2 Caminos

04

Luego de aquel día Gerald comenzó a ir por Elizabeth cuando salía del trabajo, incluso después de que el padre de ella había vuelto a la casa. Así pasó casi una semana, semana en la cual Elizabeth no había visto a Daniel más que una vez pero no tuvo el tiempo de preguntarle por su mano.

Y ahora mismo se encontraba de camino a GedHill, el pueblo vecino, junto a Irila. Otra chica había desaparecido y esa misma noche se hará una vigilia en el campo de fútbol que estaba dentro de la escuela y ella iría a cubrir el evento junto a Irila que se ofreció a ayudarla con las cámaras, pero ni bien estacionaron el auto en la escuela vieron el autobús escolar de NouWood, del cual bajaban los integrantes del equipo de fútbol y las porristas, la última persona en bajar fue Peter, el hijo del entrenador, quien solía cubrirlo cuando su padre no podía asistir a los eventos y de hecho fue el capitán del equipo cuando ellas estuvieron en la preparatoria, ambas lo conocían ya que fue compañero de Irila y Red, y porque era el ex novio de Irila.

Al bajar del auto estos cruzaron miradas y él solo le sonrió a la de cabello chino para después ir con el equipo de fútbol.

—¿Es enserio? —Elizabeth se giró hacia ella ya que aun estaba configurando su cámara y solo soltó una risita al ya saber de qué hablaba su amiga—. ¿Qué probabilidades había de encontrarlo hoy?

—¿De un 40 por ciento? —respondió mientras acomodaba su bolso—. ¿Pero porque te molesta verlo? ¿Que no se supone que terminaron bien?

—Si, como sea vámonos.

Elizabeth asintió y ambas fueron hacia el campo donde en la entrada se encontraron con nada más y nada menos que Daniel sosteniendo varias flores.

—¿Daniel? —dijeron ambas confundidas al verlo ahí.

—Hola chicas —saludo mientras les entregaba una flor a cada una.

—¿Estas regalando flores?

—Así es Lizzie, detalle de los Damon.

—Woah —dijo Irila viendo la rosa blanca en su mano.

Sin decir nada más ambas siguieron su camino, al entrar al campo de fútbol pudieron ver a ambos equipos de fútbol y porristas juntos en un lado del campo mientras que el otro lado estaba siendo ocupado por personas que habían asistido a la vigilia, 5 chica había desaparecido en GedHill y ya las daban por muertas, incluso a Amanda Beaufort, la chica que había desparecido hace apenas tres días.

Al llegar hasta el frente de todos Elizabeth vio que todos llevaban la misma flor que ella, era algo conmovedor y un lindo detalle de los Damon, por lo que sacó su cámara y comenzó a tomar algunas fotos de estas flores, Irila hizo lo mismo y minutos después inició el homenaje que harían.

Las familias de las desaparecidas dieron unas palabras, amigos de ellas e incluso la pareja de una de ellos fue a pedir que quien la tuviera la dejara regresar, Elizabeth no pudo contener unas lágrimas y cuando limpio estas sintió una mano en su espalda, al girar se encontró con Daniel quien solo se acomodo a su costado. Cuando estaba por tomarle una foto al alcalde de GedHill sintió un escalofrío recordarle la espalda, de inmediato miro hacia atrás pero no encontró nada, esta acción la noto Daniel y la imito.

—¿Estás bien? —pregunto poniendo su mano en el hombro de ella para llamar su atención ya que parecía algo perdida en aquel punto que estaba viendo.

—Si solo que —se detuvo y dirigió su mirada a él—. Nada, estoy bien.

Le dio una sonrisa y ambos regresaron su vista al frente pero ella aun se sentía rara y cuando pendo un poco se dio cuenta que era la misma sensación de su cumpleaños, era la misma persona que la había seguido días atrás. Un nudo se formó en su garganta y sintió sus piernas temblar, aquella persona estaba ahí y no sabía exactamente donde.

—¿Lizzie estas bien? —preguntó el pelinegro al verla tan inquieta.

—No —respondió negando—. ¿Recuerdas que te dije que sentía una mirada en el bosque el día de mi cumpleaños?

El solo se sintió extrañado.

—Esa persona me siguió hace unos días —Al oír eso él frunció el ceño y comenzó a mirar a los lados en busca de esa persona.

—¿Te estaban siguiendo Elizabeth? —ella asintió con los labios temblorosos—. ¿Por qué no me dijiste?

—No quise preocupar a nadie, y se que tal vez suene loco pero creo que esa persona está aquí.

—No suena loco —respondió de inmediato.

Daniel solo paso su brazo sobre los hombros de ella y acarició su brazo tratando de calmarla, lo cual funciono un poco y pudo continuar con su trabajo. Pasados unos minutos Elizabeth sintió a Daniel alejarse de ella, Elizabeth solo lo miró y lo tomó del brazo.

—¿A dónde vas? —pregunto al ver como ya estaba por irse.

—Ya vuelvo —respondió con una cálida sonrisa—. No tardó.

Ella asintió no muy convencida de dejarlo ir, el homenaje concluyó con la policía de GedHill dando consejos y advertencias a las chicas, cosas como no andar solas, llevar con ellas un gas pimienta y cosas del estilo. Al ir al auto de Irila ambas vieron a Daniel subirse a la camioneta que llevaba el logo de la florería de los Damon.

—¿Te quedas en mi casa para cenar? —pregunto Irila al encender el auto.

—Claro que sí, ¿hay problema si me quedo?

—Ya sabes que no Liz —dijo con una sonrisa.

Antes de llegar a casa de Irila pasaron por un par de cosas que Elizabeth ocuparía para el día siguiente, una vez en casa de Irila cenaron y fueron a la habitación de ella para ver una serie mientras Elizabeth pasaba las fotos a su computadora.

—¿Qué tan loco sería investigar este caso? —preguntó mientras miraba una de las fotos que le tomó al cartel con las imágenes de las desaparecidas de GedHill.

—¿Qué? —Irila no le había prestado atención porque estaba leyendo un libro.

—¿Crees que podría investigar el caso de estas chicas?

—Trabajas en un periodico, no veo porque no —respondió para volver a su lectura.

Elizabeth tomó su palabra y comenzó a buscar todas las noticias que podía encontrar sobre las chicas desaparecidas, guardó las que le parecieron más reales y verídicas y terminó por dormirse hasta las 3 de la mañana cuando su computadora se quedó sin batería y se había calentado.




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