Luego de una mañana un poco ajetreada en la que Addyson descubrió que, efectivamente, su novio le era infiel y en la que, en su intento de vengarse, convirtió al chico del reloj en su amante, llegamos a la playa Míron decididas a disfrutar a lo grande en la fiesta que se celebra como tradición antes de comenzar los exámenes.
Llegamos hace un par de horas y luego de saludar y conversar con un montón de estudiantes, nos unimos a un juego de voleibol y la verdad es que no sé si este día está maldito, pero Addyson terminó golpeando al mismo chico en la cabeza con la pelota y, luego de una discusión que reflejó la increíble química que hay entre los dos, desapareció de la fiesta.
No habían pasado ni cinco minutos de su partida, cuando llegó Eddy, el chico con el que Ariadna se la pasa chateando todo el día y la apartó de mi lado también.
Es por eso que ahora estoy sola, sentada a la orilla del mar, admirando la preciosa vista ante mí.
Decido revisar Badoo. No sé exactamente qué espero pues imagino que el chico no esté conectado a esta hora, digo, debe tener mejores cosas que hacer, ¿no?
Sonrío al ver que tengo un mensaje de él de hace tres horas.
Hola, q tal por allá?
Hola, todo genial... en una fiesta.
Aunque un poco aburr...
¿Aburrida? No, Aby, eso suena patético. Borro el mensaje y vuelvo a escribir:
Hola, todo genial.
Bloqueo mi celular y vuelvo a centrar mi mirada en el horizonte. Allá, a lo lejos, los catamaranes navegan con el viento sintiéndose libres, divirtiendo a los chicos que tienen el valor de subirse.
Ding dong. Suena mi teléfono anunciando la entrada de un mensaje.
El corazón me late con fuerza al comprobar que es el chico de Badoo.
Me alegro, q haces?
Digo, si se puede saber…
No te preocupes… estoy en una fiesta.
En serio?? Q casualidad
yo también. Espero que lo estés
pasando bien…
Por aquí todo genial…
La fiesta está increíble, aunq q
fiesta en la playa no es buena
En la playa?? La mía también!!!
Oh, eso sí es casualidad.
Las playas de Nordella
son hermosas, disfrútalo
No estoy en Nordella.
Han pasado algunas cosas y
he tenido que transferirme a
Milton Black. Estoy en la playa
Míron. La conoces???
¿Qué si la conozco? ¿Pero qué broma del destino es esta?
Inconscientemente miro a mi alrededor. Mi corazón acelerándose aún más.
¿Está aquí? Madre mía.
Me quedo mirando la pantalla del celular cómo si de esa forma el mensaje pudiera responderse solo.
¿Qué le digo? ¿Yo también estoy aquí?
No, eso no. No lo conozco. Podría ser un pervertido disfrazado de chico agradable y divertido. Podría haber estado aquí desde un principio y haber mentido sobre Nordella.
Hola… Sigues ahí??
¡Ay Dios! ¿Qué le digo?
—Hey, ¿qué haces? —pregunta Ariadna de repente, haciendo que mi corazón suba a mi garganta del susto.
—¡Madre mía, Ari! ¡Tienes que dejar de aparecer de repente!
—Estoy llamándote desde que te vi aquí sentada, tú eres la que está ensimismada en su teléfono –se defiende y yo me avergüenzo un poco—. Hablando de teléfonos, necesito que me prestes el tuyo para enviar un mensaje. No sé dónde dejé el mío.
Asintiendo, cierro la aplicación para que ella no la vea y se lo tiendo.
Con una sonrisa pícara, que por algún motivo me da mala espina, toma el celular y teclea algo. Intercambia varios mensajes con quien sea que se esté escribiendo y me lo tiende.
—¿Quieres un consejo? –pregunta mirándome fijamente y siendo sincera, no lo quiero. Por lo general no son buenos.
—Deberías tener sexo. Hace mucho tiempo que no lo haces.
Lo dicho. Sus consejos rara vez son buenos.
—No empieces, Ari.
—De acuerdo, una cosa más. No deberías pensarte tanto las cosas, Aby. A veces, las mejores oportunidades se dan cuando actúas con el corazón y no con la cabeza. —Sin decir nada más, se marcha dejándome confundida como el infierno.
Ding dong. Otro mensaje.
Sacudo mi cabeza para sacar sus palabras de mi mente y desbloqueo el teléfono.
😂😂😂😂😂