24 días para enamorarse

CAP №01

 

¡Un desastre en el amor! 
 

-¡Srta. Gardner, a usted la necesitamos en París lo más pronto posible. -Al escuchar esas palabras volví a mí realidad. 
 

No es que no estuviese de acuerdo en viajar, al final la empresa se encargaría de todos los gastos, solo que hace dos meses volví de París y me dicen que regrese ahí es un dolor de cabeza. 
 

No veo a mi familia desde hace seis meses y las festividades navideñas no tardarán en llegar, lo único que quiero es estar en casa a tiempo. 
 

-¿Por cuanto tiempo? -Le pregunte a mí jefe. 
 

Que por cierto, tiene treinta años y está empresa a estado en generación en generación y yo llegue aquí por pura y divina casualidad de el mundo. 
 

El Sr. Smith es muy serio en su trabajo, tiene barba y nunca se la quita de el todo, la cual le ayuda a ser un poco más visto en las reuniones y le traten con respeto, no es que no se lo merezca, al final creo que solo es algo psicológico. 
 

Llevo trabajando en esta empresa familiar por cuatro años y todos creen que soy la mano derecha de el Sr. Smith. No me molesta, es más eso tiene algunas de sus ventajas positivas claro.
 

Al igual que ese rumor viaja por los veinte pisos de este edificio de la empresa, hay uno en especial que me ha sacado de las casillas todo este tiempo, y es el hecho que crean que soy la mano derecha de el Sr. Smith por qué creen que entre él y yo hay algo. 
 


 

Es absurdo y poco ético en especial por qué soy una mujer de valores. 
 


Y no andaría por ahí llegando a camas de mi jefe, desconocidos o amigos y tampoco dejaría que ellos llegarán a mí cama ni por compromiso o placer alguno.

De camino al apartamento solo pensaba en como decirle a Colin que pronto tendría que volver a París y esa idea tanto a él como a mí no nos gustaba para nada, bueno mas a él.

Colin es mi mejor amigo desde que tengo memoria, siempre fuimos juntos al mismo kínder, escuela, preparatoria y hasta la universidad y aún muchos a nuestro al rededor se preguntan por qué no estamos juntos y es solo una cosa, por qué nos consideramos hermanos y la sangre nunca tiene que revolverse.

Mientras seguía de camino me llegó una llamada, espere hasta que el semáforo se puso en rojo y conecte mi móvil a el auto, contesté la llamada y seguía camino al apartamento.

-Dejame decirte que ya no habrá viaje de trabajo. -Me informa Patrick tras que conteste la llamada.

No pude evitar sonreír, sentí un alivio divino y por un momento un peso se me quitó de encima.

-¡¿En serio?! Es buena noticia dije. -Aunque en ese momento creo que solo estaba pensando en que era buena noticia para mí y no para la empresa.

-¡Para tí claro! -Me aseguro Patrick.

Me maldije internamente.

-¡Lo lamento! ¿Que a pasado? -Le pregunte ya ubicándome en que algo esta mal.

-Un simple extra con los agentes de París. -Me aseguró él.

-¿Que puedo hacer? -Sabia a perfectas que esa pregunta no tendría una respuesta de mi gusto pero es mi trabajo, al final tengo un salario digno de admirar, más viajes gratis y demás.

-¡Genial! Has preguntado. -Lo sabía, en esto no habra nada bueno. -Siempre irás a París pero te harás....

-¿Que? Entonces por qué me dijiste anteriormente que no habría viaje? -Le pregunte interrumpiendo.

-Te tendrás que ligar con el hijo de el agente encargado de nuestro contrato para que ese hombre tengo influencia en la decisión que su padre llegue a tomar sobre hacer o no hacer el contrato con nosotros. -Quede perpleja, estática.

Si algo no se me daba bien era ligar, enamorar a un chico en la preparatoria me era misión imposible y Patrick quería que yo me encargara de su pequeño ángel si es que funcionaba su plan nefasto y sobre todo su plan que incluía un desastre en el amor como yo.

-¿Estas consciente de lo que me estás pidiendo cierto Patrick? -Le dije al entrar al ascensor y precionar el botón de mi piso.

-¡Si Kate! Debes hacerlo. Mañana tienes el viaje por la noche y en la mañana te tocará venir para que te pongas al día en el plan. -Dicho esto él colgó la llamada y yo quedé aturdida.

Una cosa era mi trabajo, que me encargaba de firmas de la empresa, ser su asistente personal y mano derecha y otra muy diferente era salvarle el pellejo de su padre teniendo que enamorar al hijo de el agente con el que se debe de firmar ese contrato que seá firmado por años y por alguna razón ya no lo quieren hacer.

Pero si esa razón es importante, por más que intente enfatizar a ese hombre no lograre que le diga a su padre que firme el contrato con Patrick Smith, pero obvio, tengo que salvarle el alma a Patrick de su padre, mientras la mía se está congelando de a poco.

Entre al apartamento que está a mi nombre, deje a un lado la cartera, puse en la mesa de desayuno una caja que traía y al fin pude dejarme caer en el sofá, donde me esperaba mermelada, mi gatita, aunque para ser sincera no me gustan mucho los gatos pero vivir sola en un apartamento de dos habitaciones, una sala enorme, sin contar lo enorme de la cocina, luego el desayunador algo espacioso y por último un balcón espacioso, se siente mal vivir sola, después de todo, merezco vivir con alguien y ese alguien era mermelada.

***

Sentía que no podía moverme, era como si estuviese atrapada en mi cuerpo, inmóvil por alguna razón, no podía abrir de el todo mis ojos y sentia que alguien estaba encima de mí que me impedía moverme, trataba con todas mis fuerzas posibles gritar, pedir ayuda pero me fue en vano, ni siquiera eso podía hacer, me desperté de golpe y en cuestión de segundos mi pecho bajaba y subía a un ritmo descontrolado, no tenía control de mi respiración y mi cuerpo pesaba.

-¡Otra vez esa maldita pesadilla! -Me dije a mi misma.

La TV estaba encendida, pude ver en unas de las esquinas que eran las doce de la madrugada, tome el control y lo apague, mermelada estaba al final de el sofá, muy cómoda durmiendo.




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