24 días para enamorarse

CAP № 02


¡Allá Vamos!
 

 

Mi vuelo al fin aterrizó, me sentía aterrorizada, espere hasta que me entregaron mi maleta. 

Cuando llegue al apartamento quede impresionada, todo estaba más lindo que la última vez que vine, sí, es el mismo apartamento, está a nombre de Patrick Smith. 
 

Creo que sí me caso con Patrick mi vida fuera un poco más sencilla, es que ya me imagino a mí, en las fiestas de gala como la Srta. Smith, se lo imaginan, todos aquellos rumores quedarían en la luna de lo tan verdadero que llegasen a tener si mi boda con Smith se hace realidad. No es que me guste Smith, obvio no, pero es que una buena vida quien no la quiere, al menos yo sí. 
 


Desde hoy solo tengo un día para instalarme y ya pasado mañana comenzar con el plan de Smith, espero que no se enamore o que toda esta trama no se vaya a salir de mis manos.

Saco mi teléfono de el bolso y me doy cuenta que Colin me está llamando, él no sabe que estoy aquí. No le he contado nada, por la manera en como reacciona a veces no le cuento muchas cosas y las omito, pero este tema de París siempre a sido nuestro tema central de cada discusión que tenemos.

-¡Hola! -Digo tras contestar la llamada.

-Quisiera entenderte, juro que sí. Eres tan complicada. ¿Porque? ¿Porque, ocultar que ya no estás en Barcelona si no en París? Te das cuenta?! -Me dice exaltado.

A penas son las ocho de la mañana, por favor, solo quiero dormir.

-¡Siempre te enojas! -Me defiendo o al menos trato.

-¡No! Si no puedes contarme que vas de viaje, como esperas que yo espere que me cuentes algo grave o quizás algo que te guste! -Sigue con su voz ronca y enfadado.

-¡Pero ya lo sabes! -Le digo con una sonrisa.

-¡No basta! Hubiese preferido darme cuenta por tí que por Amanda. -Se excusa aún molesto.

-¡Dile a Amanda que se joda! -Dicho esto no le doy tiempo de hablar y cuelgo la llamada.

Amanda, maldita, ella es la secretaria que tengo y a estado detrás de Colin desde que él llegó por primera vez a mi trabajo a recogerme y por mala jugada de el destino Amanda estaba afuera cuando yo llegue al auto de Colin.

Desenpaque las maletas, ordene todo en el armario, en este momento no me podía dar el lujo de dormir o hacer nada, necesitaba ir por las compras de la cocina y algo más de ropa, ya que no traje mucho, es más, traje dos maletas, una metida en la otra y en esa había ropa, siempre hago lo mismo cuando viajo.

Fui a recepción, ellos se encargaron de ponerme al chófer de la familia Smith.

Subí al auto, hicimos las compras de los alimentos, el Sr. Fiquet es un señor  muy tranquilo y sus anécdotas las amo, en verdad que sí, sus concejos son los mejores y sobre todo su manera de ver el mundo.

Luego de tener todas las bolsas en el maletero de el auto, fuimos por alguna ropa, no compre mucha, ya que quería estar viviendo al menos unas dos veces por semana y a si distraerme un poco esos días.

El Sr. Fiquet junto con otros hombres subieron las compras a la habitación, yo pasé por un pequeño bar que estaba cerca, aprovechando que esos hombres no están cerca por este momento.

Estando ya en la barra de aquel bar, compre una botella de licor, luego se facturarla la guarde en mi bolso.

Salí de aquel bar, tratando de mantenerme en calma, respirando lo tan normal que pude en ese momento y es que ahí, justo ahí, en una de esas mesas, estaba él.

Mi único deseo en este momento es no volver a verle por hoy. Por qué tenía que estar él ahí, justo cuando había decidido beberme el licor en ese lugar, ahora por culpa de él tengo que llegar a la habitación y beber sola.

Estos días en París estaban algo fríos, llegue hasta el elevador y justo cuando las puertas de este estaban a punto de cerrarse por completo alguien las detiene, mi corazón empieza a ir por mil, no tengo el valor de mirar por qué solo pensar que pueda ser él hace que se me herize la piel.

Y justo cuando creí que el mundo no se me vendría encima, entra él con una chica, ¡Maldición!. En el plan que Patrick me enseñó, ella no estaba, quién es ella.

Me hago a un lado para no estar tan cerca de él, observó que presiona un piso arriba de el mío, eso sí estaba en el plan, pero esa chica no, quién es.

Saque mi móvil y llamé a Smith, después de todo teníamos palabras claves entre ambos.

Esos dos que están al lado de mí parecen tortolitos, si están en una relación juro que hoy mismo hago las maletas y me largo a Barcelona nuevamente.

*Hay una chica con él -Yo.
 


 

*No me tomes de el pelo. -Smith
 


 

*Crees que lo hago?! -Yo
 


 

*Quizás solo sea una amiga -Smith
 


 

*¿Amiga? Estás de coña. Parecen pareja, es como si lo fueran. -Yo
 


 

*Déjate de inmadurez. Pregúntales que son o haz algo. -Smith
 


 

*Que facil decirlo cuando no eres tú quien está en un ascensor con esos dos tortolos -Yo
 


 

*En el ascensor?! Perfecto, que mejor casualidad que esa. Saca provecho y llega a cabo el plan. -Smith
 


 

*... -Yo
 


 

Lo mataré, si que lo haré, respiro profundo y pesado, haciendo que la chica al lado se fije en mí. 
 


-¿Estás bien? -Escucho que me habla.

Estoy bien, por los momentos si, pero el saber que jugare con alguien y que me puede afectar emocionalmente me hace sentir insuficiente y con culpa.

-¡Si! -Susurro sin dejar de pensar que quizás dañe a ese hombre que está al lado de ella.

-¡Te invitamos a cenar! ¿Que dices? -No, por favor no, complicame el hecho que tengo que hablarte, por favor complicamelo.

No me hagas esto... No me hables... No seas bondadoso con quién está a punto de romperte... Por favor. 
 




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