🌹Capítulo dedicado
a
Claudia Luna🌹
Maikol:
Enterarme de que Abigail estaba embarazada fue una sorpresa total. Siempre he querido tener hijos, pero nunca pensé que fuera a ser tan pronto y a pesar de eso, la noticia no me espantó.
Fue un shock, sí, pero mientras lo pensaba sentado en la butaca del hospital con nuestros amigos alrededor, una sensación de alegría invadió todo mi cuerpo. Iba a ser padre y estaba malditamente emocionado por eso. Sin embargo cuando me dijo que quería abortar casi me desplomo.
¿Cómo se le ocurre siquiera pensarlo?
Es mi bebé, mi hijo con la mujer que amo, es imposible que vaya a estar de acuerdo con semejante tontería. Sé que será difícil, estamos estudiando, a ella la mantienen y yo a duras penas llego a fin de mes, si no fuera por mis amigos, estoy seguro de que a estas alturas tendría más trabajos de medio tiempo que clases en la universidad. Pero estoy al graduarme, solo tengo que terminar este curso y el que viene. Esforzándonos un poco, estoy seguro de que lo lograríamos.
He intentado hacérselo ver de esa forma en los últimos días, pero no quiere entrar en razón. He pensado que tal vez sus padres son demasiado conservadores y no estarían de acuerdo con un hijo fuera del matrimonio, por lo que cuando le planteé esa hipótesis, le dije que tampoco debía preocuparse por eso porque me casaría con ella sin dudarlo.
La mirada enojada que me dedicó, me caló hasta los huesos, luego, mientras conversaba con Ariadna quién últimamente pasa mucho tiempo en nuestra casa y por lo tanto, se ha convertido en mi fiel aliada, le conté sobre nuestra última conversación-discusión y casi me mata.
Según ella, Aby nunca permitiría que me casara con ella por obligación, lo cual me hizo entender la reacción de Abigail, pero al mismo tiempo me hizo reír a carcajadas. Por el amor de Dios, amo a esa chica, querría casarme con ella con o sin hijos.
Descartada la hipótesis de sus padres en contra, volví a insistirle a Ariadna para que me dijera la razón por la que no quería tener al bebé y, a diferencia de los días anteriores en los que me decía que no se iba a meter en eso, esa vez me pidió, con los ojos húmedos, que dejara de insistir y aceptara el aborto. Luego se marchó dejándome más confundido aún.
Llevamos de discusión en discusión diecisiete días, por momentos me da la sensación de que se está rindiendo, pero luego toma las armas con más fuerzas y ya no sé qué hacer, estoy irritable.
Ayer fue el cumpleaños de Kyle, durante la cena y la discoteca, todo marchaba de maravillas, no discutimos ni una vez y por un momento tuve la esperanza de que todo podría estar bien, pero cuando toqué el tema, volvimos a discutir y terminó marchándose a la residencia con sus amigas, mientras en mi cama la soledad me consumía.
Hoy nos vimos por la mañana, cuando Nicol nos citó para darnos una noticia devastadora para el equipo. La competencia ya no tendría lugar en el club de la Universidad Milton Black, sino que se llevaría a cabo en el Estadio Andersson, el lugar donde la madre de Addy falleció hace trece años y el mismo que Richard, el padre de Kyle, compró y remodeló.
Addyson decidió que ahí no podría competir y una vez más, la competencia pende de un hilo. Kyle fue a Nordella hace unas horas para hablar con su padre con la esperanza de que las cosas vuelvan a ser como al inicio, pero dudo mucho de que sea posible. Ese hombre está consumido por el deseo de poder y riqueza, no desperdiciará la oportunidad de que la competencia de patinaje artístico más importante del momento se desarrolle en otro lugar que no sea su estadio.
Luego de esos quince minutos en los que estuvimos todos reunidos, no he vuelto a ver a mi chica.
—¿Cómo está? —pregunto entrando a la sala al mismo tiempo que Zion se desploma en el sofá con Emma en brazos.
—Ya se le bajó la fiebre. Siento como si un buldog me hubiese pasado por arriba par de veces. —Sonrío al verlo en esas condiciones. Parece realmente agotado.
Emma está malita de los oídos y ha tenido un poco de fiebre. La llevamos al hospital y debo decir lo mucho que el rubio me ha sorprendido. Se ha manejado muy bien en todo momento, parce que tiene experiencia en esto de ser papá y que no está aterrado. Si él puede, estoy seguro de que yo también.
—Me alegro de que esté mej… —Interrumpo mis palabras cuando un ronquido se escapa de su boca. Se ha quedado dormido, no lo puedo creer.
El timbre suena avisando visita. Es un poco tarde y no esperamos a nadie. Kyle tiene llave. Así que, un poco confundido, me dirijo a la puerta y menuda es mi sorpresa cuando descubro que se trata de Aby, Ari y Addy.
—Hey, ¿qué hacen aquí? —pregunto dejando claro mi confusión y al ver la mala cara de mi novia, me tenso inmediatamente.
—¿Ya llegó Kyle? —pregunta Addyson llamando mi atención.
—No, aún no. Pasen. —Me aparto de la puerta permitiéndoles la entrada y los ojos de las tres se posan en la imagen a mi espalda. Zion y Emma, desplomados en el sofá.
Ariadna pregunta qué le ha sucedido al rubio y yo le cuento acerca de la fiebre y el hospital. Les brindo algo de beber, pero las tres declinan la oferta.