Mientras en el puerto pesquero principal de las Islas Bajas, los trabajadores hacían su rutina de labores.
A lo lejos avistaron un barco gigantesco, nadie le llamó la atención puesto que aveces llegaban barcos de tal tamaño, los cuales dejaban cargamentos.
Sin embargo, aquel barco no era de esos, estaba quemado y, por su forma , era un crucero. Algunos pescadores tomaron sus botes y se alejaron del lugar, otros, esperaban a que aquel barco llegara.
El perfil tomaba más altura mientras llegeaba, pronto cruzó las redes y llegó a la orilla, arrastrandose y paró.
La personas acudieron con escaleras, puesto que el barco estaba totalmente quemado, pensando que habían personas atrapadas o dañadas.
No pensaban que algo malo pasaría, fueron muy incredulos.