Las aventuras de A-Yang, y los celosos juniors

Capítulo 5

Wei Wuxian había llevado al Jinshi luego de salir corriendo de esa manera. Una vez llegó al lugar corrió hasta la cama y se quedó allí.
Necesitaba respirar, necesitaba olvidar, necesitaba...

Necesito desaparecer de este mundo.

Habrán pasado algunos minutos cuando él se quedó dormido y su esposo llegó al Jinshi. Lan Wangji lo observó con todo el amor del mundo, esperó 13 años por él; no dejaría que nadie lo vuelva a lastimar, ya había sufrido lo suficiente.

—Voy a protegerte, Wei Ying —susurró y se acostó al lado de su esposo no sin antes dejar un suave beso en su cabeza.

Primera hora de la mañana / Siguiente día

Cómo Lan Qiren dijo, el castigo de los juniors se llevará a cabo a esta hora, 6 a.m.
El líder de la secta Ouyang no estaba para nada contento con la situación, ¿Por qué su hijo era castigado por decir la verdad?
Por eso, él se encontraba sentado frente a frente con Lan Qiren.

—¿Puede hacer una excepción, maestro Qiren? —preguntó en un vano intento de sacar a su hijo de ahí.

—No —respondió con seriedad—. Su hijo insultó y le faltó el respeto a su mayor en una cacería nocturna a la cual Wei Wuxian estaba asignado como su acompañante.

El mayor Ouyang resopló molesto.

¿Ahora Lan Qiren protegía a un asesino? Patético.

—Pero él solo dijo...

—Wei Wuxian forma parte de esta secta y un insulto hacía él, es un insulto a GusuLan —el líder de la secta Ouyang tragó saliva nervioso—. Esto es solo una pequeña advertencia, si algo como esto vuelve a pasar su hijo, será expulsado de Gusu y no volverá, ¿Entendió, señor Ouyang?

El mencionado asintió, se levantó, hizo una reverencia y se fue molesto.
Xichen seguía sin decir palabra alguna pero tenía una pequeña sonrisa formada en su rostro.

—Nunca pensé que Wei Wuxian te preocuparía, tío —la burla era notoria en la voz del líder de GusuLan. Creo que podría divertirse con eso.

—Silencio, Xichen.

Una suave carcajada salió del mencionado quien encontraba algo divertido empezar a molestar a su tío.
Lan Qiren se levantó molesto.

—Será mejor iniciar con el castigo hacía los juniors.

Zewu-Jun lo vió partir e imitó su acción. Cuando ambos llegaron los juniors ya estaban arrodillados.
El padre de Ouyang Zizhen no se veía para nada contento y Jiang Cheng... Bueno, él era un tema diferente.

Lan Wangji se posicionó al lado de su tío y Wei Wuxian se posicionó al lado de Xichen. Los ojos del segundo jade escaneaban a los juniors de arriba abajo.

—Es hora de iniciar, Wangji.

Wei Wuxian se tensó y Lan Wangji asintió.

—Comiencen —ordenó fríamente.
Los discípulos acataron la orden y los latigazos ya habían dado comienzo.
30 para Ouyang Zizhen y Jin Ling.
60 para JingYi.
100 para SiZhui.
El dolor en el rostro de ambos Lan no se reflejaban, caso diferente con Zizhen y Jin Ling.

Jiang Cheng apartó la mirada, esa situación le recordaba a la que él y Wei Wuxian habían vivido cuando estudiaban en Recesos de las Nubes.
El líder de la secta Ouyang se encargaba de observar a Wei Wuxian con desprecio. Eso no pasó desapercibido para Lan Wangji y Lan Xichen.
Al verse observado de esa manera, el líder Ouyang decidió dirigir su mirada hacia su hijo. El odio oculto en los ojos de esos hermanos lo asustó.

Los latigazos fueron parando debido al orden de números. A Lan SiZhui le faltaban 10 latigazos para completar la primera parte del castigo. Cuando llegaron al total de latigazos, los discípulos pararon.

—Bien, Wangji quiere que lo sigan antes de ir a la biblioteca.

¿Lan Wangji? 
Los presentes lo miraron con algo de duda.
¿Por qué Hanguang-Jun quería que esos niños vayan con él? No entendían

¿Qué harás, Lan Zhan?

Wei Wuxian miraba a su esposo con cierto temor, sabía lo que iba a hacer. Sabía que su Lan Zhan estaba furioso.
El ex Patriarca miró a su cuñado y ambos asintieron, por más que Wei Ying no aceptara esta parte del castigo, de todas formas, debía llevarse a cabo.

Lan Wangji empezó a caminar hasta el lugar donde él y Wei Wuxian conocieron a Lan An.

Perdón, A-Yuan.
Perdón, A-Ling.
Perdón, A-Yi.
Perdón, A-Zhen.

Hanguang-Jun le pidió a los juniors que se arrodillaran delante de Wei Wuxian. El mencionado observaba hacía el frente, negándose a ver a sus pequeños.
Era mejor así se decía.

Qiren, Xichen y Jiang Cheng no querían pasar por esta parte del castigo pero, sabían que Wangji lo necesitaba

La mirada de Hanguang-Jun jamás se movió de los juniors, y eso, los incomodaba. Su mirada pasó al tensó cuerpo de su pequeño amante.
Soltando un suspiro les hizo una seña a los discípulos mientras que el sellaba los poderes de los cuatro jóvenes.

Con un leve asentimiento dió a entender que retomaran los latigazos.
El líder de la secta Ouyang soltó una exclamación:
—¿¡Qué carajos es esto, Hanguang-Jun!?

El mencionado lo observó y una muy leve sonrisa se formó en su rostro.

—Esto líder Ouyang, es parte del castigo que yo tengo para ellos.

La sonrisa del segundo jade no se fue provocando cada vez más el enojo en el anciano.

—Mi hermano, mi tío, su esposo y Wei Ying no estaban muy contentos con esto —empezó a decir con calma mientras dirigía la mirada a los juniors—. Es más, Wei Ying había intentado protegerlos a pesar de todo lo que le dijeron —la rabia era presente mientras más hablaba Lan Wangji—, después de todo, él aún sigue preocupándose por ustedes.

Los juniors no emitieron palabra alguna. Wei Wuxian bajó la mirada para disgusto de los Lan y Jiang Cheng.

¡No es tu culpa!

—¿Wei Wuxian quería protegerlos? —preguntó con ironía el líder Yao. Lan Wangji se preguntaba que diablos hacía ahí.

—Líder Yao, usted está aquí porque el líder Ouyang le pidió que venga. Hágame el favor de mantener su boca cerrada.




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