Apenas inicia el 2019 y las personas empiezan a teorizar sobre el supuesto virus zombi que afecta a los venados y lo relacionan con el ejercito que se ha puesto muy activo en muchas partes del mundo.
Muchos esperan un fin del mundo con muertos vivientes, mientras otros dicen que es un desperdicio de recursos.
Esto no pasa desapercibido por el lado sucio, pensando que tal cosa pueda pasar en el lado limpio.
Tanto el General del lado limpio y sucio hablaron y dijeron que no era tal cosa. Los demás pensando que, si de un lado no es peligroso, del otro si lo es. Como cuando se habló de las realidades múltiples, causado por responder una pregunta con varias posibles respuestas.
No estarán tranquilos por un buen tiempo.
—Los Generales están muy tranquilos —dice Yami.
—Pues, ellos saben sobre ese asunto del venado zombi, por eso están así —le contesta Angélica.
—Y tú ¿cómo te sientes?
—Pues, con un pendiente. Por todo lo que he pasado no puedo dejarlo a la ligera.
—Es entendible.
Después de unos minutos de silencio Yami decide hablar.
—Oigan, ¿quieren repetir la gran cena? Hay más fechas festivas y no solo los de diciembre.
—¿Cómo cuáles? —pregunta Netox.
—El día de la madre, por ejemplo —contesta Yami.
—Claro, de seguro todos tenemos una madre —dice Angelica.
—Bueno, pues ¿el día del padre? —pregunta Yami.
—Claro, le llevare mariachi a él en el paraíso —dice Netox.
Con el claro enojo de Angélica y Netox, Yami no preguntó por el día de los abuelos.
—Yami, eres terapeuta, pero creo que esta vez, no le pensante bien—dice el General del lado sucio.
El otro General se queda pensando, que incluso en el lado limpio, sin padre o madre, se celebra esos días, pero en el otro lado la historia es otra.
—Pero celebrar algo…. ¿año nuevo?
—Ya paso año nuevo Yami. Pero no estaría mal celebrar un cumpleaños.
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Estando cerca de a mediados de febrero, nadie se interesó por las cuevas y se preocupaban por comprar cosas para san Valentín.
Al final, si se quería celebrar los días festivos. La navidad, solo fue el empuje necesario para eso.
—¿Dónde comprarán las cosas? —se pregunta David.
—No lo sé. Ni siquiera sé si hay flores a la venta—le comenta Mario.
—Hay que visitar a Angélica en el hospital, pero ¿puede recibir visitas?
—Si, ya puede desde hace unos días. La verdad, le pienso llevar sopa hecha con la receta de mi madre.
—¿Tu madre?
—Si, fue hace tiempo, pero esa es otra historia.
David y Mario sonríen y se dirigen al hospital.
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María y Gloria revisan el huerto en busca de flores.
Hay muy pocas.
—La verdad, no sé para qué me molesto en buscar cosas para san Valentín. Ni me acuerdo en que día estamos. ¿No había pasado meces desde navidad? —pregunta Gloria.
—Yo también me pregunto, pero siento que no importa. Si dicen que, el 14 de febrero se acerca, pues será cierto.
—Cierto.
Las chicas sonríen y con ellas, toda la gente a su alrededor. Ya no tenían preocupación alguna.
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—Y eso es todo —dice una voz.
—No creo entender —dice Yami.
—Lo sé, pero no te sientas mal. Mientras yo esté aquí, nadie estará triste. Ya te lo dije, mi presencia alegra a la gente.
—No puedo creer que seas un Dios.
— ¿Sorprendido? Pues, casi no hablo con mis hijos mortales. Prefiero enviar a alguien, un ángel.
—¿Cómo son los querubines?
—Pueden ser hasta tus mascotas, pero no lo sabes. Incluso el colibrí de la ventana, pero no lo sabes.
—¿Lo es?
—Si, esta vez sí. Solo vigila.
—¿Y qué haces visitando mi consultorio?
—Necesitabas hablar y literal viste un ángel, ¿no es grandioso?
—Si lo es, pero también te vi a ti. Eso es grandioso —dice Yami con una sonrisa.
—Fue lindo hablar contigo, y gracias por pasar mi mensaje.
—Pregunta, ¿pueden volver a ser personas los de la cueva?
Antes de contestar, desaparece de la vista y esto deja despistado a Yami.
—Tuve a un Dios frente a mí y me limite a escucharlo. Pude preguntarle muchas cosas, pero no, me quedé a escucharlo. Desaproveche la oportunidad y siento que no me importa.
A Yami no le importaba no haber preguntado cosas a Dios, ya que, ahora se concentró en su linda voz que, antes no tomo encuentra por su preocupación.
—Ahora que lo pienso, no recuerdo lo que me ha dicho. ¿Qué cosas me dijo? Solo recuerdo lo último.
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El General se ha marchado y también el del otro lado. Por su parte David, junto con Mario y María, se dirigen a visitar a Angélica en el hospital, pero se encuentran con que está en coma.
—Angélica, termino en coma—dice María.
—Se me hace que dormirá todo lo que no ha podido dormir en todos estos años —dice Mario.
—Esperemos que despierte, es buena guerrera —dice David.
—Si, además ella es un icono y más para unos cultos de fantasía —dice Mario.
Al decir eso, todos se quedan callados y se ponen a pensar las consecuencias de la muerte de una persona importante que nunca quiso ser importante.
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Las personas seguían vigilando la entrada a las cuevas y se aseguran de que solo entrarán carretas con objetos, dirigidas por maquinaria a control remoto.
—Así que, entregan juguetes a esas creaturas —dice un vigilante.
—Son creaturas de la primera ola. Así que, como son víctimas de la injusticia, tratan de compensar lo que no pudieron hacer antes —dice el segundo vigilante.