1. Solo contigo

Cap 21: Addyson

La entrenadora se ha ido. Nos ha dejado solos. 


Está loca, no hay otra explicación. 


¿Cómo demonios vamos a hacer que estos tres aprendan a patinar?


Estoy sentada en las gradas, con los codos descansando sobre mis rodillas y el rostro enterrado en mis manos. Los nervios los tengo a millón y no puedo quitarme la desagradable sensación de que esto va a salir muy mal y que lo único que voy a conseguir es sufrir aún más.


El club está en silencio desde que el adonis de revista se excusó hace unos minutos. Nadie ha pronunciado ni una palabra. 


¿Dónde se metió este tío ahora?


—¿Estás bien? —pregunta Ariadna en un susurro. 


—Genial —digo y me obligo a mirarla. Ella me dedica una sonrisa preocupada.


—Si quieres...


—Estoy bien —la interrumpo. Si me vuelven a dar la opción de esperar hasta estar preparada, la voy a tomar y yo sé que nunca voy a estar realmente preparada para enfrentar esto. 


Abigail se acerca, acuclillándose a mi lado.


—¿Todo bien? —Asiento con la cabeza al mismo tiempo que sonrío.


—¿Y tú? ¿Estás bien? —pregunto un poco preocupada. 


Me siento como una mierda por hacerle esta pregunta ahora. Debería habérsela hecho mucho antes, incluso antes de haber aceptado. 


Ella me mira confundida.


—¿A qué te refieres?


—Son diez minutos de coreografía prácticamente sin detenernos. ¿Crees que puedas hacerlo? —El entendimiento ilumina su rostro y me dedica una sonrisa tranquilizadora, pero que al mismo tiempo tiene un sabor triste.


—Todo controlado, cielo. No te preocupes por mí. —Toma mi mano y la presiona levemente. Sonrío y me pongo de pie al mismo tiempo que Kyle regresa.


¿Qué rayos está haciendo?


Patina hacia mí sin apartar sus ojos de los míos. Las chicas se apartan un poco.


—Si tengo que patinar contigo —dice al detenerse a un escaso metro de mí—, necesito protegerme. No quiero terminar de nuevo en el hospital, o peor.


Auch. Eso dolió. 


Sus amigos estallan en sonoras carcajadas y las chicas, aunque lo intentan, no pueden evitar sonreír. Las fulmino con la mirada e inmediatamente se ponen serias.


—Si lo que quieres es cuidarte de mí, te recomiendo que uses un casco de hockey, este no protegerá tu linda cabeza.


—Lo tendré en cuenta para la próxima vez... Y gracias por lo de linda cabeza.


Aprieto los dientes con fuerza para no soltarle la lista de insultos que tengo en la punta de la lengua.


Imbécil.


Recojo mi mochila y voy hacia la pista.


—¿Qué están esperando?


Todos agarran sus cosas y me siguen hacia la pista de hielo. Pongo las manos en mi cintura y mirando hacia el frente respiro profundo.


¿Por dónde empiezo?


¿Qué fue lo primero que aprendí cuando comencé a patinar? Pienso...


Amarrarme los patines. Sí, creo que fue eso, pero ellos son patinadores, saben atar sus patines, no hay gran diferencia. 


Siguiente cosa...


Marchar, deslizarse. Pero antes de eso, necesitan protección. Odio tener que darle la razón a este idiota, pero van a caer, un montón. De hecho, puede que vivan en el piso.


Le pido a Kyle que les muestre el camino a los vestuarios a buscar lo que necesitan mientras nosotras nos ponemos los patines. Minutos después regresan con cascos, coderas, manillas y rodilleras. Se ven bien chulos.


—¿Ustedes no van a usar? —pregunta Maikol.


—Tenemos los cascos —dice Abigail mientras saca un casco fucsia de su mochila. Maikol le sostiene la mirada y ella la aparta avergonzada. Esto va a ser interesante. 


—Ok, esto va a ser bastante complicado —digo llamando la atención de todos—. Tenemos solo cuatro meses, en mi opinión es una misión imposible, pero de igual forma estoy dispuesta a intentarlo. El patinaje sobre hielo es más fácil de aprender que el patinaje sobre ruedas...


—¿Cómo lo sabes? —me interrumpe Kyle.


La respuesta sería porque los he aprendido los dos, pero en realidad digo:


—Nicol lo dijo una vez.


—Yo creo que eso es relativo. —Continúa—. Cada cual es mejor en algunas cosas que en otras. Puede que a mí me resulte más sencillo el patinaje sobre ruedas.


—¿En serio, Kyle? ¿Te vas a poner a discutir esto? ¿Qué parte de no tenemos tiempo no entiendes? —pregunto enojada—. Mira, aclaremos algo. Si tienes algún problema personal conmigo por todo lo que ha sucedido hasta ahora, agradecería que lo dejaras fuera del club. Aquí vinimos a patinar. 


—No tengo ningún problema contigo, solo...



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En el texto hay: amor patinaje ruedas hielo

Editado: 27.10.2024

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