Clashford, Massachusetts
4 de julio, 1992
Había pasado un año, un año desde que mi hermana había desaparecido.
Si hay algo peor que te pase algo malo a ti, es que le pase a un familar cercano.
Es una impotencia inmensa no saber nada, ni cómo o dónde está, es horrible pasar noches en vela por estar pensando en qué pudo haber ocurrido.
Las autoridades decían seguir investigando, pero estaba más que segura de que pronto darían por cerrado el caso. Mi familia contrató a un investigador privado, pero hasta día de hoy no había dado resultados, lo único que teníamos de Dara era la correa de su perro, pero no no había más nada. No encontraron huellas ni sangre, era como si nada hubiera pasado, por lo que muchos dijeron que simplemente Dará se había cnado de esa vida y escapó, pero yo sabía que no era así, ella jamás se hubiese ido sin avisar. Sabía que alguien más estaba tras su desaparición, por lo que después de que mis padres descartaran al investigador, yo le seguí pagando, le llamaba todas las semanas para saber si ya tenía algo, lo que era ridículo, si él descubría algo me llamaría. Era tan horrible no saber nada, ni una pista, nada, nada que nos dijera que pasó con Dara.
El teléfono de la casa sonó y consideré no contestar. No quería hablar con nadie, me sentía muy mal y solo quería evitar cualquier cosa que me hiciera pensar en ella, pero aún así tuve que contestar, estaba esperando una llamada importante y posiblemente era esa.
—¿Hola?
—Deja de entrometerte.
—¿Disculpe?
—Tú sabes muy bien de lo que hablo.
—Disculpe, creo que se ha equivocado de número.
—Oh, no me he equivocado, tú sabes muy bien que no, Juliette.
Sentí como el miedo se apoderó de mi cuerpo y mi corazón comenzó a ir más rápido.
—Disculpe, ¿quién es?
—Quiero que te vayas, deja de entrometerte en la investigación, tu hermana no aparecerá.
—¿Quién eres? ¿qué es lo que quieres?
- ¿Es que acaso no escuchas, Julieth? Quiero que te vayas. ¿Quieres que te pase lo mismo que a tu hermana? Entonces quédate.
- ¿Lo mi-mismo que a mi hermana? ¿Qué le pasó? ¿qué quieres? Por favor, dime si está muerta. - Se me escapó un leve sollozo, siempre pretendía ser fuerte ante el tema pero no lo era, no sabía que hacer ni que decir, y mucho menos cuando estaba hablando con el posible responsable de su desaparición.
- ¿Qué le pasó a Dara? ¿Tú la mataste?
El hombre del otro lado de la línea comenzó a reír, su risa era muy, muy gruesa.
- Claro que no, yo no soy el encargado de eso, pero no hablemos de eso ahora, primero quiero que te vayas, no me importa a dónde.
- ¿A-ahora mismo?
Yo realmente odiaba tartamudear, pero era imposible no hacerlo, tenía muchísimo miedo.
- Ahora no, se ve que estás ocupada. Termina con esos papeles, empaca tus cosas y vete.
Apenas lo escuché me puse alerta, miré hacia todos lados y cuando llegué a la ventana sentí un millón de sensaciones recorrer mi cuerpo, y ninguna era buena.
- ¿Qui-quién eres?
Estaba en el edificio de enfrente, y cuando notó que lo miraba alzó su mano y me saludó. Llevaba una capucha y era de noche, se lograba ver su silueta, mas no su cara.
- El quién soy no es importante, lo importante es quién eres tú. No eres alguien que le agrade.
Esa parte me confundió mucho. ¿A quién se refería?
- Yo-yo... - No sabía que decir, estaba completamente asustada, tanto que mis manos temblaban.
- No lo volveré a repetir. Vete.
- Está bien, me iré, pero...
"Toc, toc" alguien llamó a la puerta.