MGRIZZ CASTILLO

En la actualidad las leyendas sobre los dioses, inmortales, ángeles, nefilim, demonios y cientos de mitos relacionados son tomados como bromas, como cosas inimaginables e incluso como fantasía. Pero jamás imaginaron que todo esto es real, los dioses e inmortales se mantienen ocultos por millones y millones de años, décadas y milenios, para ellos la vida humana es un abrir y cerrar de ojos, sus años solo son días y sobre todo menosprecian a este reino. La última profecía que los siete reinos temían a llegado a su inicio, desde hace más de 5000 años esta se llevó a su primera fase, con la llegada de la hija prohibida entre el dios de la tierra y la diosa de la naturaleza, esta tomo camino ante un catastrófico inicio.

En el mundo humano, Aria siempre fue una sombra entre la multitud. Sus ojos verdes parecían ver algo más allá de lo ordinario, y sus sueños estaban llenos de bosques imposibles, criaturas que susurraban en lenguas antiguas y dos lunas que iluminaban un cielo desconocido. Siempre había sentido que no pertenecía a ese lugar, como si alguien o algo la llamara desde lejos, pronunciando un nombre que no era suyo: Lyara. Una noche, cuando la sensación de vacío se vuelve insoportable, Aria sigue un extraño resplandor en el bosque y cruza un umbral prohibido. Entonces el aire se vuelve más frio, el cielo más vasto, y la realidad que conocía se desgarra. Ha llegado al Otro Mundo. En ese reino de magia y leyendas, descubre que siempre fue Lyara, heredera de una sangre poderosa que despierta temores

Dicen que nadie se atreve a mirar directamente a Dante Moreau. Magnate, temido en los negocios, frío como el mármol, y con una reputación tan oscura como su mirada, ha pasado años construyendo muros para mantener al mundo —y al amor— lejos de él. Para todos, es un monstruo solitario que no conoce la ternura… ni la felicidad. Hasta que ella apareció. Emma Reyes no estaba invitada a su vida. Ni siquiera estaba invitada a su fiesta. Solo era la repostera encargada de entregar el pastel, con un vestido manchado de crema y una lengua demasiado afilada para alguien que se enfrenta al hombre más poderoso de la ciudad. Pero en cuanto sus miradas se cruzaron, el destino dejó de ser una opción. Entre cenas incómodas, encuentros furtivos, desafíos, y caricias prohibidas, Emma descubre que detrás del