MI SEXI VECINO

Estoy sentada en el patio trasero de mi nueva casa, nos mudamos hace un par de días, es fin de semana, así que estoy disfrutando de la poca libertad que tengo, mañana tendré que ir al instituto y en realidad no me emociona ser la chica nueva del salón, no me interesa hacer amigos esa es la verdad, soy la típica nerd que prefiere pasar metida entre libros que hablando con los seres humanos. 

Empiezo a mirar videos de internet, típico pasatiempo de una adolescente de 17 años como yo, está haciendo demasiado calor para mi gusto, miro la casa de mis vecinos de reojo, se nota que son riquillos, todavía no los conozco, bueno desde que llegué pasó encerrada en mi habitación. 

Mis ojos se abren como platos soperos al observar a uno de mis vecinos caminar en mi dirección, es un chico de unos 18 años aproximadamente, está sin camisa y puedo observar ese cuerpo bien trabajado que se carga, se me hace agua la boca, cabello castaño oscuro, colocho alto, 1,90 aproximadamente, labios rojos y carnosos que te invitan a besarlo, trae una laptop en sus manos, se sienta prácticamente frente a mí, pero ni siquiera vuelve a mirarme, no saluda, hace como si no hubiera nadie, mal educado pienso para mí. 

Trago grueso, no puedo negar que está como quiere, en realidad no voy a negar que llamo mi atención por completo, en realidad nunca me habían interesado los chicos, pero él tiene mi completa atención desde que salió por esa puerta, tiene un aire misterioso que me hace querer saber más de él, pero mis instintos me sugieren alejarme. 

Me quedo atontada sin saber qué hacer, bueno, puedo intentar hablarle, soy mala con las palabras, esa es la verdad, tiene las piernas extendidas, ese jogger le queda de infarto, está concentrado en la pantalla de su laptop, mi corazón late a mil por hora y me siento realmente nerviosa, no conozco a nadie en este vecindario, no está de más intentar hacer amigos, te gusta, me grita mi conciencia, niego con la cabeza rápidamente, no, los chicos perfectos, solo existen en los libros, murmuró para mí misma. 

—¡Hola vecino! Soy Antonella, su nueva vecina. 

Qué tonta, soy terrible, haciendo amigos me digo a mí misma, el chico levanta la mirada, esos ojos azules me observan por unos segundos, pero luego vuelve a lo suyo, sin prestarme la más mínima importancia, él muy imbécil me ignoro, si lo hizo, no puedo creerlo, me quedo con la boca abierta. 

—Puedes dejar de comerme con la mirada Antonella, sé que te gustó obvio, cómo dudarlo, soy lindo, lo sé —dice con una sonrisa maliciosa —pero por lo menos trata de disimular, y límpiate la baba por favor. 

—¡Qué, qué! —Tartamudeo un par de veces, mi cara fijo está roja como un tomate —no te creas la gran cosa —digo molesta, en realidad no sé dé donde saco el valor de responderle de esa manera —solo salude por cortesía —trato de herir su ego. 

Escucho cómo se ríe de mí, no puedo negar que esa risa ronca me encanta, es demasiado varonil. 

—Eres muy mala fingiendo, por favor no vuelvas a molestarme, no me interesa hablar con una nerd cómo tú, arruinas mi día —hace un ademán de disgusto. 

Me quedo más sorprendida que al principio, es un imbécil, nunca debí hablarle, se levanta y se marcha, me quedo allí, como estúpida, mierda, no pienso volver a hablarle en lo que me resta de vida, lo juro por mi vida. 

Ese niño se cree la última coca cola en este pinché desierto, bueno está cómo quiere, de eso no hay dudas, sigo molesta por la que acaba de suceder, es un tonto, me digo a mí misma, no merece tu atención, me repito mentalmente. 

Dejo de observar la casa de mis vecinos y sigo en lo mío, no puedo negar que su voz me encanta, es magnética, cuando dijo mi nombre casi me da un pinché infarto. 

Sinceramente, esto arruinó mi tarde, me levanto, tomo mi celular y regreso a la casa, cuando entro me doy cuenta de que mis padres no han regresado, voy a morir de aburrimiento. 

Subo las escaleras y entro a mi habitación, enciendo la TV y me siento en mi cama de lo más tranquila a ver mis series turcas, Michi se sube a mi cama y deja caer sobre el colchón de lo más tranquilo, se nota que la bola esponjosa, le gusta el lugar. 

🌸🌸🌸🌸🌸 

Es mi primer día en el instituto, respiro profundamente y bajo del auto de mi madre, quien me muestra una sonrisa. 

—Nos vemos en la noche hermosa, pórtate bien. 

—¡Adiós mamá! Nos vemos. 

Camino en dirección a la entrada algo nerviosa, no voy a negar que soy mala socializando, doy unos pasos cuando una chica castaña se cruza en mi camino, es realmente linda, lleva una falda volada en color negro, con un crop top rojo. 

—¡Hola! Soy Natalia Salazar, la encargada de mostrarte la Institución —habla con una sonrisa y me toma del brazo. 

—¡Hola! Antonella Hall, mucho gusto. 

Escucho a las chicas murmurando a nuestras espaldas, hay risitas, algunas dicen palabras que ni siquiera me animo a repetir, me giro con curiosidad por saber qué sucede y observo a mi vecino, entrar de la mano de una chica rubia que parece modelo de revista, lo miro sin perder detalles, pasa a centímetros de mí y ni siquiera vuelve a mirarme. 

—No pierdas tu tiempo, preciosa —murmura la chica a mi lado con disgusto. 

Ahora tengo más curiosidad que al principio, se nota que tiene el ego por las nubes. 

—¿Quién es? —Pregunto con absoluta curiosidad.