Capitulo VII

¿Qué pasa? ¡No lo entiendo!

16 de abril.

«Las cosas estaban patas para arriba, desde la llegada de Armando ya había pasado tres meses, pero muchas cosas sucedieron. Una era que siempre no faltaba alguna chica que se confesara a mi amigo Armando, eso me dolía, aunque yo lo ocultaba con una falsa sonrisa, en pocas palabras era una amiga hipócrita, ¡hipócrita!, si ya te oí, querida Lys, como también sé que, internamente estoy siendo egoísta, porque cada vez que veo que, se le acerca una chica y pide hablar con él a sola, siento un dolor punzante en mi pecho, y solo pido que él, la rechace, cuando regresa y nos cuenta, que no tubo mas remedio que rechazarla porque su corazón ya pertenecen a alguien más, me alivio.

»Pero también me pregunto ¿Quién es ella?, ¿la conozco?, y la envidio porque sea ganado a un buen chico.

¡Armando en verdad me gusta!, de eso no tengo la menor duda, ¡Lo AMO!, ¿tú crees?, en si aun no se que es amor verdadero, cuando creí amar a ese par, me dolió su engaño de ambos, pero con Armando es distinto, ni siquiera somos algo, en sentido de plan amoroso, y siento muchas emociones.

Y si le agrego que Lilian a andado muy pegada a él, eso me confunde, siento un poquito de celos, aunque sé que ella esta con el imbécil de Serge, pero luego entro en razón y los veo, como ellos hacen una hermosa pareja, no soy la única que lo piensa, ya en el colegio lo rumores corre, y mas con el accidente de la vez pasada.

»Como siempre nos reunimos los cuatro, una vez una chica se acercó, fue la primera que se le confesó a Armando, le preguntó si él y Lilian eran novios, eso nos dejó perplejos a todos, ahí mismo aclaró que no, nosotros pudimos ver como la chica, apenada dijo que eran los rumores del colegio, como el también eran de que Oliver y yo éramos novios, eso también lo aclaramos. ¡Qué cosas pasan por la cabeza de los demás!

»Después de mi platica con Lilian, las cosas no son igual, ella parece evitarme, solo platicamos y eso cuando estamos en grupo, a veces pienso que lo de estar todo el tiempo con Armando, es para que yo me anime a confesármele a él. Creo que también aún sigue molesta porque preferí ir a buscar consejo con Oliver, y no seguir el suyo, pero es que aun no estoy preparada para dar ese gran paso. 

»Uno, ya armando esta enamorado de alguien, que por cierto aun no se de quien se trata, no me quiere decir su nombre, solo que ella no lo ve, no le hace caso, cuando él me habla de ella, siempre esta triste, el verlo así a mi también me parte el corazón. Quisiera ayudarlo, pero él no se deja, ¿Quién será ella?, ¡eres tú tonta!, más claro que el agua, no puede ser, todo lo dice la manera en cómo nos mira, a nadie ve de esa forma, ¡ya no le des más vuelta al asunto!

«¡Ya basta Lys!, eso no puede ser, solo es la ilusión de que así sea, pero la realidad es otra, él ama a esa chica, y ¡esa chica no soy yo!¡somos nosotras, eres boba o te haces!, solo es el miedo quien te detiene a no accionar, seamos por una ves en la vida, aquellas que se dieron las fuerzas, para darle la oportunidad de amar, a dos pares de imbéciles.

Y ahora que este es el bueno, te paralizas y no te atreves a dar una última oportunidad, por una vez en nuestra vida, escúchame como tu conciencia que soy, y te prometo que si es otro fallo ya no te vuelvo a decir que hacer. ¡vale!» 

«Tienes razón, nunca te escucho, siempre hago lo contrario a lo que me dices, ¡vale!, espero que las señales que vemos, en donde todo apunta que soy esa chica de la que Armando se enamoró, sea cierto, y no una ilusión que solo nosotras queremos y vemos».

«Además, como quieres que Oliver nos haga caso, si tú no haces uso de tú propio consejo. Lo animas a que se le declare a Lilian y deje ver lo que sucederá, para así por fin ser libre y comenzar a vivir. Si estamos en las mismas, es bonito aconsejar a los demás, pero no llevarlo a cabo con uno mismo».

«Si, es cierto yo igual llevaré a cabo mi consejo, si por muy triste que sea, y yo no soy aquella que, Armando ama, me are a un lado y le desearé lo mejor de lo mejor y comenzaré a mirar a otra dirección».

¡Cuidado con los miedos! Les encanta robar sueños. 

Nadie nos pertenece, por eso hay que disfrutar cuando se puede y dejar ir cuando se debe.