Demons (libro 3. Batalla Final)

En Java

Varjan se había apresurado a llevar a Kellen hacia una de las galerías y acomodándolo en una rústica cama, le ordenó a Deliel que fuese por Araxiel. Un momento después se presentaba éste y compuso expresión de desconcierto al ver el cuadro.

 

  • ¿Qué le hiciste?
  • No seas necio, hombre – dijo Varjan – Yo nada, pero estoy seguro que viste que el infeliz de Mika lo atacó ¿no?

 

Por lo que Deliel sabía de Varjan, de lo que estuvo seguro fue de dos cosas, la primera, que lo mejor que podía hacer Araxiel era atender a Kellen sin hacer muchas preguntas o aquel loco peligroso iba a atacarlo a él, y, por otra parte, que el mismo personaje iba a cazar a Mikhalyàh como a un animal salvaje y a cobrarse aquello con altos intereses. Como presumiblemente Araxiel también sabía lo primero, y a pesar de su extrañeza inicial, se aplicó a atender a Kellen. Evidentemente, y como había quedado demostrado, no era un asunto sencillo abatir a un individuo como Kellen, pero la violencia del ataque de Mika había tenido algún efecto, aunque el muchachito aquel hubiese seguido en pie, algo que lo único que demostraba era una terquedad que no tenía nada que envidiarle a la de Heylel, pero Araxiel se riñó a sí mismo cuando cayó en la cuenta que aquellos siete sujetos con sus diferencias, eran casi la misma cosa por donde quiera que se los mirase.

 

  • Despertará en breve – dijo cuando finalizó – como debes saber – puntualizó – solo fue una sobrecarga de energía y no es que eso los afecte mucho a ustedes, la cuestión es que este necio estaba recuperándose de otra clase de heridas más peligrosas, así que sería recomendable que se quedase…
  • ¡A un lado y déjame en paz! – escucharon y se volvieron

 

Lil había recuperado el conocimiento, pues ella no estaba herida y lo suyo había sido emocional, y como cabía esperar, lo único que quería era ver a Kellen, de manera que Heylel había tenido que llevarla con rapidez, pero, aun así, ella venía peleándose con él.

 

  • ¿Noah? – preguntó

 

Araxiel comenzó la explicación de nuevo finalizando con la recomendación de que Kellen debía descansar un poco antes de levantarse.

 

  • ¡Esto también es tu culpa! – le gritó a Heylel
  • Sería amable de tu parte dejar de gritar, Randall – escucharon a Kellen
  • Estúpido infeliz – le dijo ella – Te pregunté y me dijiste que estabas bien
  • Creo que podemos estar de acuerdo en que hemos conocido a una grosera cantidad de chicas en nuestras vidas, pero también tendrás que estarlo en relación a que ninguna tan desagradable como esta niña – le dijo Varjan a Heylel y éste lo miró muy mal

 

Lil dejó a Kellen y continuó su pleito con Heylel, pero mientras ella despotricaba en su contra, él había mirado a Araxiel y éste le había informado acerca del estado de los demás. Como ya Heylel se había asegurado de que tanto Lil como Kellen iban a estar bien, desapareció.

 

  • ¡Estoy hablando contigo, cretino!
  • ¿Hablando con él? – preguntó Varjan – Yo diría más bien que hablabas, aunque en realidad le gritabas
  • Tú cállate
  • Es posible que estés acostumbrada a que te obedezcan, pero eso no es asunto mío y no tengo por qué hacerlo, así que hablaré tanto si te gusta como si no y sabemos que no te gusta – finalizó riendo

 

Aunque Deliel también lo estaba haciendo, pues a pesar de que era uno de los más tranquilos de los hijos de Danael, tenía el mismo humor de su padre y sus hermanos, decidió que mejor se llevaba a Lil antes de que se liase a golpes con Varjan.

 

  • Vamos Lil, recuerda que…
  • Eh, eh – intentó detenerlo Kellen
  • No te metas, Prince. Iré a dónde quiera, con quién quiera y cuándo quiera. Y tú puedes quedarte con el… idiota que tienes por amigo si es que lo es – dicho esto se enganchó al brazo del descendiente – Vamos Deliel
  • ¡Wow! En verdad es tan dulce ella – dijo Varjan

 

A continuación, Varjan fue víctima de la ira de Kellen, y aunque lo había tomado por sorpresa, se rehízo con rapidez.

 

  • ¿Qué haces, necio? Araxiel dijo…
  • Primero, si vuelves a llamarme ángel guardián una vez más, enviaré tu cabeza al otro lado del mundo. Y segundo, si sigues molestándola, voy a cortarte la lengua y te recuerdo lo molesto que puede ser pues ya lo hice en una ocasión y sé que no lo has olvidado

 

Varjan junto las cejas, pero aquel sujeto en verdad no podía estar convenientemente callado.

 

  • Con relación a lo primero, que yo no lo diga no cambia el hecho de que lo eres
  • ¿En verdad eres tan necio? Ni los descendientes pueden tener ángeles guardianes ni yo podría serlo, pues soy un caído, imbécil
  • Ajá, pero, aunque seamos caídos, no necesariamente imbéciles como acabas de decir – dijo en tono burlón aun sabiendo que no era eso lo que había dicho Kellen – pero además de eso, nuestra esencia sigue siendo la misma y sin duda tú eres un ángel guardián de los pies a la cabeza. Y que los descendientes puedan tener o no uno, es irrelevante, porque tú eres el de ella así no te guste escucharlo. Con relación al otro asunto, sí, recuerdo que es molesto y doloroso, más lo primero que lo segundo, pero suponiendo que lo lograses otra vez – acentuó – en principio sería injusto pues la conoces y estoy bastante seguro que sabes que hasta que la gente respire, especialmente yo, le molesta, pero más importante que lo anterior, sería útil que recordaras lo que tú perdiste por cortarme la lengua, y creo que te resultaría muy inconveniente justo ahora, ir por ahí sin un brazo.




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