Capitulo 5

— ¡QUÉEEEEE! —Gritó Ismerai.

— ¡SH! ¡Cállate! —le exclame susurrando, la gente nos quedaba mirando por el ruido.

—Entonces la greñuda de ese día se llama Tiana, como la del sapo —dijo.

—¿La princesa y el sapo? —le pregunté.

—Si, pero ahora ella es el sapo...Ugh.

—No la Ofendas Isme —le dije y me senté en la banca del parque.

No conocía muy bien a la Novia de Jean, pero sí es su novia deber ser una linda chica, tímida porque cuando la conocí casi no hablo, solo sonreía. Aparte sé que Jean no escogería a una mala persona.

—¡Pero es la novia de Jean! Aah ¡Porque busca chicas feas! ¡Tú eres hermosa!

Baje mi mirada mientras pateaba el pasto con mis pies.

Me preguntaba si al menos me veía bonita para él.

—Para él no —murmure.

—¡Bien! Me darás el número del representante del club —dijo decidida.

— ¿Para qué? —pregunté confundida.

—No te dejare en ese infierno sola, además tal vez me guste un libro —sonrió tierna. No pude evitar sentir felicidad y pensar en la suerte que tenía por tener una amiga como Isme. —. O un chico —concluyó.

No puede ser.

Por un momento me creí que si podría gustarle un libro, le podía recomendar muchos, como La cruz de zafiro, es del estilo de Mery.

¡Lo pondré de sugerencia en el club!

Me gustaba ir con ella al parque y pasar un buen rato con comentarios tontos también observar el atardecer o a la gente pasar.

Mire hacia el cielo, observando los colores del atardecer.

— ¿Crees que le guste y no lo quiera aceptar? —pregunté. Aún tenía esperanza de que yo le gustará pero que no quiere aceptarlo y que esta forma de enamorarlo diera más resultados.

En mi mente aún está el recuerdo del día que me declare, el solo pensarlo me da un dolor de pecho, uno que me hace sentir triste.

—Te lo aseguró —dijo como si recordara algo.

Mire a mi amiga, parecía estar perdida en sus pensamientos, Isme se dio cuenta que la estaba mirando y preguntó. —¿Qué hacía el tal Alejandro en tú casa? Necesito conocerlo más a profundidad —mencionó.

No sabía si era juego o realmente era perversa con ese chico.

En lo personal se me hace molesto.

—Acaba de cumplir 18 años, salió de la casa hogar donde trabaja mi mamá y no sabía a dónde ir, buscará trabajo y cuando esté en una buena posición se marchará, en el mientras estará en la habitación de July.

Le conté lo que me había dicho mi madre ayer ya que me había espantado al verlo salir del baño.

—Tendrás a ese papucho en la misma casa ¡Te envidió! —me dio una palmada en el brazo.

—Auch —me quejé— No me agrada —Se comió mis gomitas ayer y aún no me acostumbro a su presencia, es muy raro que haya alguien que no conozco en mi casa y actúe como si el sí conociera el lugar —Confesé. No le podía decir eso a mí mamá, solo la haría sentir mal y prefiero soportar a alguien que provocar eso.

Alejandro lleva dos días en mi casa y ya me cae mal, se comió mis dulces, siempre esta con mi mama y eso es ahg.

Aparte es muy callado.

Si le digo algo que me disgusta o que está haciendo mal no me responde nada, y cuando habla su voz no refleja sentimientos, es seca como si la realidad fuera cruel y terrible

Me cae mal, no me agrada y me está robando a mi mamá.

—Yo le daría mis gomitas —dijo. Ya no sé si me está prestando atención o piensa en el chico.

—. ¡Lind! Por Dios es Pelinegro con ojos grises, ese día estaba mojado por la lluvia y su ropa se pegaba a su cuerpo, ¡Todo un papucho! —se quedó callada— Ya entendí, tu solo tienes ojos para Jean —Ismerai giro sus ojos y mejor checo su teléfono. Según ella se iba a registrar para en el club de literatura.

Luego de estar un rato con ella jugando y quejándome de un intruso que estará un tiempo en mi casa, mi teléfono sonó.

— ¿Qué pasa mamá? —dije al contestar— ¿Qué? ¿Qué hace en la casa? ¡NO! ¡Ya voy! —colgué la llamada. Isme me miró confundida ya que me había parado de la nada. — ¡Jean está en mi casa! ¡Esperándome! —le dije y salí corriendo.

— ¿Qué? ¿Qué hace en tu casa? —preguntó, pero ya estaba lejos. Lo bueno de esto es que mi casa estaba a unos 300 metros de distancia.

Mi corazón latía fuerte, sentía mis pulmones trabajar a todo lo que podían por correr, no prestaba atención a lo que sentía mi cuerpo, solo me concentraba en llegar porque Jean estaba en mi casa.

¿Por qué me importa tanto?

Jean, Jean.

Deja mis sentimientos en paz.

Déjame seguir mi camino, sin ir desesperada por ti.

— Siento que ya no te conozco.

— Porque comencé a ser realmente como soy, mi mejor amigo me acepta como soy, sea como sea y haga lo que haga. No cambiaré porque amigos reales solo hay pocos ¿Eres mi amiga?

Bel Montiel