos tranquilos. Trox, aterrado, se teletransporta para alejarse de ella—. Se supone que íbamos a ayudarnos como raza, y ahora te has aliado con el enemigo.
—Solo intento proteger a mi raza… Nada diferente a lo que ustedes hacen.
Trox se teletransporta de nuevo, apareciendo frente a mí. Ataca con su enorme espada, cortando parte de mi nanotraje y haciéndome caer de lado, perdiendo una considerable cantidad de nanopartículas doradas. Desde el suelo intento defenderme con mis extremidades metálicas. Cada vez que Trox me golpea, desvío su ataque y trato de levantarme para una mejor postura.
Handul intenta cortar la cabeza de Trox con su sable, pero Trox se teletransporta, tomando distancia. Ashtaria corre hacia Trox sin que él se dé cuenta, y lo sorprende con un fuerte puñetazo en el ojo, un rodillazo y una serie de puñetazos consecutivos.
—¡No te voy a dejar pensar, maldito! —dice Ashtaria entre dientes, mientras sus puños se enrojecen de sangre.
Aprovecho la oportunidad y me lanzo a ayudar a Ashtaria, sintiendo la adrenalina recorrer mi cuerpo. Mi supervelocidad me permite acercarme a Trox en un instante, y, con un movimiento preciso, lanzo un gancho devastador que impacta de lleno en su rostro. La fuerza del golpe lo desestabiliza, y su espada se le escapa de las manos mientras cae de espaldas al suelo con un estruendo sordo.
Handul no pierde el tiempo; con agilidad, se desliza por el suelo como una sombra, alcanza la espada de Trox y, con una determinación renovada, se lanza sobre el enemigo. Empuñando la espada, se prepara para un ataque final, listo para aprovechar cada segundo de la ventaja que hemos logrado.
Pero, de pronto, todo ocurre en cámara lenta, como si la vida se estuviera burlando de mi sufrimiento. Una de las lanzas que Brawn había lanzado previamente impacta la cabeza de mi hermano. Su cuerpo cae en mis brazos, y su cabeza es arrancada de él, la punta de la lanza la lleva incrustada y termina clavada en la esquina de la cabina.