2048

3 de Diciembre 2047

Con el corazón desbocado corría hacia la entrada del refugio. Las pisadas de Chavs a mi espalda marcaban el ritmo acelerado de las mías.

Las personas asustadas se apartaban a nuestro paso, otros se refugiaban en sus casas.

Todos los guardias de la ciudad se encontraban allí, frente al muro ya acabado solo a falta de sus puertas, apuntando con una veintena de armas al corazón de el hombre que esperaba allí mi llegada.

De nuevo él, con sus penetrantes ojos verdes.

—Márchate —ordené de inmediato, sabiendo que era peligroso, ocultando mis manos temblorosas tras mi espalda.

—¿Así recibes a un viejo amigo? Ambos sabemos que no eres así —intentó avanzar hacia mí, quien más cerca se encontraba, un par de metros. El ruido de las armas de mis guardias le advirtieron de su desagradable presencia, obligándole a retroceder.

Intenté controlar la respiración que quemaba mi garganta, incluso mi estómago se revolvía ante su presencia. Quería vomitar allí mismo, no me sentía capaz de sobreponerme a su presencia.

—No lo repetiré de nuevo Víctor, da la vuelta y regresa —ojalá mi voz no hubiese temblado tanto como me pareció que lo hizo.

Él se regodeaba en mi miedo, con una sonrisa enorme en la cara, sabiendo el terror que provocaba especialmente en mí.

—Solo busco ayuda de un ser tan misericordioso como tú, sé que tenéis la cura gracias a él —señaló a Chavs, que respondió con un gruñido —solo pido un poco.

El sonido de la primera bala me colocó en tensión, Chavs disparó a los pies, invitándole a irse.

—Vete, te dijo que no lo repetiría de nuevo —alertó Chavs, seguramente recordando que le habrían hecho y yo desconocía —ahora.

La voz amenazante de mi compañero provocó que se le borrara aquella sonrisa prepotente. Miraba a su alrededor, estudiando el lugar, mientras todos se colocaban delante de mí, presionando su salida y separándome de él.

—¿Estás bien? —mi amigo no era lo que se llamaba como "tonto", no sólo había temblado como un flan, sino que perdí el control de mis propias palabras. Quizás si no hubiera estado paralizada por el miedo hubiese salido corriendo, quedando aún peor de lo que ya hice.

Continué caminando cabizbaja, se suponía que era una persona a la que imitar. Tenía el mérito al acto más vergonzoso.

—Tengo un mal presentimiento —admití obedeciendo la bola de emociones que golpeaba mi estómago. Me decía "corre", lo mismo que me había advertido durante años cuando estaba en peligro.

—Todo está tranquilo, ya se ha ido —me calmó Chavs abrazándome con todas sus fuerzas —ahora vete a dormir, organizaré una guardia extra esta noche para que descanses tranquila.

La caída del sol no se hizo esperar. La luz de la luna entraba por mi ventana y era algo que añoraba desde hacía mucho. No dejaba de dar vueltas en la cama, aquella sensación seguía presente. Sin poder descansar ya con la luna en el punto más alto comprendí que estaría toda la noche en vilo, por ello decidí levantarme.

Me vestí con un mono blanco ajustado cuyas rayas azules laterales definían mi cuerpo en la oscuridad de la noche.

El silencio me abrumaba y la luna como única compañera no era suficiente para mí. Decidí ir a casa de Chavs, me sentía intranquila y pretendía proponer una ronda nocturna junto a él. Sé que tendría alguna dentro de un par de horas.

Me recibió con una sonrisa maravillosa en el rostro, en realidad no.

—¿Otra vez con lo mismo? He puesto a cinco guardias extra esta noche, ¿qué más quieres? —seguía delirando entre sus quejas él solo, mientras yo continuaba ansiosa por dar esa pequeña ronda —¡Sólo pido dormir, no es tanto!

Dormíamos en casas de dos plantas, donde en la inferior vivía una familia y la segunda otra, así sería más sencillo dar la voz de alarma si ocurría algo, pero a este paso iba a despertar a todos los vecinos cercanos.

—Solo una vuelta, después me iré a casa lo prometo —tuve que suplicar mucho más de lo que me gustaría admitir, pero finalmente optó por acompañarme.

La pistola que volvía a colgar de mi muslo resultaba un poco pesada después de un largo rato, cada vez más mi amigo me tomaba por loca, tenía claro que eran paranoias mías después de ver a Víctor. Ahora yo también lo pensaba.

Simplemente no tenía ningún sentido, que aquel hombre sin escrúpulos se parara en la puerta pidiendo permiso, aceptando un no por respuesta y marchando tras un fracaso, no me lo creía.

Mi amigo optó por acompañarme a casa, sin embargo no regresé aquella noche.

—Ayuda —decía en voz muy baja un hombre en el suelo, al que apenas se le escuchaba —nos han atacado, me dieron por muerto.

Nos agachamos a su lado y manché mis manos taponando la herida.

—¿Quién fue? ¿A dónde a ido? —pregunté mientras Chavs advertía a través de del micrófono de su auricular, pedía refuerzos que tardarían un par de minutos en llegar.

—El hombre de esta tarde, un grupo de personas y él han entrado al laboratorio, han matado a todos los guardias uno a uno. No pudimos hacer nada —le hice una señal para que callara, estaba muy herido y perdía las fuerzas por la boca.

Chavs me relevó mientras me gritaba que esperara, no podía. Recordé que Ethan había pasado esa noche en el laboratorio, quería terminar algo con unas muestras.

Corrí con todas mis fuerzas, resbalando con el mármol del suelo.

Los ruidos de un disparo en la segunda planta me hicieron detenerme en seco. Un pitido recorría mis oídos y la respiración tan fuerte amenazaba con descubrirme en el silencio que intentaba guardar.

Avanzaba con la pistola en alto, asegurándome de que el camino hacia el laboratorio estaba despejado.

No había nadie, excepto las manchas de sangre que decoraban ahora la pared y la que hacía un camino en el suelo.

La seguí, encontrando a Ethan tirado apretando fuertemente su costado. Me arrodillé a su lado y presioné con fuerza haciendo que se quejara del dolor.



#2418 en Ciencia ficción
#16386 en Otros
#2041 en Aventura

En el texto hay: aventura, amor, pandemia

Editado: 30.03.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.