apenas llegar, los elfos domésticos empezaron a bajar todo el equipaje de los estudiantes mientras estos se reunían con sus familias o bien se mantenían con su grupo de amigos.
— ¿quién pasa por ustedes? —preguntó Chandler, arreglandose el uniforme celeste cielo
— mis padres vendrán junto con Gabrielle, ya saben, el año entrante ingresará a Beauxbatons. ¿tu Sky?
— supongo que mis tíos han de enviar a alguien por mi, es lo habitual —comentó la muchacha, mirando seguidamente a su amigo— ¿qué hay de ti, Chandler?, ¿no debes tomar un tren hasta Monte Carlo?
— debería, pero me quedaré un par de días con mis primos en Marsella, nos veremos más tarde en Notre Dame
— al menos me tranquiliza saber que van a quedarse juntos en cuanto me vaya —comentó Fleur, viendo llegar a sus padres junto a su pequeña hermana— nos veremos el año entrante Chandler, Skylar, no olvides escribir. au revoir mes amis
— nos vemos Fleur —se despidieron ambos, observando a su rubia amiga encontrarse con sus padres
— bueno ¿quieres hacer algo?
— no hay mucho que podamos hacer aquí Chandler —le sonrió ella a su amigo
— bueno, tengo dulces en la mochila y hay una banca libre por allá
la rubia soltó una risa, y justo cuando se disponían a caminar hacia el mueble vio llegar a uno de sus mayordomos.
— Bernard —musitó, suspirando suavemente— lo lamento Chan... ¿no gustas que te lleve? iremos de pasada seguramente
— no te preocupes Sky, caminaré y veré un poco las calles de París —comentó el muchachos, dedicándole una sonrisa a su amiga— ahora, majestad, debería ir a palacio con todos sus pomposos vestidos y finos platillos
el muchacho dedicó una sonrisa juguetona y uno torpe reverencia a su amiga, logrando ganarse una pequeña risa.
— eres un payaso cuando quieres, me pensaré en contratarte de bufón real cuando tome el trono
— oh, me honra su título majestad, pero me temo que mi plan futuro es trabajar como un auror
rieron al unísono y se despidieron de forma normal. Skylar se retiró junto a su mayordomo, quien llevaba sus valijas hasta el transporte que tenían para ella.
— ¿disfruto su estadía en Beauxbatons? —cuestionó el hombre, quien conocía a la joven princess desde su nacimiento
— es una escuela muy hermosa, ciertamente, pero no hay un lugar como Hogwarts—suspiró ingresando al vehículo cuando se le abrió la puerta.
no era que la escuela francesa le pareciese horrible, tenía su encanto obviamente, pero no era para ella. era demasiado parecida a la vida muggle que se supone debía llevar, y ella no quería eso. prefería es desorden de Hogwarts, la variedad que este ofrecía y el aprendizaje que brindaba a todos sus estudiantes; podría ser una princesa en el mundo muggle, pero en el mundo mágico solo quería ser una bruja más.
su viaje al palacio de Versalles fue largo, ya que este se encontraba a las afuera de la capital francesa. cuando finalmente pudo divisar la gran construcción suspiró y arregló su cabello con sus dedos, después de todo debía lucir siempre presentable.
le abrieron la puerta una vez el auto estacionó y ella bajó, se disponían a entrar por las grandes puertas justo cuando un par de risas llegaron a sus oídos y pudo ver dos cabelleras rubias correr a ella.
— ¡Skylar!
— ¡Jérémie!¡Giselle! oh primitos los extrañé
la rubia se agachó con poco para recibir el abrazo de sus dos primos, despeinando sus rubitas cabezas con una sonrisa.
— ¿cómo te fue en Beauxbatons?¿es tan lindo como dicen? —expresó con emoción la niña, Giselle
— ¿te aburriste mucho? debe ser aburrido
— ya les hablaré de Beauxbatons, ¿y sus padres? pasaré a saludarlos y a anunciarles mi llegada antes de ir a cambiarme —preguntó entrando a palacio junto a los dos niños
— están en el salón principal —informó Jérémie, mirando a su mayor con calma— ¿gustas que te lleve, prima?
— vaya, que cambio el tuyo ¿eh? no te preocupes pequeño, ve con Giselle tranquilo o si tienes alguna clase es mejor que te encamines
dicho eso, se despidió de ambos para dirigirse al salón principal. estaba disfrutando un poco más de la comodidad que le brindaba el uniforme de Beauxbatons, que por mucho que no se pareciera al de Hogwarts, era más cómodo que los vestido que tendría que ponerse en poco tiempo. pocos minutos después ya se encontraba parada frente a la puerta, a la cual llamo con unos pequeños golpes dado por sus nudillo, escuchando un "pase".
— tío Victor, tía Lorette —saludo haciendo una reverencia al entrar— los he extrañado
— oh Skylar, qué alegría verte —expresó la mujer de cabellos castaños, acercándose a su sobrina para saludarla con dos besos— estas preciosa, y más alta. el uniforme te queda precioso ¿tu que dices, Víctor?
— sin duda eres tan hermosa como tu madre aunque el cabello lo tienes de tu padre —comentó el hombre, besando la frente de la muchacha— bienvenida nuevamente ¿disfrutaste tu estancia allá?
— fue agradable, pero creo que entienden que prefiero Hogwarts —dijo sonriendo, jugando con su propio cabello— eso me lleva a preguntar... será posible que... ¿me dejen regresar para mi sexto año?
ambos adultos se miraron entre si, como si discutieran la situación aunque ya lo habían hablado antes de que su sobrina terminara el año escolar.
— ¡claro que puedes regresar, querida! lo que hicimos fue por tu seguridad pero el profesor Dumbledore nos aseguró que este año todo estará bien. además que nos informó que fuiste seleccionada como prefecta de tu casa
—¿en serio? ¡es fantástico! pero supongo que ya perdí el título por mi ausencia —no le interesaba mucho el honorífico de prefecta, con volver al castillo estaba bien—
— en realidad te guardaron el puesto ya que aseguramos que volverías, Ravenclaw estuvo sin prefecta el año entero, ya no más
Skylar sonrió, a veces creía que se le daba más de lo que merecía, como reservarle el puesto de prefecta... ¿sería un privilegio por su título? no, Dumbledore no haría eso.