La tormenta.

Keirot — ¿No habrá clases?
Liz — Así parece. —Hace una pequeña pausa para darle una mordida a su rebanada de pan. 
Keirot — Lluvia, que aburrido será este día. 
Liz — Aprovecha y haz tu tarea, Kei.
Keirot — Tal vez después del almuerzo. 
Liz — No lo harás, ¿verdad? 
Keirot — Noup. 

El chico sonríe y se levanta de la silla, se encontraba desayunando con su tía, la mujer sonríe y niega con la cabeza, ya acostumbrada del comportamiento del chico. Este solo caminó hasta su habitación y se tiró a la cama poco después. Mientras tanto, en casa de Jasuke, ocurría algo similar, estaba con su madre en la mesa, mirando la tele, justo cuando repetían la noticia de la posible tormenta que se acercaba a la ciudad. 

Sarah — Que terrible, ni se te ocurra salir de casa en la tarde, Jasuke.
Jasuke — Ni lo pienses, aprovecharé para dormir toda la tarde. 
Sarah — Eso espero, Jas, no quiero saber que te vas a andar mojando bajo la lluvia. 
Jasuke — Que no, que no, no voy a salir, mamá. 

El desayuno de aquella familia continuó normal. La madre de Jasuke terminó y recogió los platos, lleva estos al lavabo y después terminó de prepararse para ir a trabajar, el padre no se encontraba ya que salía mucho más temprano y no era posible que les acompañara en el desayuno. El cielo se oscurecía poco a poco, vientos moderadamente fuertes daban un aviso de que aquella tormenta sin duda llegaría a la ciudad. 

Las copas de los árboles se mecían con fuerza, varias hojas volaban, algunas basuras de papel también viajaban junto a la velocidad de aquellas corrientes. Desde la ventana, Enthon, Maredy y Kouja miraban el cambio en el clima, fue tan repentino, el cielo despejado se mostraba cada vez mas nublado y oscuro. 

Enthon — Hoy será un día aburrido... 
Maredy — Tenemos día libre y ni siquiera podemos ir al centro comercial a perder el tiempo.
Kouja — Podemos jugar algo, ¿No tienes juegos de mesa, Enthon? 
Enthon — No, mi madre no es de jugar mucho.
Maredy — ¡Uh! Podemos jugar "Stop", solo necesitamos hojas y lapiceros.
Kouja — ¡Cierto! Es muy divertido, lo jugaba con algunos primos cuando llegaban de visita. 
Maredy — ¿Qué dices Enthon? 
Enthon — Ya qué, no tenemos mucho que hacer.

Y aquel grupo se separó de la ventana, marchándose ahora a la habitación de Enthon en busca de lo que utilizarían para iniciar aquel juego. El tiempo pasaba, el reloj ya marcaba las 11 a.m, los vientos eran mucho más fuertes y el sereno iniciaba con la humedad en las calles. Yessen y su hermana Joahnna, se dedicaban a dibujar, un pequeño pasatiempo que compartían y un juego que solían compartir, alguno decía una palabra, cosa o animal y ambos intentaban dibujarlo. Por otra parte, Shacya y Hanary tan solo miraban la tele, perdían el tiempo mirando alguna novela adolescente sin muchas ganas, en aquellos años del 2007, era poco común que jóvenes de su edad tuvieran un teléfono móvil en sus manos. 

La ciudad estaba con sus calles vacías, no habían personas transitando, todo mundo se encontraba escondidos dentro de sus casas. Lo mismo ocurría con Anyel y Masthian, quienes perdían el tiempo jugando algún videojuego de pelea, como costumbre, Anyel superando siempre a su primo. 

Masthian — ¿Cómo no vas a ganar? Solo sabes usar personajes rotos. 
Anyel — Muy bien, dime cual usar y veamos si es eso.
Masthian — Va, elije ese de la esquina, con ese no ganas ni en tus sueños. 
Anyel — Vale, veamos que pasa. 

Y justo cuando iban a comenzar la pelea, la electricidad se cortó, apagando las luces, consola y televisor, ambos miraron el techo y luego se miraron mutuamente, su único entretenimiento se había ido y hasta platicar comenzó a ser muy complicado, ya que un exceso de agua comenzó a caer, la tormenta había iniciado, gruesas gotas de lluvia impactaban el techo, el ruido era bastante molesto. 

Ambos se acercaron a la ventana más cercana, mirando por esta, las corrientes de viento arrastraban basura, hojas y hasta alguna sombrilla que un descuidado dejó escapar, parecía que no era un aguacero que terminaría pronto. Masthian suspiró con fastidio, ni siquiera podría ir a su casa y ahora no sabían que podían hacer en medio de aquella oscuridad y sin nada con que entretenerse. 

Anyel — ¿Y ahora?
Masthian — No lo sé, ¿No tienes linterna? 
Anyel — Creo que papá la tiene en su habitación, iré a buscarla. 
Masthian — Vale, me quedo aquí.

Anyel se aparta de la ventana, la casa estaba totalmente oscura. Camina lento, torpe, tropezando con muebles y paredes, lentamente avanzó hasta alcanzar la puerta de la habitación de su padre, entró en ella y cuando iba a buscar la linterna, aquella voz hizo eco en su cabeza.

Yzis — Por fin estás solo.
Anyel — ¿Eh? ¿Por qué? 
Yzis — Esta lluvia no es natural, chico.
Anyel — ¿A qué te refieres?
Yzis — ¿Qué no lo notaste? No es normal que algo así aparezca de la nada en medio continente, normalmente se generan en medio del mar.
Anyel — Si pero... quizá venía de antes. 
Yzis — ¿No confías en mi?
Anyel — No es eso, es solo que... Si fuese algo mas, ¿Qué podríamos hacer nosotros?
Yzis — ¿No te parece curioso que luego de que tus amigos lucharan con aquella chica recién y ahora aparezca una tormenta de este calibre?
Anyel — ¿Qué quieres decir?
Yzis — Es probable que eso venga a buscarlos a ustedes o a esa chica llamada Sheiry.
Anyel — Oh... ¿Debería ir dónde ellos?
Masthian — ¿Ir dónde? ¿Con quién hablas?

Anyel se sobresaltó de la impresión, no esperó que su primo se acercara tan silencioso. El joven de inmediato se giró, y con claro nerviosismo mostraba las palmas de las manos y las agitaba un poco como si intentara negar insistente las preguntas de Masthian.

Anyel — ¡Pensaba en voz alta! ¡No era nada, no era nada!
Masthian — ¿Seguro? Parecías muy serio...
Anyel — E-e-e-es que... me aterra un poco la oscuridad y... ¡Si! Me aterra un poco y hablar solo me relaja...
Masthian — Eso es raro... pero vale, ¿Encontraste la linterna? 
Anyel — ¡Si! Está allá, por el ropero.