Kyle:
Hace unos meses, cuando Dani Fernández me escribió por primera vez diciendo que quería conocernos, me quedé en plan: WTF. O sea, mi cantante favorito quería conocernos; yo estaba flipando y a pesar de los nervios y de pensar que podría ser una broma, le escribí.
Después de eso hablamos por video llamada y nunca, nunca jamás voy a admitir ante nadie que tartamudeé como un bobo cuando lo vi en la pantalla de mi PC.
Resulta que el chico había visto la competencia en YouTube y había quedado encantado. Y el hecho de que habíamos usado una de sus canciones para la actuación principal lo hacía sentir muy honrado.
Él quería conocernos pues admiraba nuestro trabajo, pero lo más delirante de todo es que quería que los seis participáramos en su nuevo video musical. Le dije que debía hablar con los chicos y ya lo hice. Estuvieron de acuerdo, solo queda Addyson, pero estoy seguro de su respuesta.
El video debe comenzar a finales de este año porque actualmente está ocupado con las giras. Cuando hablamos por primera vez quedamos en que cuando terminara la gira en la que estaba nos veríamos, aun así fue una sorpresa para mí cuando a finales del año pasado me contactó y voló directo a Nordella para aprender a patinar, tendría libre un mes solamente pues se iría de gira otra vez a finales de enero.
Quería presentárselo a Addy, pero me di cuenta de que esta era una oportunidad increíble para hacer lo que hace meses quería hacer. Sabía que las cosas no estaban para eso, pero se lo comenté a los chicos fue por vídeo llamada, Maikol estaba en el hospital, Zion en casa y yo en Nordella. Pensábamos que Aby estaba dormida, todo lo contrario, nos escuchó y me hizo jurarle que lo haría, que no la convertiría a ella en la culpable de que Addy no tuviese el día más feliz de su vida.
Intenté negarme, pero no logré cambiar su opinión y desde el hospital, me dio ideas para que todo fuera perfecto, pero cuando hace unas horas Maikol me dijo que el doctor había dado autorización para que saliera, supe que este día sería memorable.
Aun así no puedo evitar mis nervios. Estoy temblando tanto que tengo miedo de que se me caiga el anillo u olvide lo que tengo preparado.
Aclaro mi garganta par de veces mientras miro a mi alrededor. Mis ojos se encuentran con los de mi suegro y él asiente con una sonrisa. Eso me recuerda el día que le pedí la mano de su hija en matrimonio.
Sacudo mi cabeza, no quiero ponerme más nervioso con el recuerdo.
Es ahora o nunca.
—Hace casi nueve meses del día que ese reloj me dejó aturdido, del día que conocí a la chica de ojos negros hipnotizantes. Hoy hace casi nueve meses que sentí lo que era ser besado de verdad, con nervios, manos temblorosas y con el corazón acelerado y un enjambre de mariposas en mi interior.
El silencio en el estadio es sepulcral, siento la tentación de mirar alrededor pero estoy seguro de que eso me impediría hablar, así que concentro toda mi atención en los ojos negros vidriosos ante mí.
—Hoy hace casi nueve meses de que sentí el cálido contacto de unas manos que me dejaron desolado cuando se separaron de mí. Hoy hace casi nueve meses de que terminé en el hospital con un cabreo monumental gritando a los cuatro vientos que no quería volver a ver a la chica que no dejaba de colarse en mis sueños.
>>Hoy hace casi nueve meses que conocí a esa chica que odia peinarse, que es un poco torpe y que siempre termina metiendo en problemas a los demás, a esa chica que cuando está nerviosa se muerde el labio calentándome a full... —Sus ojos se abren como platos al mismo tiempo que sus mejillas se tiñen de rosado. De inmediato me acuerdo de que su padre está aquí y me pongo tan colorado como ella. Buscando a mi suegro con la mirada le grito:
—Haga como que no escuchó eso, suegro. —Gracias a Dios, Andrés solo sonríe. La chica ante mí está haciendo un intento por no llorar.
—Hoy hace casi nueve meses de que conocí a esa chica cuya frase favorita es: lo siento, pero estás en el momento y lugar equivocado. —Addy ríe por lo bajo y yo también. Una lágrima se le escapa y la seco con un beso—. A esa chica que tiene la sonrisa más hermosa del mundo; la mejor patinadora que existe, la que golpeó a mi padre por defenderme; la chica que tiene tanto amor para dar que me siento orgulloso de conocerla. A esa chica inteligente, valiente, divertida, dulce, cariñosa que se ha convertido en la reina de mi mundo y no sé qué haría sin ella. La chica con la que quiero despertarme todas las mañanas y dormir toda las noches con ella entre mis brazos. La chica que quiero que sea mi esposa.
Los ojos de Addyson se abren como platos al mismo tiempo que hinco una rodilla en el hielo. Se me enfría en segundos. Joder, debí planear esta parte en la otra pista.
—Por lo general, las personas dicen hasta que la muerte nos separe, pero conociendo nuestra historia... —Saco el anillo de mi bolsillo y se lo muestro. Lleva las manos a su boca ante la sorpresa y sus lágrimas corren sin parar, pero a diferencia de los últimos meses, estoy seguro de que esta vez, son lágrimas de felicidad.
La sortija hermosa con un diamante rosa en el centro y seis piedrecitas alrededor. Es el anillo que el señor Andrés le dio a Annalía cuando le pidió matrimonio y su hija lo reconoce. Sus ojos me lo dicen.
—Addyson Scott, aceptas ser mi esposa hasta que me mates por accidente.