#2 La batalla por el reino

Predicción

La siguió moviendo pero ella no despertaba preocupando lo, la tomo en brazos pegando su cabeza en su pecho. Empezó a correr hacia la dirección de la aldea de los humanos, estaba tan concentrado en llevarla lo más pronto posible que no se dio cuenta como una luz iluminaba el cuerpo de ella mientras que en medio de la espalda sobre la tela marcaba aquel extraño lunar en un azul intenso. Llevo hasta la aldea, y rápidamente pido una cabaña. Cuando estuvieron instalados algunas muchacha se ofrecieron a cuidarla

—Esta muy fría —susurró —, hay que hacerla entrar en calor

Pero Reluminium negó, su corazón latía lentamente y no era precisamente por lo frío de su piel, algo la estaba matando por dentro

—Salgan —ordenó sin apartar la vista de ella

—Pero…

—¡Que se fueran! —gritó

Una vez que estuvieron solos, cerró los ojos susurrando unas palabras para luego abrirlos. Aquellos tonos se tornaron rojos antes de observar el cuerpo de ella encontrando la causa

—¿Ese es tu plan? —hablo sabiendo que ella podía escucharlo —, matar a todos los que se me unan

Reluminium desabotono la playera dejando expuesta la piel de su vientre y sus senos. Se la quito para acosarla boca abajo y hay pudo ver aquel lunar que brillaba con toda intensidad. Saco aquel cuchillo de  su bota dispuesto a cortar la piel de aquella marca

《No lo hagas 》

Escucho aquella voz de repente

《Si lo haces la matarás, no lo hagas》

Volvió a escuchar, dejo el cuchillo en la cama. Alzo la mano tratando de tocar aquella marca con la yema de sus dedos, al hacerlo aquella marca se volvió a iluminar

Reluminium observo sus manos acariciando aquella tersa piel mientras tenía sobre su pecho aquella blanca cabellera paso los dedos por aquella marca haciendo que ella soltara un suspiro

—Es un lunar —apoyo la barbilla en el dorso de su mano —, es la misma que tenía mi madre en su muñeca

Él se movió dejándola debajo de su cuerpo antes de besarla mientras se acomodaba entre sus piernas acariciando su piel

Aparto la mano antes el asombro era algo que no se explicaba es ella, al parecer era el quien la acariciaba y disfrutaba de su cuerpo. Estaba tan absorto en aquella visón que no se dio cuenta que ella había desertado y había tomado con cautela el cuchillo. Solo cuando tuvo el cuchillo en su garganta fue que la observó

—¿Por qué estoy así? —le dijo entre dientes pegándose a su pecho

—Yo…

Para Reluminium tenerla así con la parte de arriba descubierta y pegada a su pecho no le ayudaba mucho a pensar mucho menos después de aquella visón. Pero para Perséfone no eran diferente las cosas al tenerlo tan pegado a si cuerpo le hacía estos a su piel. Y más por que sabia que tarde o temprano estaría estrechada por esos brazos, lo había visto varias veces en sus visiones. Lo que ella no sabía era que inconscientemente le había mostrado una de esas visiones

En eso la puerta fue abierta haciendo que Reluminium la tomara por la espalda pegando la más a él mientras trataba de cubrir su desnudez con su cuerpo

—Una disculpa, el rey quiere verlo

—En seguida voy

Hizo seña para que se fuera y ella asintió cerrando la puerta

—Ya puedes soltarme —le dijo Perséfone y el lo hizo

Ella tapó sus senos con las dos manos y su larga cabellera blanca caía en cascada por su hombro derecho. Él solo carraspeo antes de darse la vuelta dándole privacidad. Una vez que ella estuvo lista fueron a reunirse con el rey, solo dar un paso una mujer de cabellos color plata se les acercó antes de señalarlos

—La hija del cielo —la miro y luego a Reluminium —, y tu eres el protector. La oscuridad esta tomando fuerzas y la salvación está en sus manos. Pero solo si aceptan su esencia

Miro a Perséfone para luego mirar a Reluminium

—Y no olvidan las enseñanza de los antepasados

—¿De que habla? —pregunto un Reluminium confundido

—Hace varios años —hablo el rey — se hizo una predicción. Vendría la oscuridad hacia estas tierras tratando de consumirla por completo, pero también se predijo que dos seres muy poderos vendrían pidiendo apoyo para acabar con esa oscuridad

—Dos seres unidos —hablo la anciana —, por el nudo perenne

—Mi madre una vez me habló de ese nudo pero eso ya hace medio milenio desde la última vez que se hizo

La anciana tomó sus manos uniendo las para verlas brillar antes de que aquel nudo se formará

—Ustedes están unidos desde que vinieron a este mundo —sonrió cálidamente —, se pertenecen hasta la eternidad




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