20 A los 58

Capítulo VII- El amor y las amistades

Esto no puede ser, no pudo haber pasado, un hombre mirarme de esa manera, después de tanto tiempo olvidé como se sentía, sentirse deseada, coqueta, sentir que alguien muestra interés en mí, no para de pensar en como se acercó, y la forma en la que miro.

—¿Mama?— Ana toca la puerta preocupada, abro despacio y me quedo observándola. —¿Estás bien?— Pregunto, acomodando mi cabello alborotado.

—Sí, es que quise encerrarme, perdóname hija—

—¿Quieres hablar?— No pude evitar reírme, si supiera lo que me paso hoy.

—Pásale... Bueno, te cuento que conocí una persona—Nos acomodamos en la cama.

—¿Un hombre? ¡Un hombre mama!— Salta de alegría, creo que su reacción me hace sentir mejor de lo que estaba.

—Sí, es un hombre mayor— Le digo, no puedo ocultar mi sonrisa, es inevitable.

—Pero, cuéntame, vamos cuenta— Está tan desesperada por saber, que no me deja hablar.

—Solo me dijo: Hola, te puedo ayudar a pararte— Al decirle esto vuelve a interrumpir.

—¿Pararte? ¿Qué rayos, estabas en el suelo?— Después de todo, supongo que se me olvido lo de la chica y el café.

—Me dejarás contarte o no— Le digo, y al mirar la puerta una personita está ahí parada, con tres copas, un vino y una sonrisa.

—¡Aja! Contando sin mi Abue, estoy molesta por eso, pero ¡Traje vino!— Angélica y su forma de hablar.

Con gusto conté todo de principio a fin, sus reacciones fueron alegría pura; nada mejor que la amistad entre la familia es pura, amor al 100 %, y sobre todo apoyo incondicional. La vida me lastimo, pero a la vez me premio con el regalo más hermoso del planeta mi hija, la cual trajo al mundo a otra mujer llena de alegría.

Después de contarle todo, y reírnos.

—Si hubiese andado con usted, me hubiese peleado con la chica del café sin dudarlo, ¿Qué se cree?— Angélica habla molesta.

—No, seguro que si no fuera por ella, no hubiese estado agachada, y no me hubiese ayudado a parar— Empezamos a reír más fuerte chocando de copas.

—Ahora un brindis, ¡Por la madre y abuela más chingonas del planeta!— Alzamos las copas Ana y yo, pero al terminar la oración la bajamos molesta, esta muchacha ¿Eso es lo que le enseña el novio?

—Angélica, ¿y esa palabra? Por Dios mira a mama. ¿Quieres que piense algo malo de ti?—Ana le reprocha, y esta se ríe.

—Mamá, por si no lo sabes esa palabra significa: Persona que es extremadamente bueno en algo.— Bueno, por lo menos sabe que significa, lo que nosotras no teníamos idea Ja, ja.

—Ah, ok. Consideré que era otra cosa, pero me gusta, me gusta, es buena palabra.— Angélica, nos hace reír con su respuesta.

—Que mente más sucia mama; ¿Entonces que brindamos o no?— Estamos totalmente roja de la risa.

—Pues claro. ¡Por las mujeres más chingonas del planeta! ¡Salud!— Gritamos chocando copas, lo que termino llenando el cuarto de risa y gritos de alegría.

El amor es  un sentimiento de vivo, afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno.

Lo más bello de la vida es amar, sentirse amado; llorar de alegría con esas personas es lo más hermoso.

Descubrí el verdadero amor con mis princesas, son las personas más importantes, las que siempre me han apoyado y han estado conmigo cuando las necesité para reír, llorar, comprenderme, darme su opinión más sincera, para amarme, apoyarme y sobre todo hacerme sentir vida. Una mejor amistad nunca podre tener, son toda mi vida. Las amo tanto, con toda mi alma y corazón.

 




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