Kyle:
Ok, esto no me lo esperaba.
Ya me había dado cuenta de que Addyson es una chica hermosa, pero verla en ese vestidito ha sido increíble. Se ve sexy como el infierno y ella lo sabe. Esa sonrisa de suficiencia que me dedicó cuando me dio la espalda lo dijo todo; me estaba provocando y lo logró.
Le doy un trago a mi cerveza mientras las observo llegar a la pista. Me pregunto cómo rayos las mujeres pueden caminar en esos tacones sin perder el equilibrio.
Un par de chicas la saludan al llegar y comienzan a contonear sus cuerpos al ritmo de la música de una manera no apta para menores. ¡Demonios! Tres tragos más tarde, mi bebida se acaba. Pido otra.
—Madre mía, moverse de esa forma debería ser ilegal —dice Zion y tanto Maikol como yo le damos la razón.
Poco a poco, las tres comienzan a llamar la atención de todos los hombres del lugar. Es que no es para menos, la imagen de esas tías en medio de un baile sensual es fascinante. El sueño de todo hombre.
Addyson mira en mi dirección y una sonrisa pícara se extiende en su rostro. Continúa bailando sin apartar esos ojos negros de los míos y yo siento cómo, poco a poco, mi cuerpo despierta.
—Creo que esa gatita quiere jugar —comenta Zion, refiriéndose a Addyson y yo asiento con la cabeza.
—Ni lo intentes —advierte Maikol—. Esa chica no es como las que acostumbras tirarte. Tiene “material de novia” escrito en su frente. —Sé que tiene razón. Llevo diciéndome eso desde ayer, pero eso no quita que mi cuerpo siga reaccionando a ella de esta forma.
No es mi tipo y, sin embargo, me excita a full.
—No te preocupes, no haré nada. Además, con la suerte que tengo con ella, creo que antes de tirármela, terminaría con un serio daño en mi amigo ahí abajo —digo apuntando a mi entrepierna, aunque, en realidad, no estoy totalmente convencido de que no vaya a tirármela. Menos, si sigue bailando de esa forma invitándome a participar.
—Tienes razón. Creo que deberías mantenerte alejado, como sigas así, terminarás en el hospital sí o sí —añade Zion y Maikol se ríe.
Un chico rubio y delgado se acerca a Addyson y le brinda lo que sea que esté bebiendo. Por suerte, ella se niega, pero desgraciadamente comienza a bailar con él.
El chico se pega a su espalda y la toma de la cintura mientras bailan al ritmo de “El Booty” de Jacob Forever. Y que me jodan si ese movimiento de cintura no lo tiene duro como una piedra.
Termino el resto de mi bebida de un trago. Necesito algo más fuerte. La chica de pelo raro me ofrece un Martini y el líquido me quema la garganta cuando lo bebo. ¡Joder! No soy muy amante a este tipo de bebidas, soy más de cerveza, pero este desagradable sentimiento en mi estómago al ver a Addyson con ese tipo, tengo que ahogarlo con algo fuerte.
No me gusta como ella menea sus caderas haciendo golpear su trasero contra la pelvis de ese imbécil; ni cómo sus dedos se enredan con las tiras del vestido tocando su nalga descubierta; ni su mirada de deseo posada sobre ella; ni como, seguro como el infiero, ella debe sentir su erección golpear su trasero, y lo peor de todo es que a ella no le importa, se lo permite.
Addyson continúa con su movimiento devastador, pasándose las manos por el cabello hacia atrás hasta que le vuelve a caer en el rostro, se muerde el labio y le sonríe por encima del hombro.
Su mirada se cruza conmigo y vuelve a sonreír al tiempo que se voltea, quedando frente a él. Repite el mismo movimiento, pero esta vez es pelvis contra pelvis. El imbécil acerca su rostro a su oído y le dice algo de lo que ella se ríe a carcajadas.
Las manos del chico bajan hasta su trasero y lo presionan haciendo que el movimiento sea más intenso. Aprieto mi puño con fuerza.
¡Joder!
Termino mi bebida y camino hacia el baño dejando a los chicos solos, que ni siquiera se percatan de nada porque sus miradas bobaliconas están enfocadas en las otras dos.
—Ya no aguanto más. —Escucho decir a Zion y al mirar por encima de mi hombro, lo veo encaminarse a la pista de baile.
Llego al baño y apoyo mis manos contra la meseta, bajo la cabeza y respiro profundo par de veces, pero no puedo evitar pensar en esa horrorosa escena que se está desarrollando ahí fuera. Golpeo la superficie con un puño, luego abro el grifo del lavamanos y rocío un poco de agua en mi cara.
—¿Qué demonios pasa contigo, Kyle? —pregunto en voz alta a mi reflejo en el espejo—. ¿Estás celoso? ¿Por ella?
Sacudo la cabeza borrando ese pensamiento. No quiero darle respuesta a esa pregunta porque sé que no me va a gustar. Cojo una servilleta y me seco la cara.
Vuelvo a la barra y mis amigos ya no están. Los busco con la mirada y los encuentro en la pista bailando, con nadie en específico, pero sí rodeado de muchas tías. Incluyendo las amigas de Addyson.
Sin darme cuenta, la busco con la mirada y lo que veo no me gusta. En uno de los laterales está discutiendo con el idiota de su ex. La tiene cogida de la mano mientras le grita algo. Ella, enojada, intenta soltarse, pero la sujeción es demasiado fuerte.