Tres Principes, un Castillo

Capitulo 9: Una Semana Mas

Michelle

 

—wow…

Cuando salimos de la habitación él seguía allí, ¿Blake? Cierto, Blake.

 

Lo escuche intentar aclararse la garganta y me tendió la mano.

 

—Listo Amo, si me necesitan estaré abajo.

La voz amable y calmada de Nath sonó a mis espaldas y cuando paso por mi lado hizo una reverencia.

 

Vi la melena roja marcharse con pasos alegres hasta perderla de vista en las escaleras.

 

Blake tendió su mano y yo la tome yéndonos por el mismo camino que el de Nath.

 

—¿todo bien?

Su pregunta me hizo levantar demasiado rápido la cabeza.

 

—¿eh? Si, si… solo… ¿Por qué…por qué tengo cola?

Pregunte genuinamente preocupada, tengo que resolver un problema a la vez.

 

—bueno, todo comenzó hace mucho. —Al hablar su mirada se perdió, en algún lado de su mente tal vez estaba reviviendo lo que paso. —luego de la última guerra algunas humanas lograron pasar, pero el aire es toxico, así que envenenaba poco a poco a los humanos que venían del bosque, Kyle hizo un antídoto a partir de nuestra sangre, incluso de algunos voluntarios, pero nada funcionaba así que…

 

—¿usaron animales?

Lo mire con horror mientras lo contaba

 

—intentamos con todo lo que teníamos, con animales fue nuestro último recurso.

Coloque una mano en mi boca, no podía creerlo.

 

—Mich… intentamos refinar el antídoto para eliminar el factor animal, pero este prevalece, no se puede quitar, pero si controlar.

 

—¿pu—puedo controlarlo?

Estoy incrédula mirándolo a los ojos, el parecía arrepentido, pero también había sinceridad de su parte, no podría volver a ser completamente humana.

 

—sí, las demás chicas pueden enseñarte cómo hacerlo.

Por un momento sentí todo mi cuerpo relajarse, mire mi cola la cual vino a mi mano y la apreté con cuidado, era suave y muy esponja, ¿podría algún día ocultarla como Nath? Esperen ¿Qué animal tenia Nath?

 

—espera…en que se transforma Nath?

El me miro con una sonrisa mientras bajamos por las escaleras.

 

—ella es un conejo. Un conejo grande y blanco.

Al decir aquello se me vino a la mente aquel lindo conejo. Compartí una mirada con Blake y este solo sonrió aún más.

 

—ella fue a verte…

Confirmo mis sospechas, ella se veía muy humana, no tenía ninguno de estos accesorios que yo tengo.

 

—entonces podre aprender a esconder esto?

Tome mi cola con ambas manos viéndolo con curiosidad como el miraba algo arriba en mi cabeza, oh no, mis orejas, tengo orejas puntiagudas y peludas a juego con el color de mi cola.

 

—así es, pero trata de no huir de nuevo, ¿de acuerdo?

No podía prometer no intentarlo, pero si quería irme a casa primero debía no asustar a mis padres con mis orejas y mi cola.

 

Puedo llevar una vida normal con esto.

 

También será divertido.

 

Llegamos al comedor y allí nos esperaban muchas personas que no conocía, en su mayoría chicas.

 

Corrían con hermosos vestidos en tonos claros y cabellos arreglados similares a mi peinado, las chicas se veían como universitarias, parecía que había entrado al mundo de orgullo y prejuicio.

 

Blake me guio hasta una esquina de la larga mesa en un extremo estaba el asiático pelinegro, Kyle; al frente de mi estaba llegando Nath y a su lado un rubio más joven que los otros dos, al parecer el resto de la mesa solo eran mujeres.

 

En total había contado catorce chicas chicas, yo era la numero quince; me deje caer en mi silla con pesadez, quejándome al segundo siguiente, pise mi cola, dolía horrible.

 

Sentí la mano de Blake en mi parte baja y en segundos el dolor se desvaneció.

 

Lo mire muy sorprendida y este solo me miro con una leve sonrisa.

 

—¿mejor?




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