100 días para enamorar al enemigo

Capítulo 4

Todo lo que pasa en nuestra vida de alguna manera dicen que está relacionado de cómo es que pensamos en que tan bien o mal nos ira en el día.

Y pues yo pensaba, que mi vida era un asco desde ayer no había recibido correo de parte de la empresa quizás ni me consideraban como una de las candidatas, estaba sentada al frente de la televisión con un gran pote de helado mirando una divertida película de comedia

Odiaba tener responsabilidades, como el echo de que tenia que conquistar a un hombre que no conocía no tenia una maldita foto de quien era mi objetivo, lo único que sabia era que era casado con dos hijos a los cuales también no tenía ni la puta idea de quien eran tenia dos reglas claras hasta hora conseguir trabajo en esa dichosa empresa no buscar más información de la que ya se me había entregado.

Luego de casi terminarme el pote de helado, fui directo al cuarto de baño por una ducha ya que en menos de dos horas tenia que asistir a una reunión que se realizaría en un lugar discreto

Baje las escaleras rápidamente mientras acomodaba mi cabello que un se encontraba mojado ya que con el tiempo en mi contra no me daría tiempo para poder utilizar la secadora

—listo ya me encuentro en el lugar acordado—a dos cuadras dejaras tu auto

—¿eso por qué?

—una camioneta negra te estará esperando subirás a ella la cual te traerá hasta nosotros

—no entiendo nada a que se debe esta reunión…

El muy infeliz me corto la llamada pero que hijo de su madre guarde el teléfono atrás de mi bolsillo cerrando la puerta del auto, al caminar unos cuantos pasos y estar parada como dos segundos en el lugar indicado la camioneta negra se estaciono al frente mío abriéndose la puerta arque las cejas cuando dentro había dos sujetos encapuchados

—agente 1-4-6-2  

—si—respondí

—el jefe nos invio por usted puede subir

Luego de haberme dicho esas palabras, subí no podía desconfiar de aquellos sujetos ya que sabían mi numero de registro y tenían la insignia de la agencia  

—por que tengo que llevar una capucha

Pregunte, pero nadie me respondió no sé cuánto tiempo íbamos en esta camioneta lo único que sabia era que el camino era largo y el poto de tanto estar sentada ya me estaba empezando a dolor eche la cabeza hacia atrás quizás una pequeña siesta no me caería nada mal

—hemos llegado—¿tan pronto?

—baje por favor que la están esperando

—ya me pueden quitar esta capucha

Una cosa si le digo desde hoy odio la oscuridad prefiero la claridad mire aquel lugar donde nos encontrábamos, y realmente les puedo decir que este lugar era realmente hermoso un largo camino que daba a la casa que se encontraba a metros de mi deslumbro destellos en mis ojos

—donde estamos—adelante  

Señalo el hombre que ya se había quitado la capucha

Camine casi a pasos rápidos no fue necesario tocar la puerta ya que apenas estaba por llegar esta se abrió, ingrese caminando detrás del hombre que me condujo hasta la sala de esta casa

—por fin a llegado la invitada de honor

—que es todo esto

—toma haciendo elaysa

Lo mire extrañada nunca antes lo había visto era un hombre sumamente extraño tenía un porte recto mirada hundida cejas perfectamente delineadas y su vos era como escuchar a una coronel ronca pero no tosca le ofrecí una sonrisa de labios cerrados dirigiéndome hacia el mueble que se encontraba detrás de mí, mire a todos los demás que se encontraban en aquella pequeña sala

—a que se debe la reunión

—creo que la señorita aquí presente esta apresurada por saber de qué vamos a tratar

Menciono otro hombre que al buscarlo con la mirada se encontraba recostado debajo del umbral de la puerta con un baso de trago entre sus manos no era viejo tampoco era joven, pero parecía como si cuando me mirada desprendida algún tipo de destello que no sabia explicar

—creo que es justo que nos presentemos

Esta ves el que hablo era alguien joven

—creo lo mismo—estoy de acuerdo—respondí

—como todos aquí presente son caballeros creo que es justo que la dama se presente primero

—también creo lo mismo

—bueno como ustedes digan caballeros—respondí levantándome de mi asiento

Luego de mirarlos a cada uno, decidí presentarme no se si era correcto hacerlo con mi nombre verdadero o era solo con mi número que me había designado en la agencia

Algunos mantuvieron una sonrisa amplia en los labios otro solo bebieron, de la copa de trago que tenían en la mano, pero otro sin descripción pasaron sus ojos por todo mi cuerpo luego de haberme presentado continuaron los demás y debo de reconocer que sus nombres sonaban como si hubieran nacido para llevar esos nombres y apellidos

Luego aquella pequeña presentación

Alguien ingreso al lugar aplaudiendo, la sonrisa que se cargaba causo la mirada sobre el de todos

—nuestro ilustre jefe acaba de llegar—menciono uno que se había presentado con el nombre de juan, mire como todos se empezaron a levantar de donde estaban

—jay—dijo alguien detrás de mi

El hombre, que acababa de ingresar centro su mirada en mi camino hacia donde estaba solo lo mire su mano cogió la mía una corriente eléctrica recorrido todo mi cuerpo

—supongo que tú debes de ser la hermosa elaysa  

—así es—déjame decirte que eres mas bellas que en las fotos

—muchas gracias

Respondí soltando su mano no me gustaba mucho el contacto físico con alguien que acababa de conocer, el tal jay me ofreció una sonrisa para luego continuar caminando hasta el frente mío donde se sentó.

—bueno señores hemos venido hablar de negocios

Hablo jay esta ves ya con una copa entre su mano

—elaysa es la encargada de completar esta misión menciónanos tu progreso

Alguien después de tanto tiempo me llamaba por mi nombre y eso me hacia sentir segura al menos por a hora



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En el texto hay: secretos, misiones, poder celos sexo y dolor

Editado: 01.09.2023

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